Un investigador visitante en Cambridge ha hallado pruebas desconocidas hasta ahora de que el legendario filósofo judío sefardí Maimónides, nacido en Córdoba en 1138, escribía en un dialecto romance en fragmentos de manuscritos que datan del siglo XII.
Se ha determinado que un trozo de papel de 900 años de antigüedad -que forma parte de la colección Cairo Genizah de Cambridge, compuesta por más de 200.000 fragmentos de escritos que relatan la vida a lo largo de 1.000 años en Egipto y Oriente Próximo- contiene la letra del legendario filósofo judío Moisés ben Maimón, más conocido como Maimónides.
Las páginas son un glosario de términos básicos relacionados con hierbas, alimentos básicos y colores, y fueron identificadas por José Martínez Delgado, profesor visitante de la Unidad de Investigación Genizah de la Biblioteca de la Universidad de Cambridge, procedente del Departamento de Estudios Semíticos de la Universidad de Granada.
En los manuscritos de la Genizah de El Cairo se han encontrado unos 60 fragmentos escritos por Maimónides, y la mayoría están redactados en el habitual judeoárabe de Maimónides (lengua árabe escrita con el alfabeto hebreo). Sus escritos incluyen cartas, sentencias jurídicas y los primeros borradores de sus obras más importantes.
Sin embargo, lo que hace único a este fragmento es el hecho de que Maimónides haya añadido la traducción en un dialecto romance debajo de algunas palabras. Es la primera prueba de que Maimónides conocía el romance, una versión dialectal evolucionada del latín que es precursora de lo que con el tiempo se convertiría en los dialectos y la lengua española actuales.
Maimónides nació en Córdoba en 1135. Su codificación de la ley judía (la Mishneh Torah) sigue considerándose una piedra angular de la ley y la ética judías. A través de estas obras, Maimónides intenta demostrar que cada parte de la ley judía sirve a un propósito racional y que nada se exigía sólo por obediencia.
Influyó en pensadores tan diversos como Newton y Aquino y expuso los fundamentos filosóficos de la creencia judía y de la filosofía en general en obras como la Guía de perplejos. Maimónides también fue jefe de los judíos en Egipto y era famoso por sus conocimientos médicos y científicos. Además de ser uno de los pensadores y filósofos más importantes de la fe judía, Maimónides fue médico de la corte del sultán musulmán Saladino.
Maimónides debió de escribir estos fragmentos -posteriormente depositados en la Genizah de El Cairo, de donde procede la colección de Cambridge- en algún momento entre 1168, cuando llegó a Egipto, y 1204, año de su muerte.
Según Martínez Delgado el glosario abarca cuatro categorías semánticas: colores, sabores y aromas, acciones y alimentos. ¿Por qué recopilaba Maimónides estas palabras? ¿Qué nos dice de él? .La secuencia de las palabras es interesante, ya que lo vemos ‘trabajando’, escribiendo una progresión de palabras que tienen sentido para él. Los términos no siguen un orden alfabético, sino que están ordenados lógicamente por asociaciones básicas (pan, agua) y opuestas (blanco, negro). La categoría de los colores (blanco, negro, azul, rojo, verde, amarillo, morado), termina en «claro» y «oscuro» y luego pasa a sabores y aromas. La conexión entre ellos es presumiblemente sensorial, pasando de la vista al gusto y al olfato.
La lista de alimentos pasa de los alimentos básicos (pan, agua) a las verduras, a las semillas comestibles (trigo, garbanzo), a los frutos con semillas (aceituna, higo), a los frutos secos/nueces (bellota, pistacho), a los alimentos procedentes de otros productos naturales (leche, miel). La lista de acciones describe primero las acciones básicas que realizan todos los animales (comer, dormir), para pasar después a acciones, sentimientos y emociones más específicas de las personas. Curiosamente, aunque las palabras están en un dialecto románico, los plurales parecen ser italianos, por lo que se trata de un texto muy mixto.
¿Por qué recopilaba las palabras? Era médico y tenía alumnos, así que tal vez reunía los términos por razones médicas o educativas, ¡o se ponía a prueba a sí mismo en su vocabulario!.
La colección Genizah es uno de los mayores tesoros de las colecciones de categoría mundial de la Biblioteca de la Universidad de Cambridge. Entre los siglos IX y XIX, la comunidad judía de Fustat (El Cairo antiguo) depositó más de 200.000 escritos no deseados en un almacén construido a tal efecto en la sinagoga Ben Ezra.
Este almacén sagrado se llamaba Genizah. Una Genizah era un lugar seguro para guardar cualquier texto viejo o inservible que, por contener el nombre de Dios, se consideraba demasiado sagrado para tirarlo sin más.
Pero cuando se abrió la sala a finales del siglo XIX, junto a las esperadas Biblias, libros de oraciones y obras de la ley judía, los eruditos descubrieron los documentos y detritus de la vida cotidiana: listas de la compra, contratos matrimoniales, escrituras de divorcio, una página de 1.000 años de antigüedad de garabatos y alfabetos infantiles, fábulas árabes, obras de filosofía musulmana, libros de medicina, amuletos mágicos, cartas comerciales y cuentas. Prácticamente todo tipo de texto escrito producido por las comunidades judías de Oriente Próximo a lo largo de la Edad Media se había conservado en aquel almacén sagrado.
Entre las piezas más destacadas de esta extraordinaria colección se encuentra el ejemplo más antiguo conocido de una escritura de compromiso judía (Shtar Shiddukhin, de 1119), que muestra las complejas relaciones jurídicas que existían en torno al matrimonio, los primeros fragmentos de la Biblia en diferentes idiomas y un acuerdo prenupcial del siglo XI en el que el novio, Toviyya -que claramente tenía mala reputación-, debía hacer una serie de promesas sobre su comportamiento futuro.
Fuentes
New, handwritten Maimonides texts discovered at Cambridge University Library (Stuart Roberts, University of Cambridge)
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