Una nueva investigación en la que ha participado la Universidad de Cambridge ha hallado pruebas -encerradas en una antigua estalagmita de una cueva del Himalaya- de una serie de sequías graves y prolongadas que podrían haber trastornado la civilización del Indo de la Edad de Bronce.

El inicio de este periodo árido -que comenzó hace unos 4.200 años y duró más de dos siglos- coincide con la reorganización de la civilización del Indo, constructora de metrópolis, que abarcaba los actuales Pakistán e India.

La investigación identificó tres sequías prolongadas -cada una de entre 25 y 90 años- durante este período árido. Encontramos pruebas claras de que este intervalo no fue una crisis a corto plazo, sino una transformación progresiva de las condiciones ambientales en las que vivían los pueblos del Indo, afirma el coautor del estudio, el profesor Cameron Petrie, del Departamento de Arqueología de Cambridge.

Los investigadores trazaron la pluviosidad histórica examinando las capas de crecimiento de una estalagmita recogida en una cueva cercana a Pithoragarh (India). Midiendo una serie de trazadores ambientales, como isótopos de oxígeno, carbono y calcio, obtuvieron una reconstrucción de las precipitaciones relativas con resolución estacional. También utilizaron series de datación de uranio de alta precisión para determinar la edad y duración de las sequías.

Las grandes ciudades del Indo están etiquetadas y se muestran con la distribución de los emplazamientos durante los periodos Harappa maduro (c. 4,6-3,9 ka BP, naranja) y Harappa tardío (c. 3,9-3,6 ka BP, rojo). Las líneas de contorno representan la relación entre las precipitaciones IWM (nov-abr) e ISM (mayo-oct) basada en el conjunto de datos de 0,25° GPCC v2018 a partir de datos pluviométricos de 1951-2000 | foto A. Giesche et al.

Múltiples líneas de evidencia nos permiten reconstruir la naturaleza de estas sequías desde diferentes ángulos y confirmar que coinciden, dijo la autora principal de la investigación, Alena Giesche, que realizó la investigación como parte de su doctorado en el Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge.

Giesche y su equipo identificaron distintos periodos de precipitaciones por debajo de la media tanto en verano como en invierno. Las pruebas de que la sequía afectó a ambas estaciones de cultivo son extremadamente significativas para comprender el impacto de este periodo de cambio climático sobre las poblaciones humanas, afirma Petrie. Añade que las sequías durante este periodo aumentaron en duración, hasta el punto de que la tercera habría tenido una duración multigeneracional.

Los hallazgos respaldan las pruebas existentes de que el declive de las megaciudades del Indo estuvo relacionado con el cambio climático. Pero lo que ha sido un misterio hasta ahora es la información sobre la duración de las sequías y la estación en que se produjeron, dijo Giesche. Ese detalle extra es realmente importante cuando consideramos la memoria cultural y cómo la gente hace adaptaciones cuando se enfrenta a cambios medioambientales.

Según Petrie: Las pruebas arqueológicas indican que, a lo largo de un periodo de 200 años, los antiguos habitantes tomaron diversas medidas para adaptarse y seguir siendo sostenibles ante esta nueva normalidad. Durante esta transformación, los grandes núcleos urbanos se despoblaron en favor de asentamientos rurales más pequeños hacia el extremo oriental de la zona ocupada por las poblaciones del Indo. Al mismo tiempo, la agricultura pasó a depender de los cultivos de verano, sobre todo de mijos resistentes a la sequía, y la población adoptó un estilo de vida que parece haber sido más autosuficiente.

Sección de la estalagmita de Dharamjali estudiada por los autores | foto Alena Giesche

Las megasequías se han convertido recientemente en una causa popular para explicar una serie de transformaciones culturales, entre ellas la del valle del Indo, explica David Hodell, coautor del estudio del Departamento de Ciencias de la Tierra de Cambridge: Pero los vínculos suelen ser difusos por las dificultades que entraña comparar registros climáticos y arqueológicos. Esto está cambiando ahora porque los registros paleoclimáticos son cada vez mejores a la hora de precisar los cambios en las precipitaciones estacionales y anuales, lo que afecta directamente a la toma de decisiones de la gente, afirma Hodell.

El equipo quiere ahora ampliar sus reconstrucciones climáticas a las zonas occidentales de la región del río Indo, donde el sistema de precipitaciones invernales es más dominante que el monzón indio de verano. Lo que realmente necesitamos son más registros como éste, de un transecto orientado oeste-este a través de la región donde interactúan los monzones de verano e invierno y, sobre todo, que capten el comienzo de este período árido, explica Giesche.

En la actualidad, tenemos un enorme punto ciego en nuestros mapas que se extiende a través de Afganistán y Pakistán, donde interactúan el monzón de verano indio y los vientos del oeste, dijo el profesor Sebastian Breitenbach, coautor y paleoclimatólogo de la Universidad de Northumbria. Lamentablemente, es poco probable que la situación política permita este tipo de investigación en un futuro próximo.

Hay más trabajo por hacer tanto por parte de los paleoclimatólogos como de los arqueólogos, dijo Hodell. En Cambridge tenemos la suerte de tener los dos departamentos uno al lado del otro.


Fuentes

University of Cambridge | Giesche, A., Hodell, D.A., Petrie, C.A. et al. Recurring summer and winter droughts from 4.2-3.97 thousand years ago in north India. Commun Earth Environ 4, 103 (2023). doi.org/10.1038/s43247-023-00763-z


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