Hace unos días, el 22 de marzo de 2023, el gobierno estadounidense devolvió a Grecia una moneda de oro romana que había sido subastada en octubre de 2020 en Londres. El comprador, que la adquirió por 4 millones de dólares (siendo así la moneda romana más cara del mundo), la entregó a las autoridades ante la sospecha de que había sido obtenida de manera discutible.

Efectivamente, resulta que la moneda había sido sustraída, de manera fraudulenta, en un campo de Grecia cerca del cual se sabe que estuvo acampado el ejército de Cayo Casio Longino y Marco Junio Bruto (los principales artífices de la conspiración que acabó con César en los idus de marzo del año 44 a.C.) antes de la batalla de Filipos contra Marco Antonio y Octavio (en la que Casio falleció).

Fue a Marco Junio Bruto a quién, según la tradición, César dedicó sus últimas palabras: Et tu, Brute? (¿También tú, Bruto?). Aunque también podrían haber estado dirigidas a Décimo Junio Bruto Albino, primo lejano de César y participante también en el magnicidio, ya que había sido su lugarteniente en la Galia y además figuraba como uno de sus herederos en su testamento.

Muerte de César (Gerome)/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

En cualquier caso es el primer Bruto, Marco Junio, que décadas atrás había sido maestro de ceca estando a cargo de la acuñación de monedas en Roma, el que nos interesa ahora. Porque tras la huida (amparada por el Senado con su nombramiento como procónsul) con Casio, ambos empezaron a emitir sus propias monedas, distintas de las oficiales, con las que poder pagar los enormes costes de mantener un gran ejército.

El oro y la plata empleado en las monedas procedía de príncipes tracios que apoyaban la causa de Bruto, quien desde su puesto de procónsul de Macedonia y utilizando una ceca de campo móvil, hizo acuñar entre los años 43 y 42 a.C. 12 monedas diferentes: cuatro áureos, seis denarios y dos quinarios.

Caesar Dict Perpetvo, moneda emitida en 44 a.C. | foto Biblioteca Digital Gallica en Wikimedia Commons

Al principio las monedas mostraban motivos inocuos, pero en el año 42 a.C. comenzó a emitir monedas que llevaban su nombre junto a la inscripción IMP (imperator). Para finales del verano de ese año comenzó ya a acuñar denarios y áureos con su propia efigie.

Que una persona que todavía estaba viva apareciera en las monedas era algo inaudito en el ámbito romano. Sí es verdad que anteriormente Tito Quincio Flaminino (entre 197 y 194 a.C.) fue representado en una moneda, pero era un estátero de oro griego (ya que los griegos le consideraba un libertador por haberlos librado del dominio macedonio).

Sería Julio César el primer romano vivo en ser representado en una moneda romana. Ocurrió en el año 44 a.C., con motivo de su nombramiento como dictador por diez años. Fue precisamente su aparición en esta moneda supuestamente representado como un dios, uno de las causas de las crecientes sospechas de los conspiradores de que César aspiraba a convertirse en rey.

Bruto y sus compañeros tras la batalla de Filipos, ilustración de Mary Macgregor (1912) | foto Internet Archive Book Images en Wikimedia Commons

Volviendo a Bruto, la moneda que acuñó con su propia efigie llevaba la inscripción EID MAR (Eidibus Martiis, idus de marzo) y era una conmemoración de la muerte de Julio César el 15 de marzo del año 44 a.C. Bruto aparece en el anverso mirando hacia la derecha y con la inscripción BRVT IMP (Brutus Imperator) y el nombre del maestro de la ceca, L PLAET CEST (L. Plaetorius Cestianus).

El reverso muestra un píleo (gorro de fieltro), asociado con la libertad flanqueado por dos puñales y debajo la inscripción EID MAR, identificándose de ese modo a sí mismo como libertador de la República romana.

La emisión de las monedas, quizá usadas para pagar al ejército, probablemente quería dar a entender que la muerte de César había sido legitimada por el estado, o ser una especie de declaración política.

Uno de los denarios EID MAR acuñados por Bruto, en el Museo Británico | foto The Trustees of the British Museum

Hasta ahora se han encontrado aproximadamente un centenar de ejemplares de la moneda en plata, que son denarios. Sin embargo de la acuñación en oro, los áureos, solo se conocen tres, por lo cual es una de las monedas romanas antiguas más raras y de ahí su alto valor en el mercado de coleccionismo numismático.

El escaso número de ejemplares conservados indicaría que las monedas fueron rápidamente confiscadas por Octavio y Marco Antonio tras su victoria sobre Bruto y Casio, para volver a fundirlas.

Sin embargo, unos 250 años después Dion Casio las menciona en su Historia Romana, lo cual da a entender que las monedas habían alcanzado un alto grado de reconocimiento entre los ciudadanos romanos.

Reverso del áureo EID MAR conservado en el Museo Británico, uno de los tres únicos conocidos | foto Geni en Wikimedia Commons

Una de las tres monedas de oro está en el Museo Británico (tiene un agujero realizado en época romana, ya que debió servir de colgante), otra en la colección del Deutsche Bank, y la tercera es la que mencionábamos al comienzo del artículo.

Tienen un diámetro de 19 a 20 milímetros. Los áureos pesan unos 8 gramos, mientras que los denarios de plata pesan 3,6 gramos.

En numerosas ocasiones posteriores se volvió a usar el motivo de las monedas de Bruto, el píleo con las dagas, tanto en Roma como en otros lugares como Florencia, Francia, e incluso más recientemente las Islas Palaos acuñaron una moneda con la inscripción EID MAR, aunque por suerte esta vez no hubo que matar a nadie previamente.


Fuentes

New York Times | British Museum | An Ides of March Coin (Ashmolean Museum) | Denarius of Brutus (The Fitzwilliam Museum) | Roma Numismatics | James Grout, EID MAR | Wikipedia


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