En el noroeste de China, en la región autónoma uigur de Xinjiang y a unos 10 kilómetros al oeste de la localidad de Turfán, hay una meseta elevada de 1.650 metros de largo por 300 de ancho, rodeada por un río por tres de sus lados y protegida por montañas en el cuarto. Sobre ella, a 30 metros de altura, se alzan las impresionantes ruinas de una antigua ciudad.
Se trata de Yar (más conocida hoy por su nombre chino, Jiaohe), la antigua capital del reino tocario de Cheshi, que floreció entre los siglos I a.C. y V d.C. Los tocarios eran el pueblo de idioma indoeuropeo y de aspecto caucásico que habitaron más al este en la Antigüedad, en la cuenca del Tarim.
Las ruinas de la ciudad se extienden por la impresionante superficie de 220.000 metros cuadrados, con la no menos asombrosa característica de que todas sus construcciones se realizaron sin emplear madera o piedra, excavando las casas literalmente en la tierra.
Su ubicación en lo alto de una fortaleza natural hizo que no fuera necesaria la construcción de murallas, algo que no impidió, sin embargo, que fuera finalmente conquistada por los mongoles en el siglo XIII.
Durante sus años de mayor esplendor fue un importante enclave en la Ruta de la Seda, en la frontera con los reinos también tocarios de Korla y Caraxar. Conquistada por la dinastía Tang en 450 d.C., paso a convertirse en la prefectura de Jiao, y más tarde en el condado de Jiaohe, sede del comandante chino de los territorios del oeste. A comienzos del siglo IX se convirtió en una prefectura del kaganato uigur, hasta que fue conquistada por los kirguises en el año 840.
El trazado de la ciudad incluía una gran avenida de 350 metros de largo, con distritos residenciales al este y el oeste. La zona norte estaba reservada para los templos, en la que se han contabilizado hasta 101 estupas budistas, las más antiguas construidas hace más de 1.600 años. Había también templos taoistas y confucianos.
Se han encontrado igualmente varias necrópolis, así como un gran edificio posiblemente de carácter gubernamental en la zona sur del distrito oriental. Se sabe por los registros que durante la época Tang la población ascendía a unas 7.000 personas.
Destruida por los ejércitos de Gengis Kan en el siglo XIII y abandonada, sería redescubierta a finales del siglo XIX y principios del XX. El arqueólogo Aurel Stein la exploró en sus expediciones por Asía entre los años 1900 y 1920, describiéndola como un laberinto de viviendas en ruinas y santuarios excavados, en su mayor parte, en el suelo de loess.
Las primeras excavaciones arqueológicas se realizaron en la década de 1950. Desde 1961 el yacimiento está protegido y se llevan a cabo obras de restauración desde 1992. En el año 2014 Las ruinas de Jiaohe entraron a formar parte del Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO.
Fuentes
UNESCO | Along the ancient silk routes: Central Asian art from the West Berlin State Museums (Metropolitan Museum of Art) | Neville Agnew, ed., Conservation of Ancient Sites on the Silk Road | Jonathan Tucker, The Silk Road – China and the Karakorum Highway: A Travel Companion | Wikipedia
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