Un equipo de botánicos de Ecuador, Alemania y Estados Unidos ha descrito dos nuevas especies de plantas carnívoras de aspecto sorprendente. Forman parte del género Pinguicula, un grupo de plantas con flores con unas 115 especies que pueden atrapar y digerir pequeños insectos con sus hojas pegajosas. Mientras que la mayoría de estas especies se distribuyen en el hemisferio norte, estas nuevas especies se descubrieron en los altos Andes del sur de Ecuador, cerca de la frontera con Perú.
Las plantas carnívoras utilizan animales (normalmente pequeños insectos) como fuente adicional de nutrientes para compensar la deficiencia del sustrato en el que crecen. Esto les da una ventaja competitiva sobre otras plantas y les permite prosperar en hábitats difíciles. Los Altos Andes tropicales presentan una gran variedad de hábitats de este tipo, por ejemplo pantanos y laderas rocosas cubiertas de lluvias y nubes constantes.
Las dos nuevas especies descritas en el estudio, Pinguicula jimburensis y Pinguicula ombrophila, se encontraron en la orilla de una laguna de altura a 3.400 metros de altitud y en una pared rocosa casi vertical a 2.900 metros, respectivamente. Sus hábitats a pequeña escala se encuentran en la llamada zona Amotape-Huancabamba, que abarca grandes porciones del sur de Ecuador y el norte de Perú. Esta zona se caracteriza por una biodiversidad excepcional, debido en parte a que el accidentado terreno y el variado clima de los Andes proporcionan tantos microhábitats.
Y tan pequeños y dispersos como son los hábitats adecuados de las especies, así es la composición de las especies, afirma el autor principal, Tilo Henning, del Centro Leibniz de Investigación del Paisaje Agrícola (ZALF), que es especialista en esta familia de plantas en esta región. Su colega Álvaro Pérez, de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, y su equipo fueron los primeros en descubrir las plantas. Entonces se pusieron en contacto con Henning.
Estas dos nuevas especies sólo se conocen en una única localidad, donde sólo se dan unas pocas docenas de individuos de la planta en cada caso. En el caso de una de ellas, sólo se descubrió una población con unos 15 individuos maduros, lo que la hace vulnerable aunque esté escondida en una zona aislada y de difícil acceso. Este estrecho endemismo (distribución limitada en un área concreta) es típico de la zona Amotape-Huancabamba, y hay muchas más especies nuevas de plantas y animales a la espera de ser descubiertas, afirma Henning.
Con la descripción de estas dos nuevas especies, el número de especies de Pinguicula registradas en Ecuador se ha triplicado, ya que anteriormente sólo se conocía P. calyptrata, descubierta nada menos que por Alexander von Humboldt. Los autores están convencidos de que hay muchas más especies nuevas a la espera de un reconocimiento científico formal, pero admiten que últimamente ha sido una carrera contrarreloj.
Los resultados presentados en este estudio muestran que la evaluación de la biodiversidad neotropical dista mucho de ser completa. Incluso en grupos bien conocidos, como las plantas carnívoras, se descubren y describen continuamente nuevos taxones, en particular de zonas remotas que se vuelven accesibles en el curso de la expansión urbana ilimitada, escriben Henning, Pérez y sus colegas en un artículo científico dedicado a las nuevas plantas que se publicó en la revista PhytoKeys. Esto es alentador y preocupante al mismo tiempo.
La implacable expansión urbana y la destrucción de hábitats que la acompaña suponen una amenaza masiva para la biodiversidad en general, y para los organismos estrechamente unidos y especializados que dependen de sus frágiles microhábitats en particular, señala Henning. Aunque las dos nuevas especies están relativamente a salvo de la interferencia humana directa -ya que ambas se encuentran en zonas protegidas-, el cambio climático inducido por el hombre afecta cada vez más a los ecosistemas, independientemente de su ubicación, especialmente a los que dependen de precipitaciones regulares, como los humedales de montaña.
La dependencia de un clima constante se refleja incluso en el nombre de una de las dos nuevas especies: Pinguicula ombrophila significa “mariposa amante de la lluvia”, ya que la planta prefiere condiciones muy húmedas, recibiendo la humedad del páramo encharcado y disfrutando de las frecuentes lluvias y nieblas típicas de esta zona.
Fuentes
Pensoft Publishers | Pérez ÁJ, Tobar F, Burgess KS, Henning T (2023) Contributions to Ecuadorian butterworts (Lentibulariaceae, Pinguicula): two new species and a re-evaluation of Pinguicula calyptrata. PhytoKeys 222: 153–171. doi.org/10.3897/phytokeys.222.98139
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