Se desconoce lo que fue de los cuerpos de Leónidas y sus 300 espartanos (y de los 700 tespios, 400 tebanos, 900 ilotas y 1000 focidios que resistieron con ellos hasta el final) tras la batalla de las Termópilas.

Probablemente fueron sepultados en una fosa común en el mismo lugar de la batalla, donde Heródoto dice que estaban los monumentos erigidos para conmemorarlos.

Tan solo sabemos que Jerjes, el rey persa, se ensañó especialmente con el cuerpo de Leónidas:

Habiendo hablado así, Jerjes pasó por el lugar donde yacían los muertos y, al oír que Leónidas había sido rey y general de los lacedemonios, dio orden de cortarle la cabeza y empalar el cuerpo. Por esta prueba, entre otras muchas, me queda claro que, mientras Leónidas vivió, el rey Jerjes estaba más indignado contra él que contra todos los demás; de lo contrario, nunca habría tratado tan atrozmente su cadáver, pues los persas tienen, más allá de todos los hombres conocidos, la costumbre de honrar a los guerreros valientes. Los que recibieron estas órdenes hicieron lo que he dicho.

Heródoto, Historia VII.238
Probable busto de Leónidas en el Museo Arqueológico de Esparta | foto Benutzer:Ticinese en Wikimedia Commons

Sin embargo, es posible que los griegos de la época sí conocieran el lugar exacto donde yacían los hoplitas.

Cuenta Pausanias, el viajero, geógrafo e historiador del siglo II d.C. que vivió entre los años 110 y 180 d.C., que 40 años después de la batalla (es decir, en 440 a.C.), los restos de Leónidas fueron trasladados a Esparta.

También que su tumba se encontraba frente a uno de los teatros de la ciudad de Esparta que había sido construido ya en época romana, y que todos los años se celebraban allí algún tipo de juegos en los que solamente podían competir los espartanos, para honrarle.

Al oeste de la plaza del mercado está el cenotafio de Brasidas, hijo de Tellis. No lejos de allí está el teatro, hecho de mármol blanco y digno de verse. Frente al teatro hay dos tumbas: la primera es la de Pausanias, el general en Platea; la segunda, la de Leónidas. Todos los años se pronuncian discursos sobre ellas y se celebra una competición en la que sólo pueden participar los espartanos. Pausanias se llevó los huesos de Leónidas de las Termópilas cuarenta años después de la batalla. Allí hay una losa con los nombres, y los de sus padres, de los que resistieron en las Termópilas contra los persas.

Pausanias, Descripción de Grecia III.14.1
La tumba de Leónidas en 1971 | foto Biblioteca Fundación Juan March/Legado Joaquín Turina en Wikimedia Commons

Los restos de esa estructura pueden verse en el centro de la moderna ciudad de Esparta (en griego Σπάρτη, Spárti), en una plaza en la confluencia de las calles Ágidos y Termopilón, al sur de las ruinas del teatro.

Lo que queda de ella son grandes bloques de piedra caliza que formaban un edificio de unos 12,5 metros de largo por 8,3 de ancho, con dos cámaras interiores y una puerta entre ellas. La cámara oriental medía 3,15 metros de largo, tenía forma de vestíbulo y estaba ornamentada con columnas. Una estructura muy similar a un pequeño templo griego, que fue construido hacia finales del siglo V a.C., lo que encaja con la cronología de Pausanias.

No obstante las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en 1892 no encontraron restos, por lo que algunos opinan que en realidad se trataba de un cenotafio, esto es, una tumba vacía erigida como conmemoración. Otros, por el contrario, creen que en realidad son los restos de un templo.

Mapa del yacimiento arqueológico de Esparta, a la derecha el ágora con la tumba de Leónidas | foto Davide Mauro en Wikimedia Commons

Los historiadores están de acuerdo en que la repatriación de los restos de Leónidas sucedió realmente, tal y como expresa Paul Cartledge:

Mientras que los espartanos ordinarios que morían en campaña en el extranjero eran enterrados en el lugar y conmemorados en casa con lápidas que llevaban la lacónica información de que tal o cual “había muerto en la guerra”, al parecer era práctica normal de los espartanos traer los cuerpos de sus reyes para enterrarlos en Esparta, embalsamándolos en cera o miel si era necesario. Eso no fue posible en el caso de Leónidas, y en el lugar de su cadáver se preparó una imagen simulada para su entierro. Para compensar, se le dispensó una espléndida versión de los extraordinarios ritos funerarios (“más de lo que correspondía a un ser humano”, en frase de Jenofonte) que se reservaban a todos los reyes, ritos que a los bien informados ojos de Heródoto parecían más bárbaros, concretamente escitas, que típicamente griegos

Paul Cartledge, Espartanos, una historia épica
La tumba de Leónidas en la actualidad | foto Jorgeaschmidt en Wikimedia Commons

En cualquier caso, la estructura actual se trata de lo único que se conserva del antiguo Ágora de Esparta, y su situación coincide con las indicaciones de Pausanias. Lo que no se ha encontrado es la columna o estela, erigida en la tumba de Leónidas, donde estaban inscritos los nombres de los 300 espartanos que cayeron en las Termópilas, y que Heródoto probablemente vio, ya que afirma conocer todos sus nombres.


Fuentes

Pausanias, Descripción de Grecia | Heródoto, Historia | LandLife Travel | Paul Cartledge, The Spartans: an epic history | Real Sparta (Web oficial del municipio de Esparta) | Wikipedia


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