Un pequeño pueblo del extremo suroeste de Francia se convirtió a finales del siglo XIX en uno de los principales focos de la arqueología prehistórica europea. Dos yacimientos paleolíticos fueron descubiertos y explorados muy cerca de la localidad, las cuevas conocidas como Galería de las Hienas y la Gruta del Papa, situadas apenas a 100 metros la una de la otra. Serían los primeros yacimientos paleolíticos explorados de Francia.

La Gruta del Papa se exploró por primera vez en 1881, pero no sería hasta 13 años más tarde que se harían cargo de los trabajos los arqueólogos Joseph de Laporterie y Édouard Piette.

En los estratos atribuidos al período solutrense tardío Piette encontró que los niveles inferiores contenían una gran cantidad de objetos de marfil, por lo que denominó a ese período como Eburniense, que significa pálido o blanco como el marfil.

Figurillas de marfil encontradas en Brassempouy, expuestas en el Museo Nacional de Arqueología | foto Lionel Allorge en Wikimedia Commons

Hasta ocho figurillas o fragmentos de ellas realizados en marfil encontró Piette, todas ellas con aspecto de estar inacabadas y de haber sido talladas al mismo tiempo.

Entre ellas sobresale la que se bautizó como Dama de Brassempouy o Dama de la Capucha, una de las primeras representaciones conocidas del rostro humano junto con la Venus XV hallada en Dolní Věstonice.

La Dama de Brassempouy o Dama de la Capucha | foto Cangadoba en Wikimedia Commons

Ambas fueron hechas durante el período Gravetiense del Paleolítico Superior, hace aproximadamente 25.000 años. La Dama de Brassempouy pronto se convirtió en un icono para los estudiosos y aficionados a la prehistoria.

Sin embargo, en el momento de su creación no debió ser especialmente apreciada, ya que el modelo no tuvo continuidad como canon para los artistas del período Gravetiense y posteriores. En ese sentido fue una obra fallida, y al mismo tiempo única.

Aunque inmediatamente tras su descubrimiento se la consideró una representación femenina, en realidad no hay en la figura nada que nos pueda indicar el sexo. Se trata de una cabeza que mide apenas 3,65 centímetros de alto, por 2,2 de profundidad y 1,9 de ancho. Tiene talladas la frente, la nariz y las cejas, pero no la boca, que está ausente.

Reconstrucción hipotética de la Dama de Brassempouy realizada por Libor Balák (Academia Checa de las Ciencias, Instituto de Arqueología de Brno) | foto Libor Balák en Wikimedia Commons

Destaca una grieta vertical que va desde la frente hasta la barbilla en el lado derecho de la cara, y que es consecuencia de la estructura interna del marfil. La cabeza presenta una trama en forma de damero formado por dos series de incisiones poco profundas en ángulo recto. No se sabe si representa una peluca, una capucha (de ahí uno de los nombres atribuidos a la figurilla) o el pelo peinado en trenzas.

Lo que diferencia a la Dama de Brassempoy del resto de esculturas femeninas gravetienses contemporáneas, conocidas como Venus (las de Willendorf, Lespugue, Dolní Věstonice), es la definición del rostro, que en éstas suele ser muy esquemático. Los finos rasgos, la frente despejada y los pómulos altos, la delicada y rectilínea nariz, el mentón pequeño pero saliente y un cuello grácil, así como el tocado, reflejan el virtuosismo del escultor que la realizó, y demuestran que dominaba las técnicas de la incisión, la perforación, el raspado y el pulido.

La Dama de Brassempouy en diferente del resto de «Venus» paleolíticas | foto Zorey74 en Wikimedia Commons

Algunos quieren ver también en las estrías o escarificaciones presentes en el rostro, representaciones de tatuajes o, en menor medida, algún tipo de maquillaje.

Estudios realizados a la fractura del cuello sugieren que no es resultado de una rotura, lo que lleva a suponer que en realidad la cabeza nunca estuvo unida a un cuerpo. De hecho, ninguno de los otros fragmentos tallados en marfil encontrados junto a ella parecen tener las mismas dimensiones.

Todas las figurillas encontradas en la Gruta del Papa fueron donadas por Piette en 1902 al Museo Nacional de Arqueología de Saint-Germain-en-Laye, cerca de París, donde hoy pueden verse juntas en la sala que lleva el nombre de su descubridor.

Reproducciones gigantes en el Museo de Brassempouy | foto Julien 31 en Wikimedia Commons

En la localidad de Brassempouy el museo de la Maison de la Dame expone reproducciones y calcos de las figurillas, siendo especialmente famosas las versiones gigantes situadas en el patio.


Fuentes

White, R. The Women of Brassempouy: A Century of Research and Interpretation. J Archaeol Method Theory 13, 250–303 (2006). doi.org/10.1007/s10816-006-9023-z | Christine Desdemaines-Hugon, Stepping-Stones: A Journey through the Ice Age Caves of the Dordogne | La “Dame à la Capuche” (Musée d’Archéologie Nationale) | Wikipedia


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