La Comunidad Valenciana reúne algunos de los puntos turísticos más demandados de España a la hora de buscar un destino para las vacaciones. Al fin y al cabo, allí están localidades de referencia como Alicante, Benidorm, Játiva, Denia, Calpe, Gandía o Valencia, entre otras. Ahora bien, cualquiera que haya consultado posibilidades de pernocta últimamente habrá comprobado que los precios -no sólo allí sino en todas partes- han subido considerablemente. Por eso una alternativa que resultará bastante más asequible sea la de optar por las casas rurales en la Comunidad Valenciana que ofrecen un amplio abanico de tipos, tamaños y ubicaciones.

Contra lo que se suele creer, este tipo de alojamiento no se limita al interior, al mundo rural o de montaña; también hay casas rurales en la costa. Asimismo, hay que quitarse de encima la imagen de unas instalaciones rústicas y básicas, pues terraza, jardín y piscina son elementos ya habituales para atraer a clientela diversa. Clientela que, por cierto, contará con ventajas extras como disfrutar del sitio con completa libertad, tal cual se tratase de su hogar, y poder ir en grupo o familia (incluso con mascota, pues casi la mitad las admiten) por mucho menos dinero del que pagarían por un hotel, ya que se pueden encontrar casas rurales por menos de cien euros la noche.

Las casas rurales de la Comunidad Valenciana cuentan mayoritariamente con Wifi, tres cuartas partes de ellas disponen de terraza y más del sesenta por ciento tienen aire acondicionado. Todo lo cual no hace extrañar que se hayan perfilado como la gran elección para quienes buscan la famosa triple b (bueno, bonito, barato), a la que hay que añadir la l de libertad y la s de satisfacción. Luego, es cuestión de que el destino escogido cumpla las expectativas, cosa casi garantizada si se viaja a esa bella región de España. Veamos diez de las miles de razones para adjetivarla así, en el ámbito del turismo rural.

1. Astroturismo en la serranía de Valencia (Valencia)

La serranía de Valencia es lo que se denomina una Reserva Starlight, es decir, un espacio natural protegido en donde se establece un compromiso por la defensa de la calidad del cielo nocturno y el acceso a la luz de las estrellas. Por lo tanto, se trata de un sitio perfecto para practicar la observación nocturna de los astros, con o sin telescopio, una oferta cada vez más habitual en el sector turístico.

2. Observación de aves en la Albufera (Valencia)

La Albufera | foto pixabay.com

Como en el caso anterior, el interés por la observación de aves crece continuamente y constituye un complemento al turismo de naturaleza. El humedal de la famosa Albufera valenciana, que es Parque Natural, constituye un lugar idóneo por la abundancia de aves (más de trescientas especies), de las que es posible ver su puesta de huevos o el momento de la hibernación. También se puede hacer en el vecino Tancat de Millia o en Castellón (Parque Natural de la Sierra del Espadán, Estanys de Almenara) y Alicante (Parque Natural del Hondo, Serra de Mariola, Font Roja y Montgó).

3. Enoturismo en Ontiyent (Valencia)

No hay dos sin tres y un nicho turístico más en alza es el del enoturismo. A una hora de Valencia está Ontiyent, capital de facto de lo que se conoce popularmente como la Toscana valenciana debido a la similitud paisajística con esa región italiana. Allí trabajan catorce bodegas, algunas de las cuales organizan visitas didácticas a sus instalaciones e incluso ofrecen hospedaje. Alto Turia, Moscatel, Valentino y Clariano son las cuatro subzonas de la Denominación de Origen Protegida Valencia; las otras provincias de la Comunidad Valenciana tienen las suyas: Vinos de Alicante y Vins de les Terres de Castelló.

4. Isla de Tabarca (Alicante)

Este pedazo de tierra plana, de apenas treinta hectáreas y situado a ocho kilómetros de la costa alicantina, sirvió históricamente de base a corsarios y contrabandistas, pero ahora sus visitantes son turistas que desean pasar una jornada en la isla más grande de la Comunidad Valenciana y la única habitada. Es recomendable darse un baño o hacer submarinismo en sus límpidas aguas.

5. Morella y Peñíscola (Castellón)

Peñíscola | foto pixabay.com

Son dos pueblos, uno de interior y otro litoral (de la llamada Costa del Azahar), que muy bien podrían disputarse el honor de ser considerados los más bonitos de la provincia castellonense, sin desmerecer a otros por supuesto. Morella, agarrado a la falda de una colina coronada por un castillo, ofrece un nutrido patrimonio histórico del que se puede destacar la basílica de Santa María; Peñíscola también tiene una ubicación peculiar, en su caso en un tómbolo (península rocosa) donde asimismo hay un castillo que sirvió de telón de fondo para la escena final de la película El Cid.

6. Castillo de Játiva (Xàtiva, Valencia)

Si de castillos se habla es inevitable mencionar uno de los más impresionantes de la región, encaramado sobre la sierra Vernissa y de estilo gótico, aunque con restos ibéricos, romanos y musulmanes. Es Monumento Nacional y, en los días claros, se puede divisar desde sus almenas el Mediterráneo, pese a que la ciudad se halla a medio centenar de kilómetros del mar (en concreto de Gandía, otro de los centros turísticos destacados).

7. Pinturas rupestres del Barranco de Valltorta (Castellón)

A los aficionados al turismo cultural no les falta su hueco en la Comunidad Valenciana. El típico arte rupestre esquemático prehistórico tiene en suelo castellonés una representación importante, como en las cuevas y abrigos de los barrancos de Valltorta y Gasulla, del Castillo de Vilafamés, de l’Albaroc o de Morella la Vella. Si alguien se queda con ganas de más, puede acercarse a la Cueva la Araña, en la valenciana Bicorp, o a los abrigos de La Sarga, en el alicantino municipio de Alcoy.

8. Cova Tallada (Denia, Alicante)

Si las cuevas reseñadas antes atraen por sus pinturas prehistóricas, esta otra situada en la Reserva de San Antonio, entre las muy turísticas Denia y Jávea, lo hace por la singularidad de haber sido excavada -en parte- por la mano del Hombre en la Edad Media con el fin de utilizar la piedra. Una cantera, pues, que insospechadamente se ha convertido en un extraordinario rincón al borde del mar (se puede entrar remando o a pie).

9. Castillo de Guadalest (Alicante)

En realidad, Guadalest no es una maravilla sólo por ese castillo musulmán del siglo XII que parece surgir de la nada sino también por el Conjunto Histórico-Artistico que es en sí y donde, pese a no llegar a trescientos habitantes, hay nada menos que ocho museos, a cual más curioso.

10. Salto de la Novia (Navajas, Castellón)

Se trata de una espectacular cascada de unos sesenta metros de altura que debe su nombre a una trágica leyenda, según la cual una novia a punto de casarse tuvo un fatal accidente cuando la visitaba y la cortina de agua sería así su velo nupcial. Es una de las piscinas naturales de Castellón, junto a las de Río Chico, El Puente, El Molino, Río Villahermosa y Fuente de los Baños.


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