El sistema fluvial de Europa es complejo y muy extenso. Precisamente dos de sus ríos principales, el Rin y el Danubio, aunque no nacen relativamente cerca el uno del otro, se encuentran en un famoso ejemplo de escapismo natural que ha fascinado a poetas y geógrafos a partes iguales desde hace siglos.

El Danubio (Donau en alemán) nace a poca distancia de la ciudad de Donaueschingen, en la Selva Negra alemana, por la unión de dos pequeños ríos. Las fuentes del Rin, por el contrario, se encuentran en el corazón de los Alpes suizos.

El Danubio fluye hacia el este, mientras que el Rin lo hace hacia el noroeste, atravesando el país helvético y entrando al lago Constanza por su extremo sureste. Del lago sale por su extremo este, fluyendo al sur del Danubio por unos 120 kilómetros hasta la ciudad suiza de Basilea, donde gira 90 grados para dirigirse hacia el norte.

El Danubio completamente seco | foto Roland Nonnenmacher en Wikimedia Commons

Es precisamente el lago Constanza el que hace la conexión entre las aguas de ambos ríos. Aunque el Danubio nunca entra al lago, sí que lo hace parte de su agua. Porque en su curso alto, a apenas 23 o 24 kilómetros después de su nacimiento, el Danubio desaparece.

El lugar donde eso ocurre se llama, muy apropiadamente Donauversickerung (que en alemán siginifica sumidero del Danubio) y está cerca de la localidad de Immendingen, a una altitud de unos 673 metros. Allí el agua del río se filtra por las cavernas del sistema kárstico que hay debajo, fluyendo a través de ellas en dirección sur.

Esquema del sumidero del Danubio | foto Kreuzschnabel en Wikimedia Commons

La primera vez que se documentó la desaparición completa del Danubio fue en 1874. Desde entonces se han registrado “desapariciones” que van desde los apenas 29 días al año hasta los 309 (esto último en 1921). La media anual de días en que el río desaparece completamente es de unos 155 días, principalmente en los meses de verano.

Cuando no desparece por completo, una parte de su agua se sigue filtrando en el sumidero y el resto continua su curso cruzando media Europa hasta desembocar en el Mar Negro en Rumanía. El agua “desaparecida” se dirige hacia el sur por numerosas grietas y pequeñas hendiduras, y 12 kilómetros después reaparece en Aachtopf a unos 475 metros de altitud.

Aachtopf es un manantial que originalmente se pensaba que tenía origen termal, pero en realidad no es sino el agua del Danubio “desaparecida” que emerge de una cavidad kárstica. Con una cantidad aproximada de 8.500 litros por segundo, Aachtopf es el manantial del que se obtiene la mayor parte del agua mineral de Alemania.

Mapa de los cursos altos del Rin y el Danubio, con indicación del sumidero | foto WWasser en Wikimedia Commons

Hasta 1877 la relación entre el sumidero y el manantial de Aachtopf se sospechaba, pero no había podido demostrarse. El 9 de octubre de ese año el geólogo Adolf Knop, del Instituto de Tecnología de Karlsruhe, vertió 10 kilogramos de fluoresceína sódica (un colorante orgánico), junto con 20 toneladas de sal y 1.200 kilogramos de petróleo de esquisto (el que se obtiene de rocas con alto contenido orgánico) en el Danubio justo antes del sumidero.

Al cabo de 60 horas un agua coloreada de verde fluorescente y con sabor a alquitrán emergió en el manantial de Aachtopf, demostrando que efectivamente se trataba del agua “perdida” del Danubio.

El agua del Danubio reaparece en Aachtopf | foto Hubert Berberich en Wikimedia Commons

En Aachtopf el agua del Danubio se convierte en un nuevo río llamado Radolfzeller Aach, que vierte sus aguas al lago Constanza. Como vimos al comienzo, el río que sale del lago no es otro que el Rin. De ese modo una parte del agua del Danubio desemboca también en el Rin, un curioso y llamativo rasgo de la gran cuenca hidrográfica europea.

Pero hay más, porque según los expertos es probable que en el futuro el actual curso superior del Danubio se desvíe por completo hacia el Radolfzeller Aach, y por tanto hacia el Rin. Si eso se produjera, habría que situar las nuevas fuentes del Danubio en pequeños afluentes que vierten al río pasado el sumidero, en concreto el Krähenbach y el Elta.

El Donauversinkung y el lecho seco del río son una concurrida atracción natural, por donde se puede caminar entre mediados de mayo y mediados de septiembre. Familias enteras se dedican durante esos meses a la caza de fósiles del jurásico arrastrados por la corriente que quedan a la vista y al alcance para delicia, sobre todo, de los más pequeños. Hay incluso visitas guiadas para tal fin.

El agua del Danubio, convertida ya en el río Radolfzeller Aach, se dirige al Lago Constanza | foto Dg-505 en Wikimedia Commons

Fuentes

Hötzl, H. Origin of the Danube-Aach system. Geo 27, 87–96 (1996). doi.org/10.1007/BF01061676 | Suche nach der versickerten Donau | Donauversinkung (Donaubergland) | Naturphänomen Donauversickerung (Stadt Tuttlingen) | Wikipedia


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