¿Es especial la Vía Láctea o, al menos, ocupa un lugar especial en el Universo? Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto que la respuesta a esa pregunta es sí, de una forma no apreciada hasta ahora. Un nuevo estudio demuestra que la Vía Láctea es demasiado grande para su «pared cosmológica», algo que aún no se ha observado en otras galaxias. La nueva investigación se publica en Monthly Notices of the Royal Astronomical Society.

Una pared cosmológica es una disposición aplanada de galaxias que rodean a otras galaxias, caracterizada por regiones especialmente desiertas llamadas «vacíos» a ambos lados de ella. Estos vacíos parecen aplastar las galaxias en forma de tortita para formar la disposición aplanada. Este entorno de paredes, en este caso llamado Hoja Local, influye en cómo la Vía Láctea y las galaxias cercanas giran alrededor de sus ejes, de una forma más organizada que si estuviéramos en un lugar cualquiera del Universo, sin pared.

Típicamente, las galaxias tienden a ser significativamente más pequeñas que esta llamada pared. Se ha descubierto que la Vía Láctea es sorprendentemente masiva en comparación con su pared cosmológica, un hecho cósmico poco frecuente.

La Hoja Local, una pared plana de galaxias que rodea a la Vía Láctea (indicada con una espiral). Los círculos azules indican la distancia a la Vía Láctea en intervalos de 1 Mpc. | foto Miguel A. Aragón-Calvo/Proyecto Illustris TNG

Los nuevos hallazgos se basan en una simulación informática de última generación, que forma parte del proyecto IllustrisTNG. El equipo simuló un volumen del Universo de casi mil millones de años luz que contiene millones de galaxias. Sólo un puñado -aproximadamente una millonésima parte de todas las galaxias de la simulación- eran tan «especiales» como la Vía Láctea, es decir, estaban incrustadas en una pared cosmológica como la Hoja Local y eran tan masivas como nuestra galaxia natal.

Según el equipo, puede ser necesario tener en cuenta el entorno especial que rodea a la Vía Láctea al realizar simulaciones, para evitar el llamado «sesgo copernicano» al hacer inferencias científicas a partir de las galaxias que nos rodean. Este sesgo, que describe la eliminación sucesiva de nuestro estatus especial en los casi 500 años transcurridos desde que Copérnico degradó a la Tierra de estar en el centro del cosmos, provendría de suponer que residimos en un lugar completamente promedio en el Universo. Para simular observaciones, los astrónomos asumen a veces que cualquier punto de una simulación como IllustrisTNG es tan bueno como cualquier otro, pero los hallazgos del equipo indican que puede ser importante utilizar ubicaciones precisas para realizar tales mediciones.

Un análogo de la Vía Láctea situado en el centro de una pared plana de galaxias más pequeñas (esferas grises). Los círculos azules indican la distancia al Análogo de la Vía Láctea en intervalos de 1 Mpc. La imagen de fondo muestra la distribución de la materia oscura (verde y azul) y las galaxias (aquí vistas como diminutos puntos amarillos) en una fina porción del volumen cúbico en el que esperamos encontrar una de estas raras galaxias masivas | foto Miguel A. Aragón-Calvo/Proyecto Illustris TNG

La Vía Láctea es, en cierto modo, especial, afirma Miguel Aragón, director de la investigación. La Tierra es muy obviamente especial, el único hogar de vida que conocemos. Pero no es el centro del Universo, ni siquiera del Sistema Solar. Y el Sol no es más que una estrella ordinaria entre miles de millones en la Vía Láctea. Incluso nuestra galaxia parecía ser sólo otra galaxia espiral entre miles de millones de otras en el Universo observable.

La Vía Láctea no tiene una masa o un tipo particularmente especial. Hay muchas galaxias espirales que se le parecen más o menos, explicó Joe Silk, otro de los investigadores. Pero es rara si se tiene en cuenta su entorno. Si pudiéramos ver fácilmente en el cielo la docena de grandes galaxias más cercanas, veríamos que todas ellas se encuentran casi sobre un anillo, incrustadas en la Hoja Local. Eso es algo especial en sí mismo. Lo que acabamos de descubrir es que otras paredes de galaxias en el Universo como la Hoja Local muy rara vez parecen tener una galaxia en su interior que sea tan masiva como la Vía Láctea.

Puede que haya que viajar 500 millones de años luz desde la Vía Láctea, pasando por muchísimas galaxias, para encontrar otra pared cosmológica con una galaxia como la nuestra, afirma Aragón. Y añade: Eso es un par de cientos de veces más lejos que la gran galaxia más cercana a nosotros, Andrómeda.

Un Análogo de la Hoja Local en la simulación Illustris TNG300, una pared plana de galaxias que rodea una galaxia Análoga a la Vía Láctea (gran esfera en el centro). Los círculos azules indican la distancia a la galaxia central en intervalos de 1 Mpc. | foto Miguel A. Aragón-Calvo/Proyecto Illustris TNG

Hay que tener cuidado, sin embargo, al elegir las propiedades que se califican como ‘especiales’, dijo Neyrinck, otro miembro del equipo. Si añadiéramos una condición ridículamente restrictiva a una galaxia, como que debe contener el papel que escribimos sobre esto, sin duda seríamos la única galaxia en el Universo observable así. Pero creemos que esta propiedad de ‘demasiado grande para su pared’ tiene suficiente sentido físico y relevancia observacional como para considerarla realmente especial.


Fuentes

Royal Astronomical Society | M.A. Aragon-Calvo, Joseph Silk, Mark Neyrinck, The unusual Milky Way-local sheet system: implications for spin strength and alignment, Monthly Notices of the Royal Astronomical Society: Letters, Volume 520, Issue 1, March 2023, Pages L28–L32, doi.org/10.1093/mnrasl/slac161


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