Ante la actual emergencia climática, prestar atención al impacto que pueden tener nuestras acciones cobra más importancia que nunca. En este sentido, dejar a un lado los combustibles fósiles para apostar por las energías renovables será una gran solución. Una alternativa sostenible y que nos permite reducir la huella del ser humano en el medioambiente puede ser la energia solar. Pero, ¿qué es? ¿En qué consiste, y qué tipos hay? Esas son solo algunas de las preguntas que vamos a responder a continuación.

Definición de la energía solar

Para comprender qué es la energía solar, solo hace falta mirar hacia arriba. El Sol, la estrella central del Sistema Solar, produce la energía de la que se alimenta la Tierra. Así, cuando hablamos de energía solar, nos referimos a la que nos ofrece el Sol, a cada fotón que llega a la superficie terrestre y que la tecnología actual puede recoger y aprovechar de forma limpia y segura.

Hemos de tener en cuenta que cada hora llega a la Tierra una cantidad de radiación solar suficiente para cubrir las necesidades energéticas de todo el mundo durante casi un año. Esto convierte a la energía de tipo solar en un recurso natural muy beneficioso. Además, su impacto medioambiental es mínimo y no produce ningún tipo de residuo.

Diferentes tipos de energía solar

Aunque la energía solar siempre es la misma, podemos dividirla en diferentes categorías según el procesamiento al que sea sometida. Así, las principales serán:

  • Energía solar térmica: Es aquella que aprovecha la energía recogida para producir calor y puede ser aplicada a nivel doméstico o industrial. Se trata de un tipo de energía renovable que va a necesitar la instalación de colectores solares en los tejados de las viviendas o en grandes extensiones de terreno. Ese puede ser el caso, por ejemplo, de las centrales térmicas solares. Dichos colectores serán los que transformarán la energía térmica en energía mecánica, un proceso que producirá electricidad.
  • Energía solar fotovoltaica: A diferencia de la térmica, la energía solar fotovoltaica es la que se obtiene de forma directa a través de la radiación solar. Para ello, es necesario que se instalen paneles solares fotovoltaicos, unos dispositivos equipados con células de silicio capaces de transformar dicha radiación solar en electricidad. Esta clase de paneles solares, comunes y económicos, pueden ser utilizados en plantas fotovoltaicas, pero son muy adecuados para su uso doméstico en todo tipo de viviendas.
  • Energía solar pasiva: Tanto la energía solar térmica como la fotovoltaica entran en la categoría de energías solares activas. La de tipo pasivo, no obstante, es aquella que no requiere de mecanismos para recogerla o procesarla. Eso es algo que se suele lograr recurriendo a la arquitectura bioclimática y al uso de materiales y diseños que usan la energía captada durante el día para mantener el calor por la noche.

Diferentes usos de la energía solar

Este tipo de energía renovable, en su modalidad fotovoltaica, puede brindar muchos usos. Así, como ya hemos señalado, podemos transformarla en electricidad a través de los paneles fotovoltaicos para su uso diario.

No obstante, dichos paneles también pueden absorber los rayos solares para calentar un tanque de agua, que más tarde será empleado para la ducha, la cocina o incluso para alimentar sistemas de calefacción.

Por último, los paneles solares también pueden generar aire frío. El llamado “frío solar”, pues, es una alternativa sostenible y muy interesante al aire acondicionado.


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