Durante las excavaciones de la antigua capital asiria de Kalkhu (más conocida como Nimrud, en Irak) en 1850, el arqueólogo Austen Henry Layard encontró una pieza de cristal de roca enterrada bajo las ruinas del salón del trono del palacio noroeste.
Estaba debajo de otros trozos de vidrio que parecían haber formado parte de un objeto, quizá de madera o marfil, y que se había roto o desintegrado a lo largo de los siglos.
Con los cuencos de vidrio se descubrió una lente de cristal de roca, con caras convexas y planas opuestas. Los asirios no conocían sus características, por lo que se trata del primer ejemplar de lupa y de vidrio para quemar. Fue enterrado bajo un montón de fragmentos de un hermoso vidrio azul opaco, aparentemente el esmalte de algún objeto de marfil o madera, que había perecido.
Austen Henry Layard, Discoveries in the Ruins of Nineveh and Babylon
Se trata de una lente, toscamente tallada y de forma ligeramente ovalada, datada en el siglo VIII a.C. entre los años 750 y 710 a.C. durante el período neoasirio. Tiene un diámetro máximo de 4,20 centímetros, y un grosor de entre 4,10 y 6,20 milímetros. Posee una distancia focal de unos 12 centímetros, lo que la hace equivalente a una lupa de 3 aumentos.
La superficie de la lente tiene 12 cavidades abiertas durante el tallado, que pueden haber contenido nafta o algún otro fluido atrapado en el cristal en bruto. Dado que está hecha con cristal de roca natural no se ha deteriorado significativamente con el paso del tiempo.
En el momento del descubrimiento Layard la identificó inmediatamente como una lente, aunque creía que los asirios no conocían sus propiedades ópticas, esto es, para aumentar el tamaño de las cosas a la vista, sino que la utilizaban para encender fuego. No obstante también señaló que algunas inscripciones que descubrió en el mismo yacimiento eran tan pequeñas que podrían haber sido realizadas con la ayuda de una lente.
Ciertamente no hay pruebas de que los asirios utilizaran lentes, aunque muchos ópticos que examinaron la pieza a lo largo de los años creen que fue fabricada deliberadamente como lente. Dado que por su tamaño encaja perfectamente en la cuenca del ojo, sería una especie de monóculo utilizado por un escriba o un artesano.
Otros opinan que sus propiedades ópticas son accidentales, y que probablemente se trata de una pieza decorativa que estaría encajada en muebles o en otro tipo de decoración.
El asiriólogo y paleografo italiano Giovanni Pettinato opinaba que esta lente había formado parte de una especie de telescopio, que explicaría los conocimientos de astronomía de los asirios. Sin embargo, la poca calidad de la lente no apoya esta hipótesis.
Pero según Pettinato, que los asirios representaran al planeta Saturno como un dios rodeado de serpientes sugiere que esa era su interpretación de los anillos que veían (más bien borrosos) a través del supuesto telescopio.
La hipótesis de que utilizaban la lente para encender fuego se sustenta en un objeto similar mencionado en la Epopeya de Ishtar e Izdubar (una temprana traducción del Poema de Gilgamesh, cuando todavía no se habían descubierto todos los fragmentos hoy conocidos):
El Rey entonces se levanta, toma el vaso sagrado, / Y lo sostiene al sol ante la masa / de combustible que espera en el altar apilado. / Los rayos centrados… el combustible brillante doran / Con una mancha redonda de fuego y rápidamente / Sobre el altar se enroscan, ¡mientras cantan!
Leonidas Le Cenci Hamilton, Ishtar and Izdubar IV
Uno de los últimos especialistas en examinar la lente, el doctor Ángel Tomás Camacho Garcia, del Instituto Cultura, Ciencia y Tecnología de Galicia, sostiene que la lente estuvo engastada en una montura metálica y que probablemente estaba destinada a una persona con gran poder, por ejemplo el rey Sargón II, para corregir su astigmatismo.
Hoy mismo sería posible salir a la calle y encontrarnos a alguien que tuviese un grado de astigmatismo que sería perfectamente corregido con la lente de Layard. El problema es que tales lentes toroidales para corregir el astigmatismo solo comenzaron a ser producidas en Europa a mediados del siglo XIX y solo se hizo disponible para el público general de forma industrial cerca del año 1900. ¡Y sin embargo aquí tenemos una lente que parece haber sido producida no más tarde del siglo VII antes de Cristo! Puesto que no podemos asumir que los asirios (o los trabajadores que producían las lentes para ellos, puesto que podía haber sido un artesano extranjero) tuviesen suficiente teoría óptica para ser capaces de diseñar y ejecutar una lente toroidal sobre la base de cálculos, el punto de vista más conservador, y el más seguro en ausencia de cualquier otra evidencia, es concluir que la producción de tal lente fue ejecutada por un método de ensayo y error, sobre una base empírica más que sobre una base teórica. Pero incluso así, el logro que representa que una lente toroidal se desarrollase hace cerca de 3000 años para corregir un caso individual de astigmatismo, no puede ser infraestimado.
Ángel Tomás Camacho García, La sorprendente historia de la lente de Layard, pp. 36-43
El hecho de que Layard encontrase la lente en el salón del trono del palacio sugeriría por tanto que realmente se trataba de un monóculo para Sargón II, que reinó entre 722 y 705 a.C.
Se sabe que lentes de cuarzo se utilizaban en Babilonia, el antiguo Egipto y la antigua Grecia, pero son pocas las que han sobrevivido, y ninguna es tan antigua como la de Nimrud. Por tanto está considerada como el instrumento óptico más antiguo encontrado hasta ahora por los arqueólogos.
La lente de Nimrud se guarda en el Museo Británico, donde actualmente no se encuentra en exposición.
Fuentes
Austen Henry Layard, Discoveries in the Ruins of Nineveh and Babylon | Leonidas Le Cenci Hamilton, Ishtar and Izdubar | Ángel Tomás Camacho García, La sorprendente historia de la lente de Layard, Investigación, Cultura, Ciencia y Tecnología nº22, vol.11 (2019) pp. 36-43. | British Museum | Wikipedia
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