Hacer el amor, no la guerra, podría haber sido la causa de la extinción de los neandertales. Mientras que alrededor del 2% del genoma de todas las personas que descienden de las que viven fuera de África procede de los neandertales, hay muy pocas pruebas de que este proceso haya ido en sentido contrario.

Un nuevo trabajo, publicado en la revista PalaeoAnthropology, plantea la posibilidad de que el mestizaje con nuestros antepasados hubiera reducido el número de neandertales que se reproducían entre sí, lo que habría provocado su eventual extinción.

Aunque hasta la fecha sólo se han secuenciado 32 genomas de neandertales, lo que deja abierta la posibilidad de que la falta de ADN de Homo sapiens en su genoma sea en realidad una peculiaridad del muestreo, los autores esperan que los avances en la tecnología de secuenciación del ADN puedan resolver esta hipótesis al poner a disposición más genomas.

El profesor Chris Stringer, jefe de investigación sobre la evolución humana del Museo de Historia Natural de Londres, es el autor del nuevo artículo junto con su colega, la Dra. Lucile Crété.

Representación de Homo neanderthalensis por Charles R. Knight (1920) | foto dominio público en Wikimedia Commons

Chris afirma: Nuestro conocimiento de la interacción entre Homo sapiens y neandertales se ha hecho más complejo en los últimos años, pero todavía es raro ver una discusión científica sobre cómo ocurrió realmente el mestizaje entre los grupos.Proponemos que este comportamiento podría haber llevado a la extinción de los neandertales si se reproducían regularmente con los Homo sapiens, lo que podría haber erosionado su población hasta su desaparición.

Los primeros encuentros entre neandertales y Homo sapiens

Los neandertales y los Homo sapiens divergieron entre sí hace unos 600.000 años y evolucionaron en zonas muy diferentes del mundo. Se han encontrado fósiles de neandertales en toda Europa y Asia, llegando hasta el sur de Siberia. Se cree que pasaron al menos 400.000 años evolucionando en este entorno, adaptándose a un clima predominantemente más frío que el actual.

Mientras tanto, los ancestros de nuestra especie evolucionaron en África. Actualmente no se sabe con certeza si los Homo sapiens son descendientes directos de un grupo de antiguos homininos africanos o si son el resultado de la mezcla de diferentes grupos repartidos por el continente.

Según los datos genéticos, parece que las dos especies se encontraron por primera vez cuando el Homo sapiens empezó a hacer incursiones ocasionales fuera de África hace unos 250.000 años. Sin saber exactamente cómo eran o se comportaban los neandertales, sólo podemos especular sobre lo que los Homo sapiens habrían pensado de sus parientes, dice Chris. Las diferencias lingüísticas habrían sido probablemente mayores de lo que podríamos imaginar, dada la profundidad temporal de la separación, y habrían sido mucho mayores que las existentes entre las lenguas modernas.

Neandertales representados en el Museo de Historia Natural de Viena | foto kulakov en depositphotos.com

La barrera lingüística podría haberse visto reforzada por los atributos individuales de ambas especies, ya que las comparaciones entre neandertales y Homo sapiens sugieren que los cerebros y el aparato vocal de las especies eran diferentes. Los genomas de los neandertales también muestran que casi 600 genes se expresaban de forma diferente entre nuestra especie y la suya, sobre todo los asociados a la cara y la voz.

Otra diferencia destacada habría sido la frente, ya que los neandertales poseían una cresta frontal prominente que podría haber sido utilizada para la comunicación social. Sin embargo, las señales que estas crestas intentaban transmitir bien podrían haberse perdido en nuestros antepasados. Algunos estudios sugieren que la reducción de las crestas de las cejas permitió a los Homo sapiens recurrir a ellas para transmitir una serie de señales más sutiles y temporales.

En cualquier caso, estos encuentros acabaron conduciendo a la reproducción entre ambas especies, pero la forma exacta en que esto ocurrió también está rodeada de misterio.

El mestizaje entre neandertales y Homo sapiens

Sabemos que nuestra especie se cruzó con los neandertales desde que se secuenciaron los primeros genomas de nuestros parientes. Sin embargo, los genes neandertales que tenemos hoy en día no son el resultado de estas primeras interacciones esporádicas que tuvo el Homo sapiens cuando salió de África. En cambio, proceden de las migraciones mucho más amplias que los humanos modernos emprendieron hace unos 60.000 años.

El mestizaje en esta época pudo ser el resultado de un cortejo mutuo o pudo ser menos amistoso. Los encuentros entre grupos separados de nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés, muestran pruebas de ambos comportamientos.

El éxito del mestizaje parece depender de la pareja exacta que se reproducía. Hasta ahora no hay pruebas de la genética del Homo sapiens en los genomas de los neandertales tardíos que datan de hace 40–60.000 años.

Es posible que esto se deba al propio proceso de hibridación, ya que algunas especies sólo son capaces de producir descendencia en determinadas direcciones. Por ejemplo, el polen de la planta Capsella rubella puede fecundar con éxito las semillas de Capsella grandiflora, pero no al revés.

Capsella rubella en Cruz de Tejeda, Gran Canaria | foto Krzysztof Ziarnek, Kenraiz en Wikimedia Commons

La falta de ADN mitocondrial, que se hereda a través de las hembras, de los neandertales en los seres humanos vivos se ha sugerido como prueba de que sólo los neandertales masculinos y los Homo sapiens femeninos podían aparearse, pero también hay algunas pruebas de que los híbridos masculinos pueden haber sido menos fértiles que las hembras.

Con menos neandertales reproduciéndose entre sí y con grupos ya pequeños y dispersos debido al medio ambiente, la hibridación fuera de los grupos familiares neandertales podría haber contribuido a empujar la especie hacia el declive. Sin embargo, por el momento no hay suficientes pruebas para decidir en uno u otro sentido.

No sabemos si el aparente flujo genético unidireccional se debe a que simplemente no se produjo, a que la reproducción tuvo lugar pero no tuvo éxito o a que los genomas neandertales que tenemos no son representativos, afirma Chris.

A medida que se secuencien más genomas neandertales, podremos comprobar si el ADN nuclear del Homo sapiens se transmitió a los neandertales y demostrar si esta idea es correcta o no». En el futuro, la investigación también podría analizar cuestiones similares relacionadas con otra especie de homínidos conocida como los denisovanos, lo que nos daría una idea más clara de cómo interactuaba nuestra especie con sus parientes más cercanos.


Fuentes

The Natural History Museum | Chris Stringer, Mapping Interactions of H. neanderthalensis and Homo sapiens from the Fossil and Genetic Records, PaleoAnthropology Vol. 2022 No. 2 (2022), DOI:doi.org/10.48738/2022.iss2.130


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