Un visado para entrar en Kenia es lo más importante si lo que se desea es descubrir el archipiélago de Lamu, la alternativa perfecta (o el colofón) a los safaris. Ni maleta, ni vacunas, ni cámara fotográfica, ni… Sin el visado no se puede entrar en el país y sería una pena perderse tan fascinante destino por un descuido burocrático que, en la práctica, apenas es un mero trámite y no debería suponer ninguna pega.

Qué es Lamu, se preguntarán muchos. Se trata de un conjunto de islas situadas en el océano Índico, frente a la costa de Kenia, a la que pertenecen. Son un ejemplo magnífico de lo que se denomina cultura swahili, esa abigarrada mezcla de componentes étnicos, folklóricos, lingüísticos y humanos de los pueblos nativos del sudeste africano, de habla bantú, con los elementos aportados por los árabes que se instalaron en ese litoral a partir del siglo X para comerciar. Y aunque, en general, se considera que los sitios swahilis más representativos son la ciudad keniata de Mombasa y las islas de Zanzíbar y Pemba (pertenecientes a Tanzania), Lamu también constituye un lugar de referencia.

La isla más grande, llamada también Lamu, es la más concurrida porque en su capital, Lamu Town, se ubican los alojamientos para los viajeros; algunos de ellos, por cierto, encantadoras casas swahilis rehabilitadas. Esta pequeña urbe asomada al mar tiene en éste su principal vía de comunicación, ya que no hay carreteras; ni siquiera vehículos terrestres, más allá de alguna ambulancia, por lo que casi todos los vecinos disponen de una lancha y algunos incluso de un dhow, la típica embarcación árabe de casco de madera y vela latina (que allí adornan con banderas de los equipos de fútbol de la Premier Ligue inglesa) que lo mismo sirve como transporte que para pescar u ofrecer excursiones náuticas.

Por tanto, es fácil deducir que para llegar no queda más remedio que hacerlo por vía acuática o aérea. Manda, una de las islas menores, dispone de un pequeño aeródromo para aviones de hélice que hacen la ruta desde Nairobi. Consecuentemente, lo primero que ha de hacer cualquier turista es obtener el citado visado, volar a la capital de Kenia y desde allí enlazar hacia Manda, desde donde habrá de desplazarse en bote hasta Lamu Town. Dejemos Lamu por un momento y veamos cómo se hace la solicitud del visado.

Solicitar visado para Kenia es muy sencillo y puede realizarse online, ya que se trata de un permiso electrónico -los tiempos cambian- que otorga su gobierno por un período de estancia de 90 días (si únicamente se va a transbordar en el aeropuerto no es necesario). Esa operación debe llevarse a cabo al menos una semana antes -es preferible antes, por si se presenta algún problema, aunque la media de resolución es de apenas ocho días salvo casos de urgencia, en que se reduce a la mitad-, a cualquier hora de las siete jornadas de la semana. Como siempre, resulta conveniente leer antes las condiciones para no meter la pata.

¿Cuáles son los requisitos del visado para Kenia? en primer lugar hay que aclarar que este visado es válido sólo para turistas, viajeros de negocios (no para trabajar in situ) y/o recibir un tratamiento médico, por eso resulta obligatorio reservar primero vuelo y alojamiento, ya que entre los datos que habrá que rellenar figuran las fechas de llegada y salida, así como la confirmación de reserva del hotel para la primera noche (es forzoso pasar al menos una noche en el país) o una carta de invitación de un anfitrión (que deberá aportar una foto y su documento de identidad), adjuntando a la solicitud los documentos correspondientes.

También hace falta tener pasaporte con una validez mínima de seis meses en el momento de llegar a Kenia y alguna página en blanco para sellar; obviamente, no se puede entrar en el país sin pasar por uno de los puestos de control ubicados en los 10 aeropuertos, 10 puertos marítimos y 11 pasos fronterizos. El pasaporte debe escanearse y entregarse con la solicitud y los demás documentos (insistimos, las confirmaciones de vuelo y hotel), junto con una foto de carnet. Una vez rellenada la solicitud, se paga (74,95 € por persona) mediante Visa, Mastercard, American Express, Sofort Banking o PayPal.

Este proceso del visado para Kenia no es obligatorio para los viajeros menores de 15 años o que viajen con sus padres, aquellos que dispongan de un pasaporte expedido en alguno de los países de una lista de excepciones o los que estén de paso y no vayan a salir del aeropuerto. Por lo demás, si surge algún inconveniente suele solucionarse con rapidez. Eso sí, conviene tener en cuenta que se exige llevar encima en todo momento el visado impreso durante la estancia en Kenia, al igual que pasa con el pasaporte y las reservas del vuelo y el alojamiento.

Volvamos ahora al destino. Lo que se conoce como Isla de las mil caras en alusión a la variedad de su paisaje (dunas, manglares, selva, calor tropical, cielo plomizo…) tiene en Lamu Town una ciudad construida en coral blanco con artísticas puertas talladas de madera de mangle que tienen dos batientes, uno masculino y otro femenino, y que según reza la tradición eran lo primero que se hacía de la vivienda. Su escasa población, que apenas supera los 18.000 habitantes, muestra los rasgos mestizos de todos esos pueblos que han pasado por allí: bantúes, árabes, persas, indios y europeos; incluso chinos, si se acepta que algunas naves de la flota de Zheng-Hé se hundieron en sus aguas y los supervivientes se casaron con mujeres locales, como parecen indicar los análisis de ADN.

Pero, ante todo, Lamu Town es musulmana, como lo corroboran sus 26 mezquitas y el laberinto de callejuelas de su histórico casco urbano, construidas tan estrechas -para mantenerlas frescas a la sombra- que a veces no pasan dos personas a la vez, menos aún si el transeúnte que viene de frente es uno de los numerosos burros que viven allí (Lamu está declarado un santuario para ellos). Sólo una de dichas calles, la principal, tiene nombre y en ella se congregan los profesionales (artesanos, comerciantes…); cerca está el caótico mercado de fruta y carne, a cubierto del sol por los árboles y los muros de un fuerte decimonónico que erigió el sultán del Pate (otra isla del archipiélago).

No obstante, lo que más suele atraer a los extranjeros es su playa, un larguísimo arenal virgen, pisado por pocos bañistas y un puñado de camellos, en cuyo entorno se hicieron una casa algunos famosos del cine y el rock. También el hecho de que desde allí sea posible pasar a las islas circundantes para ver desovar a las tortugas marinas o nacer a las crías. Todo ello, sumado a que hablamos del asentamiento swahili más antiguo y mejor conservado, le ha otorgado a Lamu ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Son, por si alguien aún duda, más razones para solicitar ese visado a Kenia y organizar una visita.


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