Los dados de seis caras de la época romana son comunes en los yacimientos arqueológicos de toda Europa. Si bien la forma de algunos dados se aproxima a los verdaderos cubos, muchos son visiblemente no cúbicos, es decir, asimétricos o inclinados y favorecen ciertas tiradas, especialmente los números 1 y 6.
Estos objetos nos llaman la atención hoy en día porque en la cultura occidental los dados de seis caras son altamente simétricos, y porque esperamos que el dado ruede limpiamente, en el que cada lado tiene la misma probabilidad de ser lanzado. Se han ofrecido tres explicaciones principales para explicar la presencia de formas altamente asimétricas en la época romana.
La primera explicación asume que la asimetría de los dados era intencional y tenía una función en la sociedad romana. Una interpretación es que los dados tenían una forma asimétrica a propósito, de manera que favorecían lanzamientos particulares que tenían importancia en las prácticas adivinatorias o en los juegos de azar. En cierto sentido, estos dados podían considerarse tramposos, ya que ayudaban al propietario/usuario a predecir mejor los lanzamientos, aunque todos los lanzamientos seguían siendo posibles.
Una segunda explicación sugiere que la asimetría seguía siendo intencionada, pero que los factores de transmisión cultural explican principalmente la presencia de formas asimétricas. Por ejemplo, algunos sugieren que los dados muy alargados en forma de paralelepípedo o de rombo de las culturas prerromanas de la Edad de Hierro pueden haber influido en la fabricación de dados del periodo romano en el sur de Gran Bretaña, y también se han atestiguado dados asimétricos prerromanos para Etruria. En este sentido, los dados asimétricos formaban parte conscientemente del repertorio cultural romano, pero funcionaban para provocar un sentimiento de nostalgia o afiliación cultural con culturas más antiguas y no romanas.
La tercera explicación sugiere que la producción de la asimetría de los dados romanos fue en gran medida involuntaria. Algunos consideran que los dados asimétricos son subproductos no intencionados de los tipos de materias primas utilizadas para fabricar los dados. El hueso largo de los animales, en particular, era un medio popular para los dados, y podría haber impuesto restricciones en el tamaño y la forma del dado. Aunque es plausible, este argumento no explica por qué los lados más largos no se rebajaban para que coincidieran con los lados más cortos, ni por qué los dados fabricados con otros materiales, como la arcilla y el metal, sin limitaciones obvias de forma, también suelen ser asimétricos. Por otra parte, algunos interpretan que los dados asimétricos son el resultado de la falta de habilidad de los fabricantes de dados, que no podían, o no se preocupaban, de controlar cuidadosamente la morfología del objeto. Ambas interpretaciones sugieren que los usuarios no veían la conformidad con una forma cúbica como algo instrumental para la función del dado.
Según un estudio realizado por Jelmer W. Eerkens, de la Universidad de California Davis, y Alex de Voogt, de la Universidad Drew, no está claro si esta asimetría era intencionada y corresponde a dados utilizados en juegos o actividades específicas, si se trata de dados tramposos o si simplemente forman parte de la continua variación en la forma y configuración de los dados.
Para explorar esta cuestión los investigadores examinaron la distribución de la forma de 28 dados de época romana bien datados procedentes de los Países Bajos actuales. Los resultados muestran que la asimetría del dado romano varía de forma continua desde el cubo verdadero hasta el paralelepípedo, donde el lado largo es más del 50% más largo que el lado corto.
A continuación llevaron a cabo experimentos de replicación para examinar cómo los fabricantes configuraban los puntos de las caras en una serie de formas. Los resultados muestran un sesgo de producción, en el que los fabricantes colocan el 6 en la cara más grande del dado, no para favorecer ciertas tiradas, sino debido a las limitaciones de espacio y/o al orden en que colocan los puntos.
En general, los investigadores consideran los dados romanos asimétricos como parte de una categoría de artefactos única pero muy variable, no como tipos distintos. Esta variación extrema era aceptable porque los fabricantes y los usuarios entendían los resultados de las tiradas como producto del destino, más que del azar o la probabilidad.
Los dados no deben considerarse como «dispositivos de azar» en un sentido matemático, tal y como los entendemos hoy en día. En su lugar, deberíamos ver los dados de la época romana en un sentido cultural como representación de una creencia en el destino, y una conexión material con los dioses que controlaban ese destino. Dado que las matemáticas y la teoría de la probabilidad son incapaces de predecir el resultado de un lanzamiento individual, dicha creencia no se vería necesariamente alterada o cuestionada por un dado que estuviera más cerca, o incluso fuera visualmente indistinguible, de un cubo verdadero. Nuestros hallazgos son válidos a ambos lados de la frontera romana, más allá de las fronteras de los grupos culturales, lo que indica que las ideas sobre el diseño y la función de los dados eran probablemente similares entre las sociedades germánicas, etruscas y romanas.
La conformidad con un cubo simétrico real no se percibía como esencial para la función del dado, y las formas asimétricas se toleraban simplemente como parte de la gama aceptable de variación de la forma.
Fuentes
Eerkens, J.W., de Voogt, A. Why are Roman-period dice asymmetrical? An experimental and quantitative approach. Archaeol Anthropol Sci 14, 134 (2022). doi.org/10.1007/s12520-022-01599-y
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