La adquisición del bipedismo se considera un paso decisivo en la evolución humana. Sin embargo, no hay consenso sobre sus modalidades y su antigüedad, debido sobre todo a la falta de restos fósiles.

Un equipo en el que participan investigadores del Centro Nacional para la Investigación Científica (CNRS) de Francia, la Universidad de Poitiers y de Chad, ha examinado tres huesos de las extremidades del representante humano más antiguo actualmente identificado, el Sahelanthropus tchadensis.

Publicado en Nature el 24 de agosto de 2022, este estudio refuerza la idea de que el bipedismo se adquirió muy pronto en nuestra historia, en una época todavía asociada a la capacidad de desplazarse sobre cuatro extremidades en los árboles.

El desierto del Djurab, donde se encuentran los yacimientos de fósiles que dieron lugar a los restos postcraneales de Sahelanthropus tchadensis foto MPFT, PALEVOPRIM / CNRS – Universidad de Poitiers

Con 7 millones de años, el Sahelanthropus tchadensis se considera la especie representativa más antigua de la humanidad. Su descripción se remonta a 2001, cuando la Misión Paleoantropológica Franco-Chadiana (MPFT) descubrió en Toros-Menalla, en el desierto del Djurab (Chad), los restos de varios individuos, entre ellos un cráneo muy bien conservado.

Este cráneo, y en particular la orientación y la posición anterior del foramen occipital donde se inserta la columna vertebral, indica un modo de locomoción sobre dos piernas, lo que sugiere que era capaz de ser bípedo.

El cráneo Toumaï | foto GuillaumeG en Wikimedia Commons

Además del cráneo, apodado Toumaï, y de los fragmentos de mandíbulas y dientes ya publicados, en la localidad de Toros-Menalla 266 (TM 266) se encontraron dos cúbitos (hueso del antebrazo) y un fémur (hueso del muslo). Estos huesos también se atribuyeron a Sahelanthropus porque no se encontró ningún otro primate de gran tamaño en el yacimiento; sin embargo, es imposible saber si pertenecen al mismo individuo que el cráneo.

Los paleontólogos de la Universidad de Poitiers, el CNRS, la Universidad de Yamena y el Centro Nacional de Investigación para el Desarrollo (CNRD, Chad) publicaron su análisis completo en Nature el 24 de agosto de 2022.

El fémur y el cúbito fueron sometidos a una batería de mediciones y análisis, relativos tanto a su morfología externa, como a sus estructuras internas mediante imágenes de microtomografía: mediciones biométricas, morfometría geométrica, indicadores biomecánicos, etc.

Izquierda: Modelos 3D del material postcraneal de Sahelanthropus tchadensis. De izquierda a derecha: el fémur, en vista posterior y medial; los cúbitos derecho e izquierdo, en vista anterior y lateral. A la derecha: Ejemplo de análisis realizado para interpretar el modo locomotor de Sahelanthropus tchadensis. Mapa de variación del grosor cortical en 3D para los fémures de (de izquierda a derecha) Sahelanthropus, un humano existente, un chimpancé y un gorila (en vista posterior). Este análisis permite comprender las variaciones de las limitaciones mecánicas del fémur e interpretar estas limitaciones en función del modo locomotor | foto Franck Guy / PALEVOPRIM / CNRS – Universidad de Poitiers

Estos datos se compararon con los de una muestra relativamente amplia de simios existentes y fósiles: chimpancés, gorilas, orangutanes, simios del Mioceno y miembros del grupo humano (Orrorin, Ardipithecus, australopitecinos, Homo antiguo, Homo sapiens).

La estructura del fémur indica que Sahelanthropus solía ser bípedo en el suelo, pero probablemente también en los árboles. Según los resultados de los cúbitos, este bipedalismo coexistió en ambientes arbóreos con una forma de cuadrupedalismo, es decir, de trepada arbórea posibilitada por el agarre firme de las manos, claramente diferente a la de gorilas y chimpancés que se apoyan en la parte posterior de sus falanges.

La humanidad se separó del grupo de los chimpancés durante el Mioceno reciente, muy probablemente entre 10 y 7 millones de años antes del presente. Esta divergencia dio lugar a morfologías muy distintas: los huesos de las extremidades, por ejemplo, presentan diferencias notablemente ligadas a una locomoción cuadrúpeda para los chimpancés y bípeda para los humanos actuales | foto Franck Guy / PALEVOPRIM / CNRS – Universidad de Poitiers

Las conclusiones de este estudio, incluida la identificación del bipedismo habitual, se basan en la observación y comparación de más de veinte características del fémur y los cúbitos. Son, con mucho, la interpretación más parsimoniosa de la combinación de estos rasgos.

Todos estos datos refuerzan el concepto de una locomoción bípeda muy temprana en la historia de la humanidad, aunque en esta etapa también se practicaran otros modos de locomoción.

Este trabajo ha contado con el apoyo del Ministerio francés de Europa y Asuntos Exteriores, el Gobierno de Chad, la Agencia Nacional de Investigación (ANR), la Región de Nueva Aquitania, el CNRS, la Universidad de Poitiers y la representación francesa en Chad. Está dedicado a la memoria del difunto Yves Coppens, precursor e inspirador de los trabajos del MPFT en el desierto del Djourab.


Fuentes

CNRS | Daver, G., Guy, F., Mackaye, H.T. et al. Postcranial evidence of late Miocene hominin bipedalism in Chad. Nature (2022). doi.org/10.1038/s41586-022-04901-z


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