The Star-Spangled Banner o The Stars and Stripes son algunos de los nombres que dan en EEUU a su bandera, en alusión a las barras y estrellas de su diseño. Para ser exactos, tiene siete bandas rojas y seis blancas alternadas que representan las Trece Colonias, más un rectángulo azul en el cantón superior izquierdo tachonado con cincuenta pequeñas estrellas blancas de cinco puntas, una por cada estado actual. Ahora bien ¿por qué el campo azul y cuál es la causa de toda esa disposición? Lo cierto es que no hay respuesta única y definitiva, pero es inevitable señalar el parecido de este pabellón con el de la East India Company o Compañía Británica de las Indias Orientales.

Ya hemos hablado de esa empresa alguna vez. Se trataba de una chartered company, es decir, una compañía privilegiada a la que el Estado concedía el monopolio comercial en un territorio. Ese tipo de relación, original de la Italia del siglo XIV y que se extendió a través de los consulados, tanto por el Mediterráneo como por el Mar del Norte y el Báltico, alcanzó su máxima expresión unos siglos después, cuando América y Asia se convirtieron en objeto de explotación por parte de las principales potencias occidentales.

Si hasta el siglo XVIII España desarrolló esa actividad bajo control estatal directo, centrando su concepto monopolístico más en los puertos privilegiados que en los operadores, aunque siempre a cambio de recibir una quinta parte, otros países eligieron una fórmula mixta en la que la corona cedía el control a una compañía creada ad hoc por particulares. Así nació, en 1599, la mencionada Honourable East India Company, a la que la reina Isabel I concedió un monopolio durante quince años para comerciar con la India y todos los países más allá del Cabo de Buena Esperanza, salvo aquellos que pertenecieran a príncipes cristianos.

Barcos de la East India Company en una pintura anónima. Enarbolan la primera bandera oficial, con la cruz de San Jorge en el cantón/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Seis años después, cuando por fin Inglaterra consiguió establecer una colonia estable en América (Jamestown) y empezó a colonizar la costa este de los actuales EEUU, se fundaron otras dos compañías que atendían al nombre de Virginia Company of London y Virginia Company of Plymouth. Sin embargo, la Compañía Británica de las Indias Orientales siempre fue mucho más grande y poderosa, hasta el punto de que llegó a representar la mitad del comercio mundial y era un estado dentro del estado, disponiendo incluso de su propio ejército y gobernando de forma directa en los territorios coloniales hasta que en 1858, tras el Motín de los Cipayos en la India, fue desplazada por la Corona.

En el momento mismo de la fundación se decidió cómo debía ser la bandera oficial. Dado que muchos de los accionistas eran masones y en esa orden el trece tiene un carácter especial, al ser el de la Transformación (la iluminación del Hombre desde su simple condición de mortal), se decidió un diseño en el que hubiera trece bandas, alternando rojas con blancas. Al menos ésa es la versión más popular, discutible o incierta porque hay fuentes que hablan de otras cifras para dichas bandas.

Barcos de la East India Company enarbolando la bandera con la cruz de San Jorge en el cantón; pintura de Isaac Sailmaker/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Lo que sí parece seguro es que llevaba un cantón en la esquina superior izquierda con la cruz de San Jorge, el motivo de la bandera inglesa (de ahí que los colores para todo el pabellón fueran el rojo y el blanco). La cruz constituyó un problema a menudo, ya que en algunos sitios se identificaba con el cristianismo, religión que no siempre era bienvenida. Fue lo que pasó en Tonkín y Japón, por ejemplo, donde en esa época se llevaron a cabo duras persecuciones contra esa fe. La Compañía tuvo que ceder y enarbolar una bandera únicamente listada, sin el recuadro, para no perder su negocio asiático.

Y no se trataba de un negocio desdeñable, puesto que enviaba a Europa apreciados productos como seda, algodón, seda, té, salitre o colorante azul índigo. Finalmente Japón no sería un mercado importante, pero sí China y la India, donde primero instaló factorías y luego adquirió territorios que, a la postre, serían el punto de partida del imperio colonial británico en esas latitudes.

Entretanto ocurrieron dos cosas. Por un lado, el poder que iba adquiriendo la East India Company hizo recelar a muchos rivales de la competencia, que se unieron para dar forma a una nueva compañía en 1697, la English Company Trading to the East Indies (Compañía Inglesa de Comercio para las Indias Orientales); no tuvo éxito y ambas terminaron fusionándose once años más tarde. La competencia quedó en manos de otras empresas extranjeras, como la Vereenigde Oostindische Compagnie holandesa o, en menor grado, la Compagnie Française des Indes Orientales francesa.

Un barco británico con la bandera naval, la Red Duster; también se ven dos de la Compañía con su pabellón. La pintura es de Adam Callander/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Por otro lado, la subida al trono de Inglaterra del rey escocés Jacobo VI supuso la unificación de ambos reinos, razón que llevó a cambiar la bandera real juntando las respectivas. La Compañía mantuvo la suya con la inglesa hasta 1668, año en el que Carlos II le cedió el control de la India en nombre de la Corona y, por tanto, se incorporó la nueva enseña al cantón, con la cruz de San Jorge sobre fondo azul y blanco. El diseño de dicho cantón se convertiría en bandera nacional en 1707, al promulgarse las Actas de Unión que dieron lugar a la constitución del Reino de la Gran Bretaña, reinando ya Ana Estuardo.

Aquí retomamos el tema principal del artículo. En 1763 eclosionó el descontento que se había ido fraguando contra la metrópoli en las Trece Colonias norteamericanas por diversos motivos: imposibilidad de promocionare en el escalafón militar, acaparamiento de cargos por ingleses, falta de representación en el Parlamento, creación de tres nuevos impuestos para sufragar los gastos de la reciente guerra contra Francia…

La bandera de Hopkinson/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Los esporádicos disturbios llevaron a Inglaterra a realizar una ocupación militar y recortar las libertades políticas a través de la promulgación de las Townshend Acts de 1767 y todo estalló siete años después con la convocatoria local del Primer Congreso Continental, en la práctica un gobierno paralelo.

Los intentos de solucionar el problema negociando fracasaron y en 1775 empezó la guerra. En el momento de la Declaración de Independencia, un año más tarde, los americanos no tenían todavía una bandera oficial. Su Marina utilizaba una muy parecida a la de la East India Company, la First Navy Ensign, que al ampliarse al resto de ámbitos se conocería también por otros nombres: Grand Union Flag, Continental Colors, Congress Colors, Cambridge Flag…

Ese origen marítimo, responsabilidad del presidente de la Junta Naval (antecedente de lo que hoy sería el Secretario de la Marina), Francis Hopkinson, ha llevado a teorizar sobre otra interesante posibilidad: la de que lo que se adoptó fuera el pabellón rojo de la marina británica, tanto de la mercante como de la Royal Navy (la conocida como Red Duster, que posteriormente cambiaría el rojo por el blanco), pero añadiéndole barras blancas horizontales. No hay forma de saberlo.

Réplica de la Grand Union Flag, primera bandera de EEUU; era igual que la de la Compañía tras la unión de Inglaterra y Escocia/Imagen: Makaristos en Wikimedia Commons

Aunque se suele considerar a Hopkinson como creador de la bandera, subsiste una explicación tradicional según la cual Benjamin Franklin habría propuesto el diseño de la Compañía durante un discurso pronunciado ante George Washington, diciendo: «Si bien el campo de la bandera debe ser nuevo en los detalles de su diseño, no necesita serlo completamente en sus elementos. Ya hay una bandera en uso; me refiero a la bandera de la East India Company».

De ese modo se aunaba en el símbolo la voluntad de mantenerse leales a la Corona con la voluntad de no renunciar a su aspiración autonómica, tal cual hacía también la Compañía.

Escudo heráldico de George Washington/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Y es que ésta podía convertirse en un muy bien recibido aliado estratégico de aquellos gestantes Estados Unidos, al haber sufrido también agravios fiscales por parte de Londres. El problema de esta hipótesis es que, por muy evidente que resulte la similitud de ambas banderas, carece de fuentes documentales que la refrenden.

Por eso surgió otra posible explicación con el escudo de armas del propio Washington (con heráldica de origen inglés): de plata, dos fajas de gules acompañadas en jefe de tres estrellas de cinco puntas de gules colocadas en faja. Tiene el mismo sustento en fuentes que la anterior, es decir, ninguno; de hecho, parece ser que se trata de un mito difundido a través de obras literarias (el drama Washington: un drama en cinco actos, publicado por el poeta inglés Martin Farquhar Tupper en una fecha tan tardía como 1876, y la revista infantil St. Nicholas).

Benjamin Franklin, que se había metido de lleno en el tema de los símbolos, también planteó alternativas muy diferentes para la enseña. Por ejemplo, veinte años antes tuvo la idea de hacer una bandera de protesta contra el anunciado proyecto inglés de enviar convictos a las colonias, sugiriendo a cambio mandar serpientes de cascabel a la metrópoli y esa guasa fue recuperada en 1775 por el general Christopher Gadsen.

Lo hizo diseñando un pabellón, no nacional sino para los infantes de marina continentales, que consistía en una serpiente de cascabel sobre fondo amarillo y la leyenda Don’t tread on me (No me pisotees). Las diversas instituciones que la adoptaron introducían pequeños cambios: el ofidio troceado formando el perfil costero de Nueva Inglaterra, eslóganes alternativos, fondo con barras rojas y blancas… Se la conoce como la «bandera de Gadsden» y no prosperó a mayor nivel, aunque actualmente sido rescatada por el movimiento conservador de EEUU; ya le dedicamos un artículo al asunto.

Betsy Ross muestra la bandera bordada a George Wahington, obra de Edward Percy Moran/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

En su lugar, se impuso la Betsy Ross, la de barras y estrellas, que recibió ese nombre en alusión a la mujer que bordó la primera. Según la incomprobable leyenda, en 1776 Washington le pidió el trabajo tras mostrarle un boceto a mano en el que las estrellas -por entonces sólo trece-, que estaban en el cantón colocadas en círculo, eran de seis puntas y ella sugirió hacerlas de cinco para facilitar la labor, a lo que él accedió.

Sin embargo, la familia de Rebecca Young, quien cosió la bandera del Fuerte McHenry de Baltimore, sostiene que la suya fue anterior a la de Betsy. De todos modos, esa polémica afectaría a la confección, no al diseño.

La bandera nacional de EEUU no tuvo una forma única durante mucho tiempo, por lo que unas veces se ponían las estrellas en círculo y otras en líneas horizontales, aparte de que también variaba su número de puntas, ya que la resolución aprobatoria del Segundo Congreso Continental resultaba un tanto inconcreta: «… que la bandera de los trece Estados Unidos sean trece barras rojas y blancas alternadas, que la unión sean trece estrellas blancas sobre campo azul, representando una nueva constelación». Con la incorporación progresiva de nuevos estados a partir de 1818, había que acomodar la cantidad y disposición de estrellas al recuadro hasta alcanzar las cincuenta actuales en 1959.

Bandera de la Compañía tras la creación de Reino Unido en 1801, con la Union Jack en el recuadro/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

En cuanto a la Compañía, en 1801 también tuvo que cambiar el diseño de su bandera debido a la unificación de Gran Bretaña con el Reino de Irlanda que dio lugar al Reino Unido. Así, a la cruz de San Jorge sobre fondo blanco (inglés) y la cruz de San Andrés sobre fondo azul (escocés), se sumó la Saint Patrick’s Saltire (otra cruz de San Andrés, pero sobre fondo blanco), intercalándolas para que ninguna prevaleciera sobre las demás y dando lugar así a la Union Jack, la bandera británica actual. La East India Company volvió, pues, a rediseñar su pabellón colocando la Union Jack en el cantón superior.

Como decíamos antes, duró algo más de medio siglo: hasta 1858, en que el Motín de los Cipayos, los soldados nativos que servían en el ejército de la Compañía, llevó al gobierno a nacionalizar ésta.

Ya no tenía sentido, de todas formas, puesto que había quedado obsoleta: en 1813 se le había anulado el monopolio y en 1833 el comercio del té en China. Sus propiedades pasaron a manos de la Corona y fue disuelta definitivamente en 1874.


Fuentes

Sir Charles Fawcett, The striped flag of the East India Company, and its connexion with the American «Stars and Stripes» | John R. Vile, The American Flag: An Encyclopedia of the Stars and Stripes in U.S. History | R. C. Ballard Thruston, The Origin and Evolution of the United States Flag | George Preble, Our flag. Origin and progress of the flag of the United States of America | Joint Commitee on Printing United States Congress, Our flag | Wikipedia


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