Como veíamos en otro artículo, la Naabeehó Bináhásdzo o Nación Navajo es el mayor territorio semiautónomo que hay en Estados Unidos; setenta y un mil kilómetros cuadrados repartidos entre Arizona, Utah y Nuevo México, con gobierno y administración propias y en los que viven unas dieciséis mil personas, en su mayor parte navajos pero también de otras tribus. En su parte septentrional se ubica un conjunto arqueológico, compuesto por tres grupos de viviendas en abrigos naturales de un farallón, cuya antigüedad se remonta al menos hasta el siglo XIII. Inscrito para su protección en el Registro Nacional de Lugares Históricos en 1966, recibe el nombre de Navajo National Monument (Monumento Nacional Navajo).

Hace poco dedicamos un artículo a Oasisamérica, un término ideado en 1954 por el etnólogo y antropólogo alemán Paul Kirchhoff para complementar otros dos que había propuesto antes, Mesoamérica y Aridoamérica, refiriéndose en este caso a una región natural situada a caballo entre los actuales Estados Unidos y México. Y veíamos que las tres grandes culturas oasisamericanas fueron la Anasazi, la Hohokam y la Mogollón, encuadrándose los navajos en la primera de ellas, recientemente rebautizada como Pueblos Ancestrales. También ahí hay que encuadrar a los hopi, zuñí keres, jemez o tiwas, entre otros.

En realidad, esa diferenciación se vuelve muy compleja porque esas tribus se agrupan tradicionalmente bajo la denominación de indios pueblo que le dieron los españoles y, además, a partir del mencionado siglo XIII se desarrolló un confuso proceso de decadencia general y fusión que se complicó aún más con la llegada de otros grupos como los shoshones. Pero los anasazi resultan familiares sobre todo por su peculiar estilo constructivo, que tiene la mejor representación en el Mesa Verde National Park, en el sudoeste del estado de Colorado, del que también hemos hablado aquí.

Mapa de las culturas de Oasisamérica/Imagen: Huhsunqu en Wikimedia Commons

Habitado desde el siglo VI, Mesa Verde fue descubierto y bautizado por los españoles mil doscientos años después, cuando buscaban una ruta entre California y Santa Fe. Su principal característica es la misma que la de Navajo National Monument: lo que se conoce como cliff dwelling, es decir, viviendas ubicadas en acantilados, bien aprovechando grutas y abrigos en las paredes rocosas (cliff houses), bien construidas en salientes (cavates), accediéndose mediante escalinatas de madera o excavadas en la roca. Son asentamientos compuestos por varias casas pequeñas, sin apenas vanos y con la entrada en el techo, dispuestas en torno a una plaza circular que presuntamente estaba destinada a reuniones y recibe el nombre de kiva.

Se encuentra arquitectura de este tipo por los estados norteamericanos de Utah, Arizona, Nuevo Mexico y Colorado, así como en el mexicano de Chihuahua (también en otros sitios, como en las cuevas chinas de Guyaju). En el caso de Navajo National Monument, en lo alto de la meseta Shonto, que forma parte de un profundo cañón llamado Tsegi (1.928 metros en su mayor cota), excavado por el Laguña Creek, un afluente del Chinle Creek, que a su vez alimenta al río San Juan (el cual desemboca en el Colorado).

No lejos de allí está Kayenta, la localidad más poblada de la Nación Navajo con algo menos de cinco mil vecinos, cuyos hoteles y restaurantes sirven de base turística para visitar ese interesante entorno histórico y natural (a cuarenta kilómetros se halla el famoso Monument Valley, habitual en los westerns de John Ford). Porque, obviamente, el lugar atrae a numerosos visitantes y por eso cuenta con dos cámpings, una red de senderos, un mirador, rutas guiadas…

Una gran kiva en el cañón Chaco/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Las cosas debieron ser completamente distintas en 1893, cuando llegaron allí cuatro hermanos dedicados la ganadería, los Wetherill. Se llamaban Richard, John, Al y Win, y no pasaron por casualidad, ya que Richard había descubierto el Cliff Palace de Mesa Verde (un conjunto de veintitrés kivas y ciento cincuenta hogares) cinco años antes, mientras buscaba unas reses extraviadas acompañado de su cuñado, Charlie Mason, y un guía ute, Acowitz, que fue quien le habló de un sitio con viejas construcciones abandonadas.

Richard, nacido en Chester (Pensilvania) en 1858 era cuáquero, como su familia, con la que se mudó primero a Kansas y luego a Colorado, instalándose en el valle del río Mancos en 1880; allí fundaron el rancho Álamo. Tras el descubrimiento de Mesa Verde, Richard, sus hermanos y su padre se dedicaron a excavar el Cliff Palace, recuperando numerosas piezas que vendían a la Colorado Historical Society (también se las ofreció al Smithsonian Institute, pero éste no disponía de fondos para adquisiciones en ese momento). Pronto se les unieron más curiosos.

El llamado Palacio del Acantilado, en Mesa Verde | Foto Tobi 87 en Wikimedia Commons

Uno fue el montañero Frederick H. Chapin, arqueólogo aficionado que fue el que documentó el sitio fotográficamente, publicando un libro titulado The Land of the Cliff-Dwellers; otro, el sueco Gustaf Nordenskiöld, hijo de un famoso explorador polar, que había viajado a EEUU en busca de fósiles y en 1893 también publicó una obra, The Cliff Dwellers of the Mesa Verde. Nordenskiöld acabó mal con los Wetherill al descubrir éstos que estaba enviando piezas a su país, algo que trascendió originando una ola de indignación popular y en 1906 desembocaría en la promulgación de la Antiquities Act, ley que prohibía sacar objetos arqueológicos de territorio estadounidense sin permiso.

Otra consecuencia del expolio fue la catalogación de Mesa Verde como Parque Nacional ese mismo año. Tiene cierto punto de ironía el hecho de que Nordenskiöld enseñara a sus compañeros estadounidenses metodología científica, ya que ellos no eran más que unos vaqueros algo más ilustrados de lo normal. Y es que los Wetherill en general y Richard en particular (porque era el más entregado a la causa) solían ser menospreciados y hasta ridiculizados por el mundo académico… lo que no impedía que los museos comprasen sus hallazgos y les contratasen para campañas arqueológicas.

De hecho, fue Richard quien acuñó el término anasazi (palabra del idioma navajo que significa «viejo enemigo») y puso nombre a lo que hoy se conoce como cultura de los Cesteros (Basket Makers), la más antigua de los Pueblos Ancestrales. Se entiende que en 1893, tras Mesa Verde, decidiera continuar buscando en la Nación Navajo. Para ello contó con la ayuda de sus hermanos y de Frederick E. Hyde, un médico neoyorquino aficionado a la historia que aportó financiación. El beneficiario sería el American Museum of Natural History y su primer descubrimiento fue Grand Gulch, en Utah, donde documentaron un enterramiento colectivo.

Una de las fotos de Mesa Verde realizadas por Gustaf Nordenskiöld/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Pero, a continuación, Richard, su hermano Al y su cuñado Charlie se trasladaron al cañón Tsegi para excavar en lo que bautizaron como Keet Siel (en navajo, Cerámica Rota), porque allí obtuvieron lo que Richard definió como «la mejor colección de cerámica que he visto». Con ciento cincuenta habitaciones y seis kivas, todo bien conservado gracias a la sequedad del clima, se trataba de un asentamiento anasazi cuya datación cronológica se sitúa en torno al 1250, experimentando un auge veinticinco años más tarde (cuando se le calcula un centenar y medio de habitantes) para, a continuación, decaer y terminar abandonado a principios del siglo XIV.

No se han esclarecido del todo las causas que llevaron a finalizar esa sedentariedad, aunque se sabe que entre 1276 y 1299 se produjo una fuerte reducción de la pluviosidad (la Gran Sequía) que impidió las cosechas. Asimismo, los análisis de la tierra muestran que los pobladores trataron de profundizar en ella buscando o intentando encauzar agua y lo único que consiguieron fue estropearla. Dada la imposibilidad de seguir viviendo de la agricultura, optaron por emigrar. Algo que las leyendas hopi cuentan más poéticamente como un viaje espiritual, en lo que podría interpretarse como un éxodo fruto de un enfrentamiento entre clanes.

Las construcciones de Keet Siel/Imagen: Al HikesAZ en Wikimedia Commons

En 1896, el equipo excavó Pueblo Bonito, en el cañón Chaco, bajo la dirección de un nuevo miembro procedente del museo, George Pepper, que pese a tratarse de un novato y a que no gustaba de trabajar personalmente, relegó a Richard. Éste aprovechó para abrir una tienda familiar in situ y poco a poco fue ampliando el negocio, que llegó a tener una decena de locales y un almacén, comercializando artesanía de los indios. Las protestas de los académicos por los presuntos destrozos que producían en los yacimientos llevó a su expulsión de la expedición. Pero Richard era un hombre de recursos y se amparó en la Homestead Act para reclamar la propiedad de las tierras donde estaban las ruinas.

La Homestead Act o Ley de Asentamientos Rurales era una ley promulgada por Lincoln en 1862 para incentivar la llegada de colonos europeos, ofreciéndoles tierras de manera que se fueran ampliando las fronteras nacionales hacia el Oeste. Por un precio simbólico, cualquier ciudadano podía asentarse en una parcela de poco más de medio kilómetro cuadrado con las condiciones de permanecer en ella al menos un lustro, no haber empuñado nunca las armas contra el país y tener al menos veintiún años o ser cabeza de familia, además de la obligación de construir una casa y trabajar esa tierra; luego podía comprarla con los rendimientos de ésta.

Uno de los grandes problemas de Homestead Act fue que, a menudo, los terrenos ofertados pertenecían en realidad a los indios y eso fue lo que ocurrió en el caso Wetherhill. Al principio se rechazó su solicitud, pero en 1907 fue finalmente aprobada y Richard se convirtió en propietario de casi sesenta y cinco hectáreas que, siguiendo la tradición familiar, llenó de ganado. Lamentablemente, éste usurpaba los pastos de las ovejas de los navajos, con los que hasta entonces había mantenido una magnífica relación (le llamaban amistosamente Anasazi y a Marietta, su mujer, Asdzani, o sea, «Mujercita»), y llegó una época tensa.

Una visión más cercana de Betatakin/Imagen: Jarek Tuszyński en Wikimedia Commons

No obstante, Richard terminó arreglando sus diferencias con los nativos, al menos parcialmente, e incluso invitó a una delegación de ellos a sumarse a la exposición que instaló en la Feria de San Luis de 1905. Dos años después, en una demostración de buena voluntad, renunció a sus derechos sobre las tierras del cañón del Chaco para que pudieran catalogarse como Parque Nacional. Eso no bastó para hacer olvidar todas las rencillas y en 1910 murió a manos de Chiishchilí Biye, un navajo quizá influenciado por el agente indio, al que Richard estorbaba en su plan de civilización de los nativos, muchos de los cuales estaban endeudados con los Wetherhill.

En 1909, su hermano John había dirigido una expedición arqueológica en Rainbow Bridge, Utah; el equipo se dividió en dos grupos y uno de ellos, compuesto por el propio John, el arqueólogo de la Universidad de Utah, Byron Cummings, y el guía indio Clatsozen Benullyh, trabajó en excavar un nuevo asentamiento de la Nación Navajo que los hopi llamaban Talastima («Lugar del grano de maíz»), pero que hoy es más conocido por su nombre anasazi, Betatakin («Casa construida sobre una cornisa»); datado entre 1267 y 1286, completa el Monumento Nacional Navajo.

Betatakin no es tan grande como Keet Seel, pero aun así contaba con unas ciento veinte viviendas de arenisca construidas en un enorme abrigo abovedado de una escarpada pared; puede que fueran más, ya que se cree que había algunas en la base de la montaña, fuera del abrigo, que no se han conservado al estar más expuestas. En cualquier caso, de las otras hoy sólo quedan ochenta, pues un derrumbe ha hecho perder cuarenta; había, asimismo, una única kiva. Seguramente Richard lamentaría no haber podido verlo personalmente.


Fuentes

Hal Rothman, Navajo National Monument. A place and its people | Duane A. Smith, Mesa Verde National Park. Shadows of the centuries | Sohrab ChamanAra, Ancient Pueblo Peoples »Anasazi» | Navajo National Monument | Wetherill Family | Navajo Nation | Wikipedia


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