En el artículo que dedicamos a los nombres de las mujeres en la antigua Roma ya decíamos que la nominación romana era más compleja de lo que se cree. Tanto en cine como en literatura nos hemos acostumbrado a ver los típicos nombres compuestos pero en realidad eso no obedecía al libre albedrío sino a unas reglas. De hecho, no se trataba exactamente de nombres compuestos tal como los conocemos hoy; cada palabra tenía su razón de ser y ni siquiera eran dos sino tres, lo que se conocía como “tria nomina”, algo de lo que tenemos noticia al menos desde el siglo II a.C: praenomen, nomen y cognomen, aunque se podía añadir una cuarta, el agnomen.

Sin embargo, aunque hay una tendencia a considerar el sistema de los tres nombres como la culminación de la nomenclatura romana, en realidad se trata de un proceso evolutivo y cambiante. Si la tria nomina fue la norma durante la época republicana, la nueva aristocracia de la época imperial se caracterizó por lo que Benet Salway denomina nomenclatura binaria, una polionimia que utilizaba varios gentilicios.

La polionimia (tener muchos nombres) se generalizó por una práctica nueva durante la época imperial, la obligación que imponían muchos testadores a sus herederos de que adoptasen su nombre para poder heredar. Un ejemplo de esto es Plinio el Joven. Su nombre de nacimiento era Cayo Cecilio Segundo, hijo de Lucio Cecilio Cilo. Al morir sus padres siendo niño, fue adoptado en el año 79 d.C. por su tío materno Cayo Plinio Segundo (Plinio el Viejo), cambiando su nombre a Cayo Plinio Cecilio Segundo. Esta adopción testamentaria logró su objetivo, ya que el heredero ha sido recordado como un Plinio y no como un Cecilio.

El Togado Barberini representa a un hombre con los bustos de sus antepasados | foto Carlo Dell’Orto en Wikimedia Commons

Los nombres adquiridos tras una adopción testamentaria tendían a ocupar la posición principal. Pero no había límites establecidos para los nombres obtenidos de este modo, por lo que de una generación a otra se iban sumando. Llegó un momento en que muchos nobles romanos tenían una ristra enorme de nombres.

El culmen de la polionimia lo encontramos en el cónsul del año 169 d.C. Quinto Pompeyo Seneción Sosio Prisco, que tenía un nombre compuesto por no menos de 38 elementos, los cuales comprenden 14 conjuntos diferentes de nombres fruto de las relaciones familiares y sociales acumuladas durante tres generaciones.

Su nombre completo, en el original en latín, era: Quintus Pompeius Senecio Roscius Murena Coelius Sextus Iulius Frontinus Silius Decianus Gaius Iulius Eurycles Herculaneus Lucius Vibullius Pius Augustanus Alpinus Bellicius Sollers Iulius Aper Ducenius Proculus Rutilianus Rufinus Silius Valens Valerius Niger Claudius Fuscus Saxa Amyntianus Sosius Priscus.

La famosa Villa de Adriano está en la antigua Tibur, actual Tívoli | foto Andy Hay en Wikimedia Commons

Como se puede ver, tampoco había problema en que los conjuntos de nombres repitiesen algún término. En cualquier caso una nomenclatura tan abultada era poco manejable para su uso normal, y habitualmente se abreviaba, aunque sin un criterio coherente.

Es posible que hubiera muchos otros casos parecidos, incluso con nombres más largos todavía, pero el suyo es el más extenso atestiguado ya que se conserva en una inscripción encontrada en la antigua Tibur (moderna Tívoli, a pocos kilómetros al noreste de Roma). La inscripción dice:

Q(uinto) Pompeio Q(uinti) f(ilio) Quir(ina) Senecioni / Roscio Murenae Coelio Sex(to) / Iulio Frontino Silio Deciano / C(aio) Iulio Eurycli Herculaneo L(ucio) / Vibullio Pio Augustano Alpino / Bellicio Sollerti Iulio Apro / Ducenio Proculo Rutiliano / Rufino Silio Valenti Valerio / Nigro Cl(audio) Fusco Saxae Amyntiano / Sosio Prisco pontifici sodali / Hadrianali sodali Antoninian<o=I> / Verian<o=I> salio collino quaestori / candidato Augg(ustorum) legato pr(o) pr(aetore) Asiae / praetori consuli proconsuli Asi/ae sortito praefecto alimentor(um) / XXviro monetali seviro praef(ecto) / feriarum Latinarum q(uin)q(uennali) patrono / municipii salio curatori fani H(erculis) V(ictoris) / s(enatus) p(opulus)q(ue) T(iburs)

La inscripción que menciona todos los nombres de Quinto Pompeyo Seneción Sosio Prisco, encontrada en Tibur | foto Universidad de Swansea en Twitter

En ella, además de su nombre, se detalla su carrera política. Fue cuestor en el año 162 d.C. a instancias del emperador Marco Aurelio. Al año siguiente sería nombrado legado bajo las órdenes de su propio padre, que era gobernador proconsular de la provincia de Asia (que comprendía casi toda la parte occidental de la península Anatolia), y ocupó el cargo de pretor hacia 167 d.C.

En el año 169 d.C. fue elegido cónsul junto a Publio Celio Apolinar. Al terminar su mandato se le designó praefectus alimentorum (responsable del suministro de alimentos a Roma), y finalmente, siguiendo los pasos de su padre, fue nombrado gobernador proconsular de Asia.

Se sabe que estaba casado con Ceionia Fabia (posiblemente no la hermana del emperador Lucio Vero, del mismo nombre), y que tuvieron un hijo llamado Quinto Pompeyo Sosio Falcón, que fue cónsul en el año 193 d.C. y que, seguramente, tenía un nombre mucho más largo que su padre al incluir los de su familia materna. Pero eso no podemos saberlo. Lo que sí sabemos es que se opuso al emperador Cómodo, y a su muerte la guardia pretoriana le ofreció el trono a Falcón, que lo rechazó.


Fuentes

Salway, Benet. What’s in a Name? A Survey of Roman Onomastic Practice from c. 700 B.C. to A.D. 700. The Journal of Roman Studies, vol. 84, 1994, pp. 124–45, doi.org/10.2307/300873 | EDCS Epigraphik-Datenbank Clauss / Slaby | McDermott, William. Stemmata quid faciunt? the descendants of Frontinus. Ancient Society, vol. 7, 1976, pp. 229–61, jstor.org/stable/44080105 | Wikipedia


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