Cuando el Vesubio entró en erupción en el año 79 d.C. Rectina y su esposo, que vivían en una lujosa villa junto al mar en Herculano, comenzaron a empaquetar su gran biblioteca de papiros para ponerla a salvo.
Rectina, que era amiga personal de Plinio el Viejo, quien en ese momento se encontraba en Miseno al otro lado de la bahía al mando de la flota romana, le envió un mensaje urgente solicitando su ayuda.
Plinio acudió inmediatamente al rescate, pero la erupción le impidió acercar su barco a la costa, y no pudo salvar ni la biblioteca ni a su amiga.
Es como lo cuenta Robert Harris en su novela Pompeya publicada en 2003. Y aunque las cosas no ocurrieron así exactamente, resulta que Rectina sí existió, era amiga de Plinio y realmente le envió un mensaje para que acudiese a ver lo que estaba ocurriendo e intentar rescatar a los ciudadanos que vivían al pie del volcán.
Efectivamente, los barcos de Plinio no pudieron acercarse a la costa, aunque él si pudo desembarcar, y murió poco después. No se sabe si Rectina sobrevivió, y lo poco que se sabe de ella es gracias a que Plinio el Joven la menciona en una de sus cartas.
Y aunque Rectina no tuvo nada que ver con la biblioteca de papiros, cuando ésta fue encontrada estaba cuidadosamente empaquetada en cajas, preparada para ser trasladada a un lugar seguro.
Sucedió en 1750, cuando la Villa de los Papiros fue encontrada en Herculano por unos agricultores que estaban cavando un pozo.
Se trata de una de las casas más lujosas de todo el mundo romano, en la que se encontró, además de la fabulosa colección de más de 1.800 rollos de papiro (carbonizados por el calor de la erupción, pero legibles en algunos casos gracias a tecnologías modernas), la mayor colección de arte griego y romano jamás descubierta en un mismo contexto.
No se sabe con seguridad a quien pertenecía tan magnífica villa, aunque los expertos apuntan al suegro de Julio César, Lucio Calpurnio Pisón Cesonino (padre de Calpurnia, la última esposa de César) o a el amigo de éste, Filodemo de Gadara, un filósofo epicúreo que fue maestro de Virgilio (hipótesis basada en el hecho de que entre los papiros había un gran número de textos epicúreos, entre ellos 36 tratados del propio Filodemo).
La mayor parte de la villa sigue bajo tierra, sin ser excavada, pero se sabe que se disponía en cuatro niveles, en terrazas paralelas a la línea de costa por donde se extendía unos 250 metros de largo.
Albergaba una colección de al menos 87 esculturas, prácticamente todas ellas obras maestras y copias de obras griegas. 58 son de bronce, y el resto de mármol, todas realizadas en el siglo I a.C.
Entre ellas destacan una cabeza del Doríforo de Polícleto, firmado por el ateniense Apolonio y una amazona de Fidias. También hay numerosos bustos, como los de Aristóteles, Safo, Epicuro, Zenón y Demóstenes, así como retratos de muchos gobernantes griegos en mármol y bronce: Seleuco I, Eumenes II, Ptolomeo II. Entre los romanos sobresale el famoso busto de Escipión el Africano.
Un Hermes sentado, cinco estatuas de bailarinas (o portadoras de agua) de tamaño natural con peplos dóricos esculpidos en diferentes posiciones y ojos incrustados, todas ellas de bronce y copias romanas de originales griegos del siglo V a.C., una versión de la Atenea Promacos y las famosas estatuas de los corredores, son algunas más de las que componen el fantástico conjunto de obras.
Todas ellas se exponen hoy en día en el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles. Los papiros poco a poco van siendo leídos con diferentes métodos.
Entre 1972 y 1974 el multimillonario J. Paul Getty hizo construir en su rancho de Malibú una réplica de la Villa de los Papiros, tal y como los arqueólogos pensaban entonces que sería. Dado que la mayoría de la villa aun no ha sido excavada, muchos detalles arquitectónicos y elementos decorativos se tomaron de otras casas romanas de Pompeya y Herculano. Hasta 1997 albergó el Museo Getty.
Fuentes
Ether Ross Barker, Buried Herculaneum | AD79 Eruption Villa of the Papyri | Kenneth Lapatin, Buried by Vesuvius: The Villa dei Papiri at Herculaneum | Carol C. Mattusch et al., The Villa Dei Papiri at Herculaneum: Life and Afterlife of a Sculpture Collection | Wikipedia