Un equipo internacional con participación de la Universidad de Berna aporta nuevos datos sobre cómo enterraban a sus muertos los habitantes del asentamiento más antiguo del mundo en Çatalhöyük (actual Turquía). Los huesos se pintaron parcialmente, fueron desenterrados y se volvieron a enterrar varias veces. Los hallazgos permiten conocer los rituales funerarios de una sociedad fascinante que vivió hace 9.000 años.

Çatalhöyük (Anatolia Central, Turquía) es uno de los yacimientos arqueológicos más importantes de Oriente Próximo, con una ocupación que se remonta a hace 9.000 años. Este asentamiento neolítico, conocido como el asentamiento más antiguo del mundo, ocupa una superficie de 13 hectáreas y presenta edificios de adobe densamente agregados.

Las casas de Çatalhöyük presentan las huellas arqueológicas de actividades rituales, incluyendo enterramientos intramuros con algunos esqueletos que presentan restos de colorantes, y pinturas murales.

Esqueleto de un individuo masculino de entre 35 y 50 años con pintura de cinabrio en el cráneo | foto Marco Milella

La asociación entre el uso de colorantes y las actividades simbólicas está documentada en muchas sociedades humanas del pasado y del presente. En Oriente Próximo, el uso de pigmentos en contextos arquitectónicos y funerarios se hace especialmente frecuente a partir de la segunda mitad del IX y el VIII milenio a.C.

Los yacimientos arqueológicos de Oriente Próximo que se remontan al Neolítico han aportado un gran número de pruebas de actividades simbólicas complejas, a menudo misteriosas.

Detalle de cinabrio en el cráneo del individuo | foto Marco Milella

Entre ellas se encuentran los tratamientos funerarios secundarios, la recuperación y circulación de partes del esqueleto, como los cráneos, y el uso de pigmentos tanto en espacios arquitectónicos como en contextos funerarios.

Un estudio publicado recientemente en la revista Scientific Reports por un equipo de investigación internacional proporciona el primer análisis del uso de pigmentos en contextos funerarios y arquitectónicos de este yacimiento neolítico esencial.

Según el autor principal del estudio, Marco Milella (Departamento de Antropología Física, Instituto de Medicina Forense, Universidad de Berna): estos resultados revelan una visión apasionante sobre la asociación entre el uso de colorantes, los rituales funerarios y los espacios de vida en esta fascinante sociedad.

Un viaje en el tiempo a un mundo de colores, casas y muertos

Marco Milella formó parte del equipo antropológico que excavó y estudió los restos humanos de Çatalhöyük. Su trabajo consiste en intentar que los esqueletos antiguos y modernos hablen. Establecer la edad y el sexo, investigar las lesiones o el tratamiento especial del cadáver y resolver los rompecabezas esqueléticos son actividades rutinarias en el Departamento de Antropología Física.

El estudio muestra que el ocre rojo fue el color más utilizado en Çatalhöyük, presente en algunos adultos de ambos sexos y en niños, y que el cinabrio y el azul/verde se asociaron a hombres y mujeres, respectivamente.

Pintura mural geométrica en el edificio | foto Jason Quinlan/Çatalhöyük Research Project

Curiosamente, el número de enterramientos en un edificio parece estar asociado al número de capas posteriores de pinturas arquitectónicas. Esto sugiere una asociación contextual entre la deposición funeraria y la aplicación de colorantes en el espacio doméstico.

Esto significa: cuando enterraban a alguien, también pintaban en las paredes de la casa, afirma Milella. Además, en Çatalhöyük, algunos individuos se quedaban en la comunidad: sus elementos óseos se recuperaban y circulaban durante algún tiempo, antes de ser enterrados de nuevo.

Este segundo enterramiento de elementos óseos también iba acompañado de pinturas murales.

Misterios neolíticos

Sólo una selección de individuos fue enterrada con pinturas, y sólo una parte de los individuos permaneció en la comunidad con sus huesos en circulación.

Huella de mano en la pared | Jason Quinlan/Çatalhöyük Research Project

Según Marco Milella, los criterios que guiaron la selección de estos individuos escapan por ahora a nuestra comprensión, lo que hace que estos hallazgos sean aún más interesantes. Nuestro estudio muestra que esta selección no estaba relacionada con la edad o el sexo.

Lo que está claro, sin embargo, es que la expresión visual, la actuación ritual y las asociaciones simbólicas eran elementos de prácticas socioculturales compartidas a largo plazo en esta sociedad neolítica.


Fuentes

Universidad de Berna | Schotsmans, E.M.J., Busacca, G., Lin, S.C., Vasić, M., Lingle, A.M., Veropoulidou, R., Mazzucato, C., Tibbetts, B., Haddow, T.S., Somel, M., Toksoy-Köksal, F., Knüsel, C.J., and Milella, M. New insights on commemoration of the dead through mortuary and architectural use of pigments at Neolithic Çatalhöyük, Turkey. Sci Rep 12, 4055 (2022). DOI: 10.1038/s41598-022-07284-3


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