La ciudad subterránea de tres niveles de Nushabad, construida por los persas sasánidas hace 1.500 años

El techo de la cisterna de Nushabad | foto AlexeIA en depositphotos.com

En la provincia de Isfahán, en el centro de Irán, se ubica la ciudad de Nushabad (o Nooshabad), a la que algunos identifican con una de las capitales de Cosroes I, uno de los principales reyes de la dinastía persa sasánida que reinó entre 531 y 579 d.C., contemporáneo del bizantino Justiniano I (al que se enfrentó por el control de Oriente Medio).

Una leyenda cuenta que un rey, quizá el propio Cosroes, se detuvo en la zona en una ocasión para beber agua de uno de sus pozos, encontrándola tan extremadamente fría y clara que ordenó la construcción de la ciudad en torno al pozo y la llamó Anoushabad, que significa ciudad del agua fría y sabrosa.

Cierta o no la leyenda, el caso es que a pesar de hallarse en la región desértica central de Irán, posee efectivamente manantiales de agua fresca.

Una de las entradas al complejo subterráneo | foto Bernard Gagnon en Wikimedia Commons

La ciudad, que hoy tiene unos 10.000 habitantes, es uno de los principales atractivos turísticos del país debido a que en 2006 se produjo en ella un asombroso descubrimiento. Un vecino que estaba excavando en terrenos de su propiedad para abrir un pozo se encontró una inesperada sorpresa: bajo su casa, y buena parte de la ciudad moderna, se extendía un laberinto de pasadizos y cámaras subterráneas.

Resultó ser toda una ciudad bajo tierra, a una profundidad de entre 4 y 18 metros según las zonas y de unos 4 kilómetros cuadrados de extensión. Las estancias, pasillos y canales que la conforman se estructuran en tres niveles interconectados cuya altura varía entre 1,70 y 1,80 metros.

Una de las estancias subterráneas | foto AlexeIA en depositphotos.com

Se la denomina Ouee (o Ouyi) y se cree que data de la época sasánida, hace unos 1.500 años, aunque se desconoce con que fin se construyó. Entre las hipótesis que se barajan están el servir de refugio frente a las altas temperaturas diurnas (y las bajas temperaturas nocturnas), o frente a ataques externos.

La cisterna abovedada | foto Amir Pashaei en Wikimedia Commons

Parece que la entrada a los subterráneos se realizaba por diferentes puntos, incluso desde las propias casas de los habitantes de la ciudad, pero también desde algunos espacios públicos. Esto ha llevado a algunos investigadores a sugerir que en realidad se trata de un sistema de aire acondicionado para los cálidos veranos de la zona.

Otros, por el contrario, ven en el sistema de pasadizos y recovecos un sistema defensivo con el que emboscar y capturar a los enemigos que se aventuraban a adentrarse en ellos.

En cualquier caso, los pasadizos se disponen con estancias a los lados (probablemente una estancia por familia), mientras que los túneles verticales sirven de conexión entre los niveles, y los que tienen forma de U serían respiraderos de ventilación. El complejo incluye también una impresionante cisterna abovedada, que hoy se usa para recibir a los visitantes.

Uno de los pasadizos | foto fotokon en depositphotos.com

La ciudad subterránea estuvo en uso durante toda la Edad Media, la época del Imperio safávida (1501-1722) e incluso en los años de la dinastía kayar (que gobernó Irán entre 1785 y 1925). En algún momento de finales de este último periodo cayó en desuso y fue completamente olvidada, hasta ser redescubierta en 2006.


Fuentes

Iran Negin Travel | Iran Doostan Tours | Surfiran | Wikipedia