Desde finales del siglo I a.C. se extendió por el Imperio Romano el culto de Mitra, un dios de origen indo-persa cuyos fieles se organizaban en torno a unos misterios secretos que obligaban a la honestidad, pureza y coraje como principales cualidades. Por ello fue especialmente popular entre los soldados y, hasta el siglo IV d.C., compitió con el cristianismo por imponerse como principal religión del imperio.

Aunque se inspiraba en el culto persa a la divinidad zoroastriana del mismo nombre, el Mitra greco-romano era una divinidad sincrética identificada en un primer momento con Helios, el dios del Sol. Sus adoradores tenían un sistema de siete grados de iniciación y celebraban comidas rituales comunitarias.

Se reunían en templos subterráneos llamados mitreos, muchos de los cuales han sobrevivido (se estima que solo en la ciudad de Roma había unos 600). Algunos se han encontrado bajo otras construcciones, como el hallado en las excavaciones de la basílica de San Clemente de Letrán en Roma.

Entrada y escaleras de acceso a la cueva | foto Rasevic en Wikimedia Commons

Sin embargo, no se conoce ningún mitreo ubicado en una cueva natural en Europa, salvo el de Duino, una localidad situada en la provincia italiana de Trieste, en la frontera con Eslovenia.

Fue descubierto por espeleólogos en 1963 al norte-noroeste de la localidad, cerca de las fuentes del río Timavo (el agua tenía un importante papel purificador en el mitraismo), donde también se ha encontrado un asentamiento romano, el Fons Timavi.

El relieve con la dedicatoria | foto Rasevic en Wikimedia Commons

La cueva tiene una amplia entrada que permite la iluminación del interior, en cuyo centro hay dos bancos y un altar tallados en bloques de piedra caliza, junto a una estela en la pared en la que está representado el dios Mitra con el toro, la tauroctonía que es una de las iconografías habituales de esta divinidad.

En ella hay una dedicatoria: D(eo) I(nvicto) M (Mithrae) AV (lus) TULLIVS PAVMNIANVS PRO SAL (ute) ET FRATER SVOR (um) TVLLI SECUNDI ET TVLLI SEVERINI (Al invencible dios Mitra Tulio Paumniano ofrece por su salvación y la de sus hermanos Tulio Segundo y Tulio Severino).

En el interior de la cueva se encontraron unas 400 monedas antiguas que datan de los siglos II al IV d.C., lámparas de aceite y numerosas vasijas de cerámica, fragmentos de ánforas, tejas y baldosas huecas.

El interior, con los bancos y el altar de piedra | foto Kharmacher en Wikimedia Commons

Se estima que el templo se construyó en la segunda mitad del siglo I d.C. y estuvo en uso hasta el siglo IV d.C., alrededor del año 391 d.C. cuando los edictos de Teodosio prohibieron los cultos paganos. En esa época se rompieron los altares y estelas, y se rellenó la cueva con escombros, tal y como la encontrarían los espeleólogos en 1963.

Por ello, lo que hoy podemos contemplar es una reconstrucción (bastante fiel, según los expertos) del templo original. En origen la cubierta de la cueva estaba más cerrada, ya que durante los trabajos de desescombro fue necesario ampliarla por seguridad. Y en el interior había un pequeño edificio con techo de tejas a dos aguas, que cubría el altar y los dos bancos.

Durante las excavaciones llevadas a cabo en la cueva en 1976 los arqueólogos encontraron, bajo el estrato romano, restos de un yacimiento prehistórico anterior (de la Edad del Hierro). Se hallaron vasijas de fondo hueco decoradas con incisiones, fragmentos de cerámica, así como huesos de un rinoceronte.

Otro de los relieves en la cueva | foto Rasevic en Wikimedia Commons

Una vez finalizadas las excavaciones se procedió a la reconstrucción del mitreo con el altar y los bancos originales, y con calcos de las estelas y lápidas. Se puede visitar los sábados entre las 10 y las 12 de la mañana.


Fuentes

Franco Tauceri, Il Mitreo di Duino (Carso segreto) | Turismo Friuli Venezia Giulia | Catasto delle Grotte della Commissione Grotte E. Boegan | Ministero della Cultura | Wikipedia


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