Un lago de lava es literalmente eso, un gran volumen de magma derretido a una temperatura de entre 850 y 1200 grados centígrados que habiendo salido a la superficie se mantiene en ese estado viscoso de fluidez activa y fundida, contenido en un cráter, una boca volcánica o una depresión del terreno.

Se forman cuando un cono volcánico se llena de lava, pero sin entrar en erupción, en una gran variedad de sistemas volcánicos. Así, hay lagos de lava basáltica y lagos de lava fonolítica, por ejemplo.

Normalmente no suelen durar mucho tiempo, porque una vez que la presión de los gases disminuye la lava vuelve a drenar hacia la cámara magmática, o bien desaparecen porque el volcán entra en erupción. Pero existen lugares en el mundo donde, excepcionalmente, los lagos de lava son permanentes o casi permanentes.

Otra vista del lago de lava del volcán Nyiragongo en la República Democrática del Congo | foto Cai Tjeenk Willink en Wikimedia Commons

En estos lugares los lagos de lava constituyen un laboratorio natural donde los científicos pueden estudiar procesos volcánicos fundamentales, como la desgasificación, la convección y el enfriamiento.

Uno de los más antiguos lagos de lava se encuentra en el interior del cráter del Monte Erebus, en la Antártida. El volcán lleva activo aproximadamente 1,3 millones de años, y el lago actual existe desde al menos principios de la década de 1970.

El Monte Erebus en la Antártida (diciembre de 2019), con el lago de lava en el interior del cráter | foto Pierre Markuse en Wikimedia Commons

Se trata de un lago de lava fonolítica, y es uno de los 5 lagos de lava de larga duración de la Tierra. Está situado en la isla Ross, a unos 35 kilómetros de donde se ubican la estación estadounidense McMurdo y la base Scott neozelandesa.

Pero el más antiguo de todos es el lago de lava del volcán Erta Ale, situado en el desierto de Danakil al norte de Etiopía. Ya hablamos de la zona en el artículo que dedicamos al cercano lago Assal, el punto más bajo de África, un lugar inhóspito de calor extremo lleno de lagos salados y volcanes, cuya temperatura media es de 34 grados centígrados.

El Erta Ale, que es el volcán más activo de Etiopía, alcanza 613 metros de altitud, y en su cima alberga el lago de lava más duradero del planeta, se cree que formado en 1906 (no obstante, solo hay confirmación documental desde 1967). Otro lago adicional se forma ocasionalmente, y ambos se desbordan por la ladera sur cuando rebosan.

Lago de lava del volcán Erta Ale en Etiopía (diciembre de 2011) | foto Petr Meissner en Wikimedia Commons

En cuanto a tamaño, el mayor de todos los conocidos es el lago de lava del monte Nyiragongo, un volcán de 3.470 metros de altitud situado en las montañas Virunga en la República Democrática del Congo.

Ya en 1948 se había descubierto que contenía un lago de lava, pero aquel desapareció tras la erupción del 10 de enero de 1977.

El volcán Nyiragongo en la República Democrática del Congo | foto MONUSCO/Neil Wetmore en Wikimedia Commons – Flickr

El cráter principal tiene un diámetro de aproximadamente 2 kilómetros, y en su interior se encuentra el lago de lava más voluminoso del mundo. Su profundidad varía con el tiempo, siendo de unos 600 metros antes de la erupción de 1977, y cayendo hasta unos 50 metros tras la de enero de 2002.

Desde entonces el nivel ha ido aumentando gradualmente hasta los 180 metros registrados en 2020. No obstante, la reciente erupción del 22 de mayo de 2021 que alcanzó la cercana ciudad de Goma y en la que perecieron 37 personas, puede haber producido cambios en el lago.

Entre 9 y 5 lagos de lava permanentes se han registrado durante las últimas décadas en el mundo.

El espectacular lago de lava del Nyiragongo (12 de julio de 2021) | foto Analnannymoose en Wikimedia Commons

De todos ellos quedan en la actualidad unos 5, pues algunos como los del volcán Ambrym en la isla del mismo nombre en Vanuatu, han desaparecido tras las últimas erupciones.

El más recientemente descubierto (en 2019) es el lago de lava del Monte Miguel en la isla Saunders, situada en un archipiélago de once islas deshabitadas en el Atlántico sur cuya soberanía reclaman Argentina y el Reino Unido (con el nombre de Islas Sandwich del Sur).

El volcán tiene una altitud de 990 metros y un cráter de 700 metros de ancho. En su interior los científicos encontraron un lago de lava de entre 90 y 215 metros de ancho, que está a una temperatura de 1.000 grados centígrados.

El Erta Ale en Etiopía | foto filippo_jean en Wikimedia Commons – Flickr

El doctor Alex Burton-Johnson explicaba a la BBC, con ocasión del descubrimiento, como era posible que el lago de lava se mantuviese sin solidificarse:

En la mayoría de los volcanes, los vertidos de roca dan lugar a flujos de lava, pero para que un lago de lava permanezca fundido pero no se desborde, el flujo de lava desde la profundidad debe ser escaso, y en cambio la mayor parte de la materia expulsada y la fuente del calor debe proceder de los gases


Fuentes

Hans-Ulrich Schmincke, Volcanism | Anthony Philpotts, Jay Ague, Principles of Igneous and Metamorphic Petrology | Einat Lev, Philipp Ruprecht, Clive Oppenheimer, Nial Peters, Matt Patrick, Pedro A. Hernández, Letizia Spampinato, Jeff Marlow, A global synthesis of lava lake dynamics, Journal of Volcanology and Geothermal Research, Volume 381, 2019Pages 16-31, ISSN 0377-0273, doi.org/10.1016/j.jvolgeores.2019.04.010 | Jonathan Amos, Remote Mount Michael volcano hosts persistent lava lake | Wikipedia


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