El pequeño estado de Baréin está formado por un archipiélago, cuya mayor isla (de igual nombre) apenas tiene 55 kilómetros de largo por 18 de ancho. Está situado en el Golfo Pérsico frente a las costas de Arabia Saudita, país con el que hoy está conectado mediante un puente de 26 kilómetros.

En la antigüedad era un importante enclave comercial, situado en la ruta marítima que unía Mesopotamia con el Valle del Indo, y la mitología sumeria situaba allí una civilización llamada Dilmun que las tablillas cuneiformes describen como una tierra virginal y pristina, un paraíso al que el héroe Gilgamesh llegó para comprobar que allí no había enfermedades y la gente no envejecía.

Este relato sumerio del jardín paradisíaco de Dilmun pudo ser una de las inspiraciones de la conocida historia del Jardín del Edén.

Localización de Barbar al norte de la isla de Baréin | foto Naciones Unidas en Wikimedia Commons

Pero esa civilización solo aparecía en los relatos mitológicos, ningún rastro de ella se había encontrado en Baréin. Hasta que en 1954 un arqueólogo danés llamado Peter Vilhelm Glob descubrió las ruinas de un antiguo templo en la localidad de Barbar, situada al norte de la isla principal, entre Diraz y Jannusan.

Las excavaciones, que comenzaron ese año y se alargaron hasta 1962, descubrieron que en realidad había tres templos superpuestos. No solo eso sino que el más antiguo de todos ellos databa de hacia el año 3000 a.C., aproximadamente 500 años antes que las pirámides de Egipto.

Restos del templo de Barbar | foto O.Mustafin en Wikimedia Commons

Los tres templos se construyeron sucesivamente uno sobre el otro. El segundo se levantó unos 500 años después del primero, y el tercero y último hacia el año 2100-2000 a.C. Todos estaban hechos con bloques de piedra caliza tallados en Jidda, un pequeño islote al oeste de Barbar.

El más antiguo se construyó sobre una plataforma rectangular de 25 metros de largo por 18 de ancho, y en sus cimientos se depositaron como ofrenda decenas de copas de arcilla, que fueron encontradas en varios grupos separados, de siete en siete, y numerosos objetos de cobre.

En la excavación del yacimiento se encontraron, además, muchas herramientas, armas, cerámica y pequeñas piezas de oro, que hoy se exponen en el Museo Nacional de Baréin.

El templo y las escaleras del santuario | foto Graeme en Wikimedia Commons – Flickr

El templo poseía un santuario subterráneo al que se accedía por unas escaleras en la esquina suroeste, y un terraza central de dos metros de altura que se encontró intacta. En el centro de esta terraza se disponía un santuario trapezoidal y a su alrededor varias habitaciones.

Aquí se celebraban ceremonias de culto al agua, presente mediante un manantial que llenaba la piscina del santuario y que entraba a través de una jarra de piedra perforada junto a una pila semicircular. Luego, profundos canales de piedra redistribuían el agua desde el templo a los campos y jardines circundantes.

El santuario subterráneo seria un Apsu dedicado a Enki, el dios de la sabiduría y el agua dulce, y a su esposa Ninhursag. Enki fue el creador de la humanidad y habitaba en Apsu, un lugar en las profundidades de la Tierra, donde fluyen las aguas primordiales.

Precisamente el mito relatado en las tablillas cuneiformes, como la famosa tablilla del Diluvio, explica como Enki bendijo la paradisíaca tierra de Dilmun, hizo que brotara el agua y que navíos de muchos lugares llevasen oro y piedras preciosas y otras mercaderías a la ciudad de Dilmun.

La zona del santuario subterráneo | foto O.Mustafin en Wikimedia Commons

Allí es también a donde es llevado el Noé sumario del diluvio, el héroe Ziusudra, para vivir eternamente.

El posterior Enuma Elish babilónico señala el lugar de la creación como aquel donde la mezcla de agua salada, personificada como Tiamat, se encontró y se mezcló con el agua dulce de Abzu. Y precisamente Baréin significa en árabe las aguas gemelas. Y el héroe Gilgamesh también visitó la tierra de Dilmun, tras atravesar el monte Mashu, la montaña mítica por donde nacía el sol y tras la cual estaba el sendero que conducía a Dilmun.

Probablemente Gilgamesh fue un rey histórico de la ciudad-estado sumaria de Uruk, posteriormente deificado. Su gobierno habría tenido lugar a comienzos del Período Dinástico Arcaico (hacia 2900-2350 a.C.), precisamente la época de construcción del templo de Barbar. Luego, se habría convertido en el personaje mitológico de la leyenda sumeria durante la Tercera Dinastía de Ur (hacia 2112-2004 a.C.)

La famosa inscripción de Ur-Nanshe, donde se menciona Dilmun | foto Marie-Lan Nguyen en Wikimedia Commons

No obstante, no todos están de acuerdo en situar la mítica Dilmun en Baréin. El investigador Noah Kramer, por ejemplo, cree que Dilmun no era otra que la civilización del Indo. Otros opinan que Dilmun se extendía por el este de los actuales Arabia Saudita, Baréin y Kuwait.

En 1987 Theresa Howard-Carter propuso propuso que Dilmun estaría en el actual Irak, en torno del actual Shatt al-Arab, el río de 200 kilómetros de longitud formado por la confluencia del Tigris y el Eúfrates.

En cualquier caso, Dilmun fue un importante centro comercial desde finales del cuarto milenio hasta el 800 a.C. Se la menciona por primera vez en tablillas de arcilla cuneiformes de finales del tercer milenio a.C., encontradas en el templo de la diosa Inanna en Uruk. También en la inscripción del rey Ur-Nanshe de Lagash (h. 2300 a.C.), donde se lee: los barcos de Dilmun le trajeron madera como tributo de tierras extranjeras.


Fuentes

Howard-Carter, Theresa (1987). «Dilmun: At Sea or Not at Sea? A Review Article«. Journal of Cuneiform Studies. 39 (1): 54–117. doi:10.2307/1359986 | Harriet E. W. Crawford, Crawford Harriet E. W, Dilmun and Its Gulf Neighbours | Geoffrey Bibby, Looking for Dilmun | UNESCO | Wikipedia


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