Hace tiempo publicamos un artículo acerca de Martin Frobisher, un británico que quiso hacer fortuna en el siglo XVI enviando a Inglaterra desde América del Norte cargamentos de un mineral que él pensaba que era oro. Entonces decíamos:
recogieron bastante mineral pero las disensiones internas les impidieron fundar un asentamiento estable y terminaron por levar anclas para avistar Inglaterra en octubre. Allí se llevó la mercancía a una fundición para extraerle el oro; éste no apareció por ningún lado y terminó empleándose el material para asfaltar caminos. Tardarían años en determinar que aquello no era el deseado metal precioso sino pirita, muy parecida de aspecto pero carente de valor
Efectivamente, se trataba de pirita, un mineral compuesto principalmente de azufre y hierro, pero con un aspecto dorado que ha hecho que se le confunda a menudo con el oro.
Pero una investigación de la Universidad de Curtin ha descubierto que pueden quedar atrapadas diminutas cantidades de oro en el interior de la pirita, comúnmente conocida como oro de los tontos, lo que la haría mucho más valiosa de lo que su nombre sugiere.
Este estudio, publicado en la revista Geology en colaboración con la Universidad de Australia Occidental y la Universidad China de Geociencia, ofrece un análisis en profundidad para comprender mejor la ubicación mineralógica del oro atrapado en la pirita, lo que podría conducir a métodos de extracción de oro más respetuosos con el medio ambiente.
El investigador principal, el Dr. Denis Fougerouse, de la Escuela de Ciencias de la Tierra y Planetarias de Curtin, dijo que este nuevo tipo de oro invisible no había sido reconocido anteriormente y sólo es observable mediante un instrumento científico llamado sonda atómica.
La tasa de descubrimiento de nuevos yacimientos de oro está disminuyendo en todo el mundo, ya que la calidad del mineral se está degradando, paralelamente al aumento del valor del metal precioso, dijo el Dr. Fougerouse.
Hasta ahora, los extractores de oro podían encontrar oro en la pirita, bien en forma de nanopartículas o como aleación de pirita y oro, pero lo que hemos descubierto es que el oro también puede alojarse en defectos cristalinos a nanoescala, lo que representa un nuevo tipo de oro invisible.
Cuanto más deformado está el cristal, más oro hay encerrado en los defectos. El oro se aloja en defectos a nanoescala denominados dislocaciones -cien mil veces más pequeñas que la anchura de un cabello humano-, por lo que se necesita una técnica especial llamada tomografía de sonda atómica para observarlo.
El Dr. Fougerouse dijo que el equipo también exploró los métodos de extracción de oro y las posibles formas de obtener el oro atrapado con menos impactos adversos en el medio ambiente. Generalmente, el oro se extrae mediante técnicas de oxidación a presión, pero este proceso consume mucha energía. Queríamos buscar una forma de extracción más respetuosa con el medio ambiente.
Estudiamos un proceso de extracción llamado lixiviación selectiva, que utiliza un fluido para disolver selectivamente el oro de la pirita. Las dislocaciones no sólo atrapan el oro, sino que también se comportan como vías de fluido que permiten lixiviar el oro sin afectar a toda la pirita.
Fuentes
Curtin University / Denis Fougerouse, Steven M. Reddy, Mark Aylmore, Lin Yang, Paul Guagliardo, David W. Saxey, William D.A. Rickard, Nicholas Timms; A new kind of invisible gold in pyrite hosted in deformation-related dislocations. Geology 2021; doi: doi.org/10.1130/G49028.1
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