El distrito de Ilave es uno de los cinco que conforman la provincia peruana de El Collao, situada al sur del país en el departamento de Puno. Allí, a medio camino entre las ciudades de Ilave y Juli y cerca del lago Titicaca y la frontera con Bolivia, se encuentra una estructura rocosa que desde hace unas pocas décadas viene suscitando la imaginación de muchos.

Se la denomina Puerta de Aramu Muru, y también de Hayumarca (en quechua), y aunque no tiene nada de paranormal ni sobrenatural, sí que alberga un pequeño misterio, pues no se sabe lo que los incas (o quienes lo esculpiesen) quisieron representar aquí ni por qué quedó inacabada.

Se trata de un relieve arquitectónico tallado en un afloramiento rocoso, con una especie de puerta ciega, que tiene la forma de un cuadrado de 7 metros de lado. La supuesta puerta tiene una altura de 1,98 metros. Se descubrió a comienzos de la década de 1990, parece que por un guía turístico llamado Jorge Luis Delgado Mamani, y desde entonces es uno de los principales atractivos de la zona.

Detalle de la puerta de Aramu Muru / foto nyuepik en Flickr

Zona que es conocida como Valle de los Espíritus y también como Bosque de piedra, y está llena de formaciones rocosas de formas caprichosas que parecen asemejarse a animales, edificios y otras estructuras, pero que son de origen natural. Por ello la puerta podría tener igualmente un origen natural en vez de humano. El caso es que nunca se ha realizado ningún análisis arqueológico.

Por supuesto no faltan las leyendas al respecto. Parece que los nativos ya consideraban sagrado el lugar y hablaban de una puerta a las tierras de los dioses. Pero la que más éxito tiene es bastante reciente, aparecida en un libro hace pocas décadas, en la que se cuenta que un sacerdote inca huyó de los españoles con un disco de oro conocido como la llave de los dioses de los siete rayos, encontró la puerta y con un ritual mágico pudo cruzar al otro lado abriéndola con el disco.

Los amantes de las teorías paranormales y portales cósmicos son capaces de señalar con exactitud la brecha donde el supuesto sacerdote insertó el disco que se había llevado del Coricancha, el principal templo inca cuyas ruinas todavía pueden verse en la ciudad de Cuzco. Hay algún escritor de este tipo de temas que incluso asegura haber cruzado la puerta, cosa ciertamente difícil de creer.

Hoy desde las localidades cercanas se organizan excursiones y visitas guiadas al curioso portal, y sitios como Instagram están llenos de fotos de turistas que se aplastan contra el hueco de la roca, intentando imitar al singular sacerdote Inca, cuyo nombre por cierto, debía ser Aramu o Amaru, de ahí la denominación del lugar.


Fuentes

Labyrinthina / Cronica Andina (Fernando E. Martinez) / Andean Awakening (Jorge Luis Delgado) / Wikipedia


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