Pocos lugares del mundo conservan un registro arqueológico continuo que abarca millones de años. La cueva de Wonderwerk, situada en el desierto del Kalahari sudafricano, es uno de esos raros lugares. La cueva de Wonderwerk, que significa “milagro” en afrikáans, ha sido identificada como la ocupación de cuevas más antigua del mundo y el lugar donde se encuentran algunos de los primeros indicios de uso del fuego y fabricación de herramientas entre los humanos prehistóricos.

Una nueva investigación, publicada en Quaternary Science Reviews, dirigida por un equipo de geólogos y arqueólogos de la Universidad Hebrea de Jerusalén y la Universidad de Toronto, confirma la fecha récord de este espectacular yacimiento. Ahora podemos afirmar con seguridad que nuestros antepasados humanos fabricaban sencillas herramientas de piedra en el interior de la cueva de Wonderwerk hace 1,8 millones de años. Wonderwerk es único entre los antiguos yacimientos olduvayenses, un tipo de herramienta que se encontró por primera vez hace 2,6 millones de años en África Oriental, precisamente porque es una cueva y no un lugar al aire libre, explicó el autor principal, el profesor Ron Shaar, del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad Hebrea.

El equipo pudo determinar con éxito el paso de las herramientas olduvayenses (principalmente lascas afiladas y herramientas de corte) a las primeras hachas de mano hace más de un millón de años, y datar el uso deliberado del fuego por parte de nuestros antepasados prehistóricos hace un millón de años, en una capa del interior de la cueva. Esto último es especialmente significativo porque otros ejemplos del uso temprano del fuego proceden de yacimientos al aire libre en los que no se puede excluir el posible papel de los incendios forestales. Además, Wonderwerk contenía toda una serie de restos de fuego: huesos quemados, sedimentos y herramientas, así como la presencia de cenizas.

Exterior de la cueva Wonderwerk / foto Michael Chazan

La datación de los depósitos de las cuevas es uno de los mayores retos de la paleoantropología, es decir, del estudio de la evolución humana. Para superar este reto, el equipo analizó una capa sedimentaria de 2,5 metros de espesor que contenía herramientas de piedra, restos de animales y restos de fuego utilizando dos métodos: el paleomagnetismo y la datación por enterramiento. Extrajimos cuidadosamente cientos de pequeñas muestras de sedimentos de las paredes de la cueva y medimos su señal magnética, describió Shaar.

La magnetización se produjo cuando las partículas de arcilla, que entraron en la cueva desde el exterior, se asentaron en el suelo de la cueva prehistórica, conservando así la dirección del campo magnético de la Tierra en aquella época. Nuestros análisis de laboratorio mostraron que algunas de las muestras estaban magnetizadas hacia el sur en lugar de hacia el norte, que es la dirección del campo magnético actual. Dado que el momento exacto de estas “inversiones” magnéticas es reconocido mundialmente, nos dio pistas sobre la antigüedad de toda la secuencia de capas de la cueva, añadió Shaar.

Una de las herramientas encontradas en la cueva / foto Michael Chazan

El profesor Ari Matmon, director del Instituto de Ciencias de la Tierra de la Universidad de Hamburgo, se basó en un método de datación secundario para confirmar el momento en que los primeros “humanos” pudieron ocupar el lugar. Las partículas de cuarzo de la arena tienen un reloj geológico incorporado que empieza a funcionar cuando entran en una cueva. En nuestro laboratorio, podemos medir las concentraciones de isótopos específicos en esas partículas y deducir cuánto tiempo ha pasado desde que esos granos de arena entraron en la cueva, explicó.

La datación de la actividad humana prehistórica en la cueva de Wonderwerk tiene implicaciones de gran alcance. Los codirectores del proyecto de la cueva de Wonderwerk, el profesor Michael Chazan, de la Universidad de Toronto, y Liora Kolska Horwitz, de las Colecciones Nacionales de Historia Natural de la Universidad Hebrea, explicaron que los hallazgos de Wonderwerk son un paso importante para comprender el ritmo de la evolución humana en el continente africano. Con una escala de tiempo firmemente establecida para la cueva de Wonderwerk, podemos seguir estudiando la conexión entre la evolución humana y el cambio climático, y la evolución del modo de vida de nuestros primeros ancestros humanos.

Situada en el extremo sur del desierto del Kalahari, la cueva de Wonderwerk es también un lugar de gran importancia espiritual para las comunidades locales, lo que atestigua la importancia cultural de la cueva para los pueblos del pasado y del presente. El Proyecto de Investigación de la Cueva de Wonderwerk se ha comprometido a proteger el lugar y a trabajar con los pueblos vecinos para desarrollar el potencial educativo y cultural de este lugar único.


Fuentes

The Hebrew University of Jerusalem / Ron Shaar, Ari Matmon, Liora K. Horwitz, Yael Ebert, Michael Chazan, M. Arnold, G. Aumaître, D. Bourlès, K. Keddadouche, Magnetostratigraphy and cosmogenic dating of Wonderwerk Cave: New constraints for the chronology of the South African Earlier Stone Age, Quaternary Science Reviews, Volume 259, 2021, 106907, doi.org/10.1016/j.quascirev.2021.106907.


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