Existen en la Tierra numerosos lugares donde abundan los volcanes y muchos de ellos se sitúan en las costas americana y asiática del Océano Pacífico, lo que se conoce con el nombre de Cinturón de Fuego por su intensa actividad sísmica y volcánica.
Dentro de ese cinturón están los volcanes de Kamchatka, la península de 1.250 kilómetros de longitud situada en el Extremo Oriente ruso y a la que ninguna carretera conecta con el resto del mundo.
De hecho, hasta la década de 1990 todo el territorio estuvo prohibido a los extranjeros por albergar instalaciones militares ultrasecretas.

Por si fuera poco su aislamiento terrestre, frente a la península se extiende la fosa de las Kuriles, una de las depresiones más profundas del planeta, con 10.542 metros. Tiene una gran actividad sísmica y los tsunamis son bastante comunes.
Las grandes cadenas montañosas que rodean el valle central de la península están compuestas por cerca de 160 volcanes, de los cuales unos 30 están todavía activos.

Solo desde su capital, la ciudad de Petropávlovsk (literalmente Pedro y Pablo) se pueden contemplar tres de ellos, el Koriakski, el Aváchinski y el Kozielski.
El Kronotsky, localizado al este del Lago Kronotskoye y con 3.528 metros de altitud, posee una forma cónica tan simétrica como el Monte Fuji, y por ello está considerado no solo como el volcán más pintoresco de Kamchatka sino también como uno de los más bonitos del mundo. Por lo menos es lo que pensaron los vulcanólogos Robert y Barbara Decker.
No obstante, la cumbre más alta de la región (y el volcán activo más alto de Eurasia) es el volcán Klyuchevskaya Sopka, que alcanza los 4.750 metros de altitud. Ha tenido más de 100 erupciones en los últimos 3.000 años, la última el 9 de diciembre de 2020.

Algunos pueblos indígenas lo consideran sagrado, pues creen que ahí es donde se originó el mundo. Fue escalado por primera vez en 1788, por miembros de la Expedición Billings, y en 1931 varios alpinistas tuvieron la mala suerte de intentar subir mientras la lava descendía por sus laderas.
Muy cerca se encuentra el famoso Valle de los Géiseres, la segunda mayor concentración de éstos en el mundo. Se trata de una cuenca de unos seis kilómetros de longitud con 90 géiseres y numerosas fuentes termales, situada en la orilla izquierda del río Geysernaya. El agua fluye desde el estratovolcán Kikhpinych y alcanza 250ºC de temperatura a unos 500 metros por debajo de la caldera.

Descubiertos por la científica local Tatyana Ustinova en 1941, fueron explorados por primera vez sistemáticamente en 1972, y en la década de 1990 se instaló un sistema de vigilancia automatizada. Algunos de los géiseres producen chorros de agua que alcanzan los 40 metros de altura.
Por desgracia el 3 de junio de 2007 una avalancha de lodo cubrió dos tercios del valle de los Géiseres, sepultando una de las más grandes maravillas naturales del mundo, en palabras del portavoz del Fondo Mundial para la Naturaleza.
Los volcanes de Kamchatka fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996. Al ser relativamente joven desde un punto de vista geológico, pues la península de Kamchatka se formó hace apenas un millón de años, los volcanes siguen creciendo y el riesgo sísmico de la zona es muy alto.

Desde la ciudad de Petropávlovsk (quizá la más oriental de las grandes ciudades de Eurasia) donde vive más de la mitad de toda la población de Kamchatka, salen expediciones guiadas para visitar los volcanes, cazar osos o hacer parapente. Al Valle de los Géiseres solo se puede llegar en helicóptero.
Fuentes
UNESCO / Institute of Volcanology and Seismology of Kamchatka / Global Volcanism Program (Smithsonian Institute) / Wikipedia
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