Durante la Primera Guerra Mundial los alemanes utilizaron dirigibles con fines militares. Los famosos Zepelines se usaron en misiones de exploración y de ataque naval principalmente, y los británicos y estadounidenses los emplearían también profusamente a lo largo del conflicto.

En los años posteriores continuó su desarrollo, dedicados principalmente al transporte de pasajeros, hasta que la sucesión de varios accidentes, el último de los cuales fue el incendio del Hindenburg el 6 de mayo de 1937, hizo que su popularidad decayese, y poco a poco fueron dejando de utilizarse. No obstante, para el 7 de diciembre de 1941, fecha del ataque japonés a Pearl Harbour, los Estados Unidos todavía tenían 10 unidades en activo, 6 de los cuales eran de combate.

Uno de los artefactos más curiosos que surgieron de la inventiva germana en los años de la Primera Guerra Mundial fue la góndola de exploración, también llamada cesta espía (en alemán Spähkorb o Spähgondel), con que se dotaba a algunos dirigibles que hacían labores de reconocimiento.

La Spähkorb o Góndola de Exploración del Zeppelin LZ XIX / foto Teta_pk en Wikimedia Commons

Su origen se encuentra en el Peilgondel, una especie de pesada plomada que servía para inmovilizar la antena de radio de los dirigibles con el fin de mejorar las comunicaciones, desarrollado por Paul Jaray.

La evolución de este artefacto se convirtió en una cesta hecha de varillas de sauce y cuya forma imitaba la de un proyectil, con timones de cola y laterales (que al final no hacían ninguna función esencial) y en cuyo interior se alojaba un observador. Su peso total era de alrededor de 1,5 toneladas. Fue creada por el capitán Ernst A. Lehmann y el barón Max von Gemmingen (que era sobrino del conde Zeppelin), con diseño de Max Oertz.

Uno de los prototipos de góndola de observación / foto dominio público en Wikimedia Commons

La cesta se bajaba enganchada mediante cables desde la cubierta del dirigible hasta varios cientos de metros con el fin de observar más de cerca el terreno e incluso de ayudar en la navegación de la nave, mientras ésta permanecía oculta en las nubes o a una altura donde no pudiera alcanzarla el fuego antiaéreo.

De hecho, para probar su invento el capitán Lehmann le vendó los ojos al timonel del dirigible, mientras él se descolgaba en el prototipo mediante un cabrestante a unos 150 metros por debajo de la aeronave.

Llevaba una brújula y un teléfono conectado mediante cable, con los que iba diciéndole al timonel el rumbo que debía tomar.

El capitán Enrst Lehmann / foto Bundesarchiv, Bild 102-08046 en Wikimedia Commons

Pero el primero en utilizar el invento en una misión de bombardeo fue el barón Gemmingen. En marzo de 1916 el dirigible Z XII (modelo LZ26) del barón regresaba de una fallida incursión a Londres y se dirigía a su objetivo secundario, Calais en la costa francesa. Había muchas nubes y el dirigible no tenía buena visibilidad.

Así que el barón se descolgó en la Spähkorb sujeta con una correa de 1 kilómetro de longitud especialmente construida en acero con núcleo de latón aislado con goma (que al mismo tiempo servía de cable telefónico), y equipada con una silla de mimbre, una mesa, una lámpara eléctrica, una brújula, un teléfono y un pararrayos.

Un LZ66 muy similar al LZ26 que Lehmann y Gemmingen usaron en el ataque a Calais / foto dominio público en Wikimedia Commons

Gemmingen iba transmitiendo órdenes de navegación e indicando que tipo de bombas lanzar y cuándo hacerlo, mientras que los defensores de Calais no podían ver con sus reflectores la aeronave oculta en las nubes, y mucho menos alcanzarla con fuego de artillería.

La góndola era tan pequeña que pasaba desapercibida. El dirigible voló en círculos sobre Calais durante 45 minutos y realizó 5 bombardeos.

El 4 de septiembre de 1916 un zepelín LZ60 alemán bombardeó Londres. En su huida, y con el objetivo de ganar mayor altitud, se deshizo de su góndola de observación consiguiendo alcanzar los 5.900 metros. La góndola cayó cerca de la localidad de Colchester, y hoy puede verse en el Imperial War Museum londinense.

La góndola del LZ60 expuesta en el Imperial War Museum de Londres / foto Brutaldeluxe en Wikimedia Commons

No se tiene constancia de su uso con éxito durante la Primera Guerra Mundial, apenas dos o tres ocasiones documentadas en el lado alemán. Y es que las condiciones climáticas que permitían el uso de la cesta no eran muy habituales.

Pero tras la guerra los estadounidenses copiaron la idea, y usaron góndolas de exploración en el dirigible USS Akron (1931-1933) y su sucesor el USS Macon (1933-1935). Existen fotografías que muestran una góndola colgando del USS Macon en septiembre de 1934.

El USS Macon el 17 de diciembre de 1933 / foto dominio público en Wikimedia Commons

Al parecer, a pesar del peligro y la soledad que conllevaba ser destinado a la góndola, los tripulantes solían ofrecerse voluntarios para ello, pues era el único lugar de la aeronave donde se podía fumar.

En cuanto a los inventores, el capitán Ernst A. Lehmann llegó a ser considerado el mejor piloto de dirigibles del mundo, aunque en ocasiones sus maniobras eran peligrosas. Fue uno de los fallecidos en el incendio del Hindenburg, donde viajaba como observador y no como oficial.

El conde Max von Gemmingen terminó su carrera militar como coronel y sucedió a su tío al frente de la Fundación Zeppelin, que dirigió hasta su muerte en 1924.


Fuentes

The Zeppelins. The Development of the Airship, with the Story of the Zeppelins Air Raids in The World War (Ernst A. Lehmann, Howard Mingos) / Imperial War Museum / Max Oertz: Genie, Yachtkonstrukteur, Aeronaut und Erfinder (Klaus Kramer) / Zeppelins: German Airships 1900–40 (Charles Stephenson) / Wikipedia


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