Es posible que algún lector español haya formado parte -o conozca a alguien que lo hiciera- del Regimiento de Cazadores de Montaña Galicia nº 64. Se trata de una unidad de infantería ligera que tiene una larga historia porque es descendiente del Tercio de Lombardía, creado nada menos que a mediados del siglo XVI para las guerras italianas.

Sin duda, su componente más singular es la Compañía de Esquiadores Escaladores 1/64, adiestrada para el combate en zonas montañosas desde su fundación en 1961. Pero la guerra con tropas esquiadoras es muy antigua, mucho más aún que el Tercio, y tiene su origen en los países del norte de Europa.

Tiene su lógica, puesto que los esquíes remontan su invención a varios milenios antes de Cristo. No hay una fecha exacta, evidentemente, pues todo depende del registro arqueológico y, en ese sentido, el esquí más antiguo se encontró en Vis (actual Rusia), habiendo sido datado en torno al año 6.000 a.C. Otras piezas han aparecido en Noruega y EEUU, pero son tres mil años más recientes, al igual que pasa con las reperesentaciones artísticas de esquiadores, unos petroglifos escandinavos que fueron hechos hacia el 2500 a.C. Al fin y al cabo, el término esquí viene del noruego antiguo skíð, que designa una madera hendida o tabla de ese material.

Un cazador con arco y sobre esquíes, en un petroglifo de Alta (Noruega), datado en torno al año 1000 a.C./Imagen: Erik den Yngre en Wikimedia Commons

Si hablamos de documentos escritos, fue el historiador bizantino Procopio, que vivió en el siglo VI d.C. el primero en mencionar una carrera sobre nieve que inevitablemente requeriría algo parecido a esquíes. Asimismo, fuentes chinas de la dinastía Han mencionan que en sus regiones septentrionales los cazadores empleaban «caballos de madera» atados a sus pies para seguir a sus presas. Tanto en un caso como en otros, los esquíes diferían un poco de los actuales, ya que, al menos en Escandinavia, eran asimétricos (con longitudes distintas uno para deslizarse y otro para impulsarse pateando) y el apoyo se hacía con una vara o lanza, pues los dos bastones actuales no aparecerían hasta el siglo XVIII.

Ahora bien ¿y su aplicación en la guerra? La primera mención al respecto es una antigua saga que describe cómo los primeros noruegos derrotaron a los sami (lapones) tras alcanzar su territorio esquiando, allá por el siglo XII. Sin embargo, fue el historiador y teólogo danés Saxo Grammaticus, el que trató el tema con más claridad en su obra Gesta Danorum, escrita en el siglo siguiente pero contando eventos anteriores; entre ellos, la llamada batalla de Oslo, disputada en la primavera del año 1200 y en cuyo contexto Grammaticus reseña que las tropas del rey sueco Sverker contaban con un destacamento de reconocimiento integrado por esquiadores, al mando del oficial Pavel Belte.

Grabado de madera representando a los ejércitos del rey finés Tengild y su aliado danés Arngrimn. Se ven arqueros montados en renos y sobre esquíes (Olaus Magnus)/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

En 1174 se formó en Noruega un movimiento rebelde contra el rey Magnus V para defender los derechos al trono del pretendiente, Eysten Meyla, en un conflicto sucesorio que se remontaba ya a la muerte de Sigurd el Cruzado (al que ya dedicamos un artículo). Esa insurrección se denominaba Birkebeiner, que significa piernas de abedul, en alusión a la pobreza de sus partidarios, que tenían que usar calzado hecho de corteza de ese árbol. Sus opositores se aglutinaron en torno a otro partido, el Bagler, defendido por la aristocracia, el clero y los comerciantes.

Aquello derivó en una serie de guerras civiles que se prolongaron hasta 1240, cuando fue proclamado Haakon IV, quien les puso fin. No obstante, éste había sobrevivido en su infancia a una persecución de la que se libró gracias a dos birkebeiner llamados Torstein Skevla y Skjervald Skrukka, que le pusieron a salvo esquiando en medio de una tormenta de nieve (hecho que se conmemora hoy con un evento anual de esquí llamado Birkebeinerrennet).

Dado que no se trataba de un tema de interés para la mentalidad de otros tiempos, y salvando alguna noticia sobre su uso en la Suecia de 1452, hay que esperar dos siglos para volver a encontrar una referencia explícita al esquí relacionada con el oficio de las armas. Concretamente, al año 1444, cuando el ejército del gran duque Vassily tuvo que defender el Gran Principado de Riazán, que había sido uno de los primeros estados de la Rus de Kiev, del ataque del khan Mustafa, de la Horda Dorada: un destacamento de esquiadores liderado por los voivodas Vasily Obolensky y Fyodor Golyatev consiguió rodear y acabar con la caballería enemiga.

El futuro Haakon IV, salvado por dos birkebeiner (Knud Bergslien)/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Ello revela que los esquíes también se habían convertido en una herramienta común en Rusia para el invierno. De hecho, poco después de ese episodio con los mongoles, los esquiadores protagonizaron otro en 1499 al conquistar Yugra, tierra situada en el actual óblast de Tiumén, que habitaban los pueblos janty (ostyáks) y mansi (vogulos). Ese mismo año, el zar Iván III los envió al mando del príncipe Semyon Kurbsky a liberar Yugorsk, una ciudad del ókrug de Yugorsk (un ókrug era un distrito administrativo), de los tártaros, dejando patente que los esquíes ya habían pasado a formar parte del mundo militar en los Urales y Siberia.

En 1582, el atamán cosaco Yermak Timoféyevich continuaría combatiendo a los mongoles de Kuchum, último khan siberiano, venciéndole en la batalla de Chuvash y arrebatándole la fortaleza de Qashliq gracias a la mayor movilidad de sus esquiadores, al desarrollarse la campaña en el duro invierno estepario. Pero Rusia no empleó tropas con esquíes sólo contra ese exótico adversario; también lo hizo contra rivales de su entorno, como los polaco-lituanos por ejemplo, de 1598 a 1613, en la llamada Época de la Inestabilidad, cuando los Shishi (campesinos rusos) se alzaron en armas. Practicando la guerra de guerrillas y moviéndose con esquíes, se enfrentaron con éxito al getman (comandante) Jan Chodkiewicz, cuya caballería perdía operatividad en la nieve.

La campaña rusa contra los lituanos (Sergey Ivanov)/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

En 1550, se había producido un paso decisivo para la incorporación definitiva y oficial de los esquíes al ejército. Fue, otra vez, en Noruega, cuando el gobierno ordenó la creación de un cuerpo específico con aquellos ciudadanos que se distinguieran en su manejo y que aceptasen alistarse voluntariamente.

Cabe deducir que otros países norteños siguieron esa misma senda, pues en la guerra que enfrentó a Rusia y Polonia entre 1608 y 1610 se distinguieron los esquiadores rusos de Skopin-Shuiski, al enfrentarse exitosamente a la caballería polaca. Lo mismo pasaría en 1610 contra los suecos y luego entre éstos, noruegos y daneses.

El siglo XVIII supuso el asentamiento definitivo. En 1733, Noruega publicó el primer manual de entrenamiento de esquí militar, a la par que fomentaba su práctica entre la población civil con vistas a que los reclutas pudieran aportar sus propios esquíes.

Réplica del uniforme y equipamiento de un esquiador del ejército noruego en 1788/Imagen: Wolfmann en Wikimedia Commons

Por su parte, los países escandinavos en general impulsaron en 1767 las primeras competiciones de esa modalidad esquiadora, fruto de cuya evolución nacería más tarde un deporte olímpico: el biatlón (originalmente llamado patrulla militar, cuando fue incluido como exhibición en los Juegos Olímpicos de Invierno de 1924), una combinación de esquí de fondo y tiro con carabina, si bien en aquellos tiempos se disparaba mientras se esquiaba a toda velocidad.

Sigamos avanzando en la Historia. Aunque la imagen clásica de las Guerras Napoleónicas es la de grandes batallones de infantería marchando y disparando en formación o masas de caballería cargando contra cuadros, el esquí también tuvo su papel.

Lo emplearon las tropas de Dinamarca-Noruega contra Suecia y las de Rusia en su conflicto también con los suecos de 1808-1809, en este segundo caso cuando la 21ª División del príncipe Bagration usó esquiadores para envolver con rapidez al enemigo en Artme, Nyuland (actual Finlandia).

Antes de acabar el siglo XIX, en 1893, el Estado Mayor ruso emitió una circular recomendando adiestrar en el esquí a otros cuerpos, aparte del de Jaeger (cazadores), que había adquirido ya cierta destreza en Moscú y San Petersburgo: una de sus unidades, perteneciente al Regimiento Izmailovsky, llevó a cabo la proeza de recorrer con esquíes mil kilómetros en veinte días. Durante la guerra contra Japón se intentaron organizar más unidades, algunas sanitarias, aparte de reclutar cazadores finlandeses.

Soldados noruegos esquiando en 1870 con un solo bastón/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Así llegó la Primera Guerra Mundial, para la que ya casi todos los contendientes tenían formaciones de esquí, puesto que parte de las hostilidades se desarrollarían en montaña (Alpes, Vosgos, Cárpatos…). Italia contaba con ochenta y ocho batallones de fusileros Alpini; la mayoría fueron disueltos al acabar el conflicto y hoy quedan únicamente nueve regimientos, de los que sólo cuatro se entrenan con esquíes (el 5º, 6º y 7º más el 4º de paracaidistas).

A finales de la guerra, en 1918, en la Rusia revolucionaria, se añadió el esquí al Vsebobuch (entrenamiento militar obligatorio), de manera que obreros, campesinos y jóvenes mayores de dieciséis años aprendieran a esquiar. Los escuadrones organizados tuvieron ocasión de entrar en liza durante su guerra civil y con la victoria bolchevique se difundió su utilidad, publicándose varios manuales de adiestramiento y practicándose pruebas deportivas diversas, como la mencionada patrulla militar, la carrera Irkutsk-Moscú, la Travesía Baikal-Mar de Barents, etc.

Soldados suizos durante un adiestramiento entre 1914 y 1918/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Antes de entrar la URSS en la Segunda Guerra Mundial, se enzarzó con Finlandia en lo que se conoció como Guerra de Invierno, cuando la primera quiso recuperar el territorio de la otra, separada años antes. El terreno finlandés, boscoso, nevado y sin carreteras, requería que su ejército se moviera con esquíes y por eso todos sus soldados eran expertos, máxime al adoptar tácticas de guerrilla.

Podrían dar fe las dos divisiones mecanizadas soviéticas que cayeron en Suomussalmi frente a sólo tres regimientos de esquiadores fineses. Eso decidió al Ejército Rojo a crear setenta y siete batallones de esquí, que lograron equilibrar la balanza con brillantes acciones en la colina Bezymyannaya o en la bahía de Vyborg, por ejemplo.

Gran Guerra Patria es el nombre que dan los rusos a la contienda desatada por Hitler en 1939, debido a la invasión de su territorio en 1941. En la contraofensiva de Moscú participaron una treintena de batallones de esquiadores, que junto con el uso de caballería compensaban la limitada mecanización soviética. En Leningrado, fueron responsables de más de tres mil bajas enemigas, por lo que fueron apodados la muerte con esquíes. Otros operaron tras las líneas alemanas.

Soldados fineses durante la Guerra de Invierno contra los soviéticos/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Hubo más ejércitos que también recurrieron al esquí militar en algún momento del conflicto. Obviamente, Noruega, donde se utilizaron esquíes y trineos masivamente para el traslado de tropas. En la Operación Gunnerside, comandos de paracaidistas noruegos recorrieron una gran distancia esquiando con la misión de alcanzar la planta de Telemark donde los germanos producían agua pesada para su programa nuclear.

Asimismo, los japoneses los emplearon en las Islas Kuriles yEEUU desplegó en Italia su 10ª División de Montaña. Más sorprendente es la intervención del Australian Ski Corps en las montañas libanesas, contra los soldados franceses del régimen de Vichy… Y así hasta hoy.


Fuentes

The ski. Its history and historiography (LeRoy J. Dresbeck)/Skiing for trnasport, hunting and war (Encyclopedia Britannica)/Skis and skiing from the Stone Age to the birth of the sport (John M. Weinstock)/A short history of alpine skiing: from Telemark to today (Morten Lund en Skiing Heritage -Journal of the Onternational Skiing History Association)/A history of skiing (E. Wroughton)/Wikipedia


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