Los hubo británicos como Cook, Burton, Speke, Grant, Livingstone o Baker; franceses como Champlain, Caillié, Cartier o La Peróuse; italianos como Marco Polo, Colón, Caboto o Brazza; portugueses como Magallanes, Díaz, Vasco de Gama o Cabral; estadounidenses como Stanley, Frémont, Carson o Clark… Por supuesto, también españoles, caso de Cabeza de Vaca, Elcano, Balboa, Orellana, Coronado o Páez, entre otros muchos. La historia está llena de viajeros y exploradores que documentaron importantes descubrimientos o dejaron relatos fascinantes de sus aventuras. Pero incluso hoy sigue habiendo aventureros inquietos, a menudo independientes y anónimos, que hacen sus gestas personales mientras cumplen un sueño de libertad. Algunos de ellos nos cuentan sus historias en la web de viajes Mochileros TV.
Olayo Reinaud, Madrid-China en bicicleta
Doce mil kilómetros, diecisiete países, tres meses en Irán al impedirle el invierno cruzar las montañas de Pamir, otros tres en Turquía, autostop por Tailandia y Malasia, una invernada más en Asia Central y un enorme cansancio, son algunas de las cosas que Olayo acumuló durante ese viaje, doblemente atrevido porque además lo hizo con sólo diecisiete años. También tuvo experiencias malas (meteorología adversa, intoxicaciones, problemas burocráticos…) y buenas (amistades insospechadas, hospitalidad).
Un año en autocaravana familiar por América
Trece meses, para ser exactos, después de una idea improvisada e impulsiva. El matrimonio formado por Bram y Cristina, más sus dos hijas, Gabi y Julia, partieron de Canadá y acabaron en Argentina tras cruzar todo el continente americano. Por el camino, aprendieron a hacer surf, se cruzaron con osos y cocodrilos, contemplaron las estrellas nocturnas en el desierto de Atacama, disfrutaron de no pocos lugares, conocieron a otros viajeros insólitos… y sufrieron varias averías que superaron gracias a la amabilidad de las gentes locales.
La vuelta al mundo en moto durante dos años
Su trabajo en un banco no llenaba la vida de Xuancar García, que un buen día decidió tomarse dos años, preparó su moto y se lanzó a dar la vuelta al mundo en solitario. Sobre dos ruedas, dejó atrás Europa y Asia, saltando a Alaska desde Japón y continuando en dirección sur hasta llegar al otro extremo de América, Usuhaia. Luego voló hasta Senegal, donde emprendió el regreso vía Mauritania y Marruecos. Así descubrió cuarenta y cinco países de cuatro continentes, acumulando más de ciento diez mil kilómetros. Como no tuvo bastante, planeaba recorrer la costa atlántica de África con su moto.
Veinte meses viajando en pareja por Asia, Oceanía y América
Jorge y Jeni se hicieron un insolito regalo en 2017: viajar juntos por el globo, lo que les llevó a recorrer quince países de tres continentes en veinte meses. Al contrario que en los casos anteriores, no usaron un vehículo propio, improvisando sobre la marcha: autostop, trenes vetustos, autobuses desvencijados, barcos, motos, ferrys, etc. A menudo también tocó ir a pie, claro, pero como son aficionados a los deportes de aventura estaban bien entrenados; eso les llevó a protagonizar un rescate en el Annapurna, a trepar rápidamente a un árbol para evitar la carga de un rinoceronte indio, a colaborar en el transplante de corales rotos… Compartieron cabaña, comida y costumbres con tribus de Indonesia y la Amazonía y, como dicen, fue el mundo quien les dio la vuelta a ellos.
Navegando en barcostop por las aguas del planeta
Paula Gonzalvo Marco terminó la carrera de arquitectura y sintió la llamada del mar. Como no tenía barco propio, recurrrió al barcostop -sí, existe- para atravesar el Atlántico. Dieciséis días después, una vez al otro lado del charco, mochileó un mes y volvió a embarcarse, recorriendo Centroamérica durante un año como cocinera de un velero. La experiencia fue tan positiva -y rentable, pues salió sin nada y volvió con ahorros- que repitió luego en Grecia y México. Para ella ya es un modo de vida.
La vuelta al mundo de una jubilada mochilera
Para la hoy octogenaria Kandy, la jubilación a los sesenta y seis años significó poder cumplir por fin su plan de dar la vuelta al mundo. En solitario, mochila al hombro y usando transportes públicos. Nueve meses empleó en ello esta vallisoletana, partiendo de Argentina y pasando por América Central y del Norte, Oceanía, sudeste Asiático, India y Nepal. Sobrevivió a un chantaje y a un intento de secuestro, pero mereció la pena porque a cambio convivió con mapuches, colaboró con la Casa de la Madre Teresa en Calcuta y conoció a Vicente Ferrer.
Cristina Xercavins, vagabunda en África
En 2014, la ingeniera barcelonesa Cristina Xercavins dejó su trabajo y, seducida por la llamada de África, partió para ese continente que aún mantiene buena parte de su misterio ancestral. El plan era viajar despacio, alternando actividades típicas como los safaris con visitas a zonas poco o nada turísticas; incluso hizo voluntariado en proyectos educativos. Ascendió al Kilimanjaro, conoció a los gorilas de montaña, se alojó en una cabaña en lo alto de un árbol en plena selva, convivió con los masái, buceó con tiburones, sobrevoló el Delta del Okavango… todo ello en ocho meses en los que pasó por Uganda, Kenia, Tanzania, Malaui, Zambia, Zimbabue, Botsuana, Namibia y Sudáfrica.
Catorce años de vuelta al mundo en furgoneta
Si Phileas Fogg se apuró en dar la vuelta al mundo en ochenta días, Pablo Rey y Anna Callau hicieron justo lo contrario y se lo tomaron con tanta calma que les llevó una década. Partieron de Barcelona en el año 2000 y catorce más tarde seguían en ruta a bordo de su furgoneta, a la que bautizaron La Cucaracha. La larga e intensa experiencia quedó plasmada en un libro titulado La vuelta al mundo en 10 años. Por el mal camino, donde el lector se asombrará de leer aventuras que no esperaría ni el mismísimo Rocambole: averías en medio de la nada, ataques de elefantes, asaltos a mano armada, huidas desesperadas para salvar la vida…
Voltalmon, viajando en familia
«Despertar juntos los cuatro con todo el día por delante para disfrutar del viaje con la familia y de la familia». Es todo un programa para cada jornada en el caso de Karina y Albert, que comparten con sus hijos Bernat y Abril. Éstos sólo tenían cino y tres años respectivamente en 2012, cuando sus padres los llevaron consigo a dar la vuelta al mundo durante año y medio. Bañarse con elefantes en Nepal, ver orangutanes en Borneo, descubrir las Islas Galápagos, sufrir un tifón en Vietnam o dormir en una cabaña de Malasia infestada de insectos y reptiles son algunas de sus vivencias inolvidables que cuentan en su web Voltalmon.
La vuelta a España en carro-barca
A veces no hace falta irse al otro extremo del planeta ni pisar tierras exóticas para realizar un viaje largo y cautivador. Que se lo digan a Amador González, que en 2010, a los diecinueve años y tras superar una mala racha, decidió lanzarse a la carretera en uno de los vehículos más extravagantes que se puedan imaginar: un carro-barca tirado por sus yeguas India y Noia. Salió de Cambrils hacia Galicia por el Camino de Santiago para después bajar por la Vía de la Plata, hacer la Ruta Mozárabe y regresar por la Vía Augusta. Tres mil kilómetros en los que empleó dos años con múltiples vicisitudes, como una lesión de Noia, intentos de robo, una detención policial, etc. Todo ello lo cuenta en un libro, Navegando por el interior.
Estos son solo algunos ejemplos. Podéis leer muchos más en la web la web de viajes Mochileros TV.
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