Alfredo el Grande, rey de Wessex desde el año 871 y Rey de los anglosajones de 886 a 899, es ampliamente considerado como el fundador de la primera flota real de Inglaterra, pero una reciente investigación ha encontrado pruebas de que la primera victoria naval registrada de los anglosajones ocurrió 20 años antes de que Alfredo fuera coronado rey de Wessex y 24 años antes de su primera victoria naval como rey.

El estudio, titulado Kingship and Maritime Power in 10th Century England, ha sido publicado en el International Journal of Nautical Archaeology.

Según su autor, Matt Firth, la retórica nacionalista, al crecer en torno a la Royal Navy (Marina real) y su papel central en la identidad del Imperio Británico desde al menos el siglo XVIII, ha dado lugar a algunos ‘hechos’ cuestionables en torno a sus orígenes. La idea de que Alfredo el Grande fundó la marina real está muy extendida – y la afirmación ha sido reproducida sin crítica por autoridades tan reputadas como el Museo Nacional de la Marina Real, la Enciclopedia Británica y la página web de historia de la BBC.

Firth y la Dra. Erin Sebo del Colegio de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Flinders iniciaron estudios para identificar la importancia del poder naval para los reyes de la temprana Edad Media, y comenzaron a encontrar pruebas que cuestionan el estatus de Alfredo el Grande como fundador de la Royal Navy.

Utilizando una combinación de textos históricos del siglo X y la creciente evidencia arqueológica para el diseño de barcos medievales, la nueva investigación muestra que Alfredo no fue el primer monarca inglés en coordinar una flota para defender el país contra un ataque vikingo.

Estatua de Alfredo el Grande en Winchester / foto Odejea en Wikimedia Commons

Las crónicas anglosajonas informan de un enfrentamiento en 851 entre un ealdorman (una especie de conde) llamado Elchere junto con el rey Æthelstan de Kent (839-c.853), que supuestamente derrotó a una fuerza vikinga cerca de Sandwich – lo que supondría el primer caso registrado de victoria de una flota inglesa. Ello implica que existía una tradición de acción naval defensiva al menos desde el reinado del padre de Alfred, Æthelwulf de Wessex (839-858).

El primer combate naval registrado del reinado de Alfredo es un ataque a una flota de siete barcos en 875; el segundo es una escaramuza con una flotilla de sólo cuatro barcos en 882. También hay pruebas de que la leyenda otorgada a Alfredo el Grande como visionario naval exageró enormemente sus capacidades y éxitos en el mar.

Los diseños de los barcos de Alfredo, como se describe en los registros, eran poco prácticos y fracasaron como fuerza marítima en su primera batalla naval contra marineros vikingos más experimentados, asegura Firth.

El poderío marítimo fue importante durante su reinado, pero hay poca evidencia de continuidad entre las flotas ad hoc del siglo X y el surgimiento de una Marina Real. Para Firth, las sugerencias de vastas flotas mantenidas por sus sucesores son tanto logística como tecnológicamente imposibles.

La nueva investigación también arroja luz sobre los famosos barcos funerarios de la Inglaterra y Escandinavia medievales, un tema arqueológico de actualidad debido a los nuevos descubrimientos en Islandia y Noruega en los últimos 18 meses.

Las similitudes en la configuración de los entierros y en el diseño de los barcos en estas regiones demuestran el continuo contacto cultural, que dio lugar a innovaciones tecnológicas comparables en el diseño de buques de guerra entre Inglaterra y Escandinavia, y a actitudes culturales comunes sobre la importancia y el prestigio del poderío marítimo.


Fuentes

Flinders University / Firth, M. and Sebo, E. (2020), Kingship and Maritime Power in 10th‐Century England. International Journal of Nautical Archaeology. doi:10.1111/1095-9270.12421


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