Si hoy en día los analistas políticos se preguntan cuando caerá la república y comenzará el imperio, en esa analogía histórica tan jugosa que es comparar a Roma con los actuales Estados Unidos, no hay que esforzarse mucho para encontrar otras similitudes entre ambas.
Si los norteamericanos se jactan de ser el país de las oportunidades, la Roma antigua también proporcionaba vías para medrar y triunfar, en la medida de lo posible.
Un buen ejemplo de ello puede ser Marco Virgilio Eurisace, un esclavo que consiguió la libertad, hizo fortuna como panadero, y se construyó una tumba monumental para reposar eternamente junto a su esposa en torno al año 30 a.C.
La construcción, a la que se conoce como Tumba del panadero, quedó embebida en la posterior Muralla Aureliana de la ciudad, construida en el siglo III d.C., y hoy puede verse tras la Porta Maggiore por la que entraban en Roma la Vía Praenestina y la Vía Labicana.
No se sabe mucho acerca de la vida de Marco Virgilio Eurisace, salvo que fue esclavo, logró la libertad e hizo fortuna con un negocio de panadería en la Roma del siglo I a.C., seguramente suministrando el pan que se utilizaba para la ración pública. Aunque no hay nada en la inscripción de la tumba que pueda hacer pensar que era, efectivamente, un liberto, existen varios indicios de ello.
En primer lugar la forma de su nombre, compuesto de praenomen y nomen seguidos de un cognomen griego, una nomenclatura típica de los libertos que combinaba su nombre original con el de la familia a la que había pertenecido.
Además, la falta de mención de su filiación, que sí habría figurado en una tumba de un nacido libre, así como su condición de artesano del pan, que un romano nunca habría conmemorado, marcan la diferencia. Lo mismo que la forma y el estilo de la tumba, demasiado vulgares para el gusto de la época.
En cualquier caso, Eurisace, que construyó la tumba para él y su esposa Atistia, consiguió levantarla en una situación prominente. Como estaban prohibidos los enterramientos dentro del límite sagrado de la ciudad, quienes se lo podían permitir se construían una tumba lo más cerca posible de las puertas de entrada. Normalmente siguiendo el curso de las vías que salían de Roma.
Pero la de Eurisace está en un lugar especialmente destacado, en la unión de la Vía Praenestina con la Vía Labicana justo antes de entrar en Roma. De hecho se cree que su forma trapezoidal es consecuencia del limitado espacio disponible, por la presencia de otras tumbas. Así, los lados largos miden 8,55 y 6,75 metros, mientras que los cortos miden 3,77 y 5,44 metros.
De la estructura aun permanecen intactos tres lados, con una parte bajo tierra. Sobre el primer piso se disponen columnas pareadas sin espacio entre ellas y pilastras que terminan en capiteles que combinan volutas en los lados con formas vegetales en el centro, en un efecto bastante poco ortodoxo.
El piso superior muestra aberturas circulares que pueden ser una representación de los recipientes de amasar en los hornos de panadería. Bajo la cornisa superior corre un friso con relieves en los que se muestran varias etapas del funcionamiento de una panadería de la época: en el lado sur la entrega y molienda del grano y el tamizado de la harina; en el norte la mezcla y el amasado, la creación de panes redondos y la cocción en horno; en el oeste el apilamiento de los panes en cestas y su pesaje.
La altura total actual es de unos 10 metros, pero debió se mayor antes de se construyera sobre ella el Aqua Claudia, el acueducto terminado por Claudio en el año 52 d.C. Se cree que la cubierta debió tener forma de pirámide.
La parte de la inscripción que aun sobrevive dice: EST HOC MONIMENTVM MARCEI VERGILEI EVRYSACIS PISTORIS REDEMPTORIS APPARET (Este es el monumento de Marco Virgilio Eurisace, panadero, contratista, obviamente).
La tumba se descubrió cuando el papa Gregorio XVI ordenó en 1838 demoler las torres levantadas por Honorio en la Porta Maggiore. En el interior de la torre cilíndrica, entre los dos arcos de la puerta, apareció la tumba (hoy colocada enfrente, fuera de ella) y varios elementos relacionados: un relieve de cuerpo entero que muestra a un hombre y una mujer con toga y palla (hoy en los Museos Capitalinos); una inscripción en la que se indica que los restos de Atistia, una buena esposa, fueron colocados en una panera, FUIT ATISTIA UXOR MIHEI FEMINA OPITUMA VEIXSIT QUOIUS CORPORIS RELIQUAE QUOD SUPERANT SUNT IN HOC PANARIO; y una urna con forma de panera (o cesta para el pan) que hoy se conserva en el Museo de las Termas. Todos estos elementos formaban parte de la perdida fachada este de la tumba.
Fuentes
Sovrintendenza Capitolina ai Beni Culturali | Petersen, Lauren Hackworth. «The Baker, His Tomb, His Wife, and Her Breadbasket: The Monument of Eurysaces in Rome.» The Art Bulletin 85, no. 2 (2003): 230-57. doi:10.2307/3177343 | Filippo Coarelii, Rome and Environs: an Archaeological Guide | Wikipedia
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