Las excavaciones arqueológicas que se están llevando a cabo en la zona de Bathonea (antigua ciudad griega), cerca del lago Küçükçekmece a unos 20 kilómetros al oeste de Estambul, han sacado a la luz recientemente un asentamiento portuario que se cree constituía el barrio vikingo de Constantinopla.
Según el arqueólogo polaco Blazej Stanislawski, que dirige las excavaciones, se han hallado hasta 7 evidencias de que los vikingos se asentaron en Bathonea junto al lago durante los siglos IX al XI, según informa el diario turco Milliyet.
El puerto de Bathonea habría corrido la misma suerte que el de Teodosio en Yenikapi, siendo abandonado después del sitio de la ciudad en 1204 y el subsiguiente establecimiento del Imperio Latino.
Según los investigadores Bathonea se habría utilizado como astillero en el período otomano, gracias a su situación en el interior del lago conectado con el mar de Mármara.
Aquí sería donde se asentaron los varegos, que llegaron como comerciantes y mercenarios a partir del siglo VIII, y a los que no se permitía establecerse dentro de Constantinopla.
Además, solo podían acceder a la ciudad en grupos de 30 a 35 personas y debían abandonarla antes del atardecer, según se narra en la Crónica de Néstor.
Los primeros rastros vikingos aparecieron en Bathonea hace 6 años. Según Stanislawski, hasta ahora no había información clara sobre el lugar donde se habían asentado, pero la primera evidencia es el descubrimiento de un puerto establecido para los extranjeros que no podían acceder al de la ciudad.
Otras evidencias encontradas en el lugar incluyen restos de una iglesia de la Santa Madre, una cruz de ámbar, y un collar con la representación de la serpiente Jörmangandr.
La antigua ciudad helenístico-romana de Bathonea se encontró parcialmente sumergida en el lago, en cuyo centro existen los restos de una estructura que los investigadores creen pudo ser un faro, similar al de Alejandría.
No obstante no es seguro que la ciudad llevara el nombre Bathonea. Se la denomina así actualmente inspirándose en dos referencias: la primera, la mención de Plinio el Viejo de que el río que desemboca en el lago se llamaba Bathynias, y la segunda, que el monje bizantino Teófanes nombra la región como Bathyasos.
El yacimiento tiene más de 7 kilómetros cuadrados, y su muralla era al menos la mitad de larga que la que rodeaba la ciudad de Constantinopla.
Fuentes
Descubre más desde La Brújula Verde
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.