Quienes tengan la suerte de poder acercarse a las pirámides o a la Esfinge de Guiza a una distancia tan corta como para poder examinar sus grandes bloques de piedra, descubrirán con sorpresa que están formados por miles de pequeños discos que le dan a su superficie una textura curiosa.

En realidad se trata de fósiles de unos antiquísimos organismos marinos llamados foraminíferos, compuestos de pequeños caparazones espirales subdivididos en minúsculas cámaras. Aun así se trata de seres unicelulares, de unos pocos centímetros de diámetro pero enormes para una sola célula.

Y es que pertenecen a un tipo de foraminíferos gigantes llamados Nummulites (en latín literalmente pequeñas monedas) que pueden llegar a alcanzar los 10 centímetros de diámetro, estando considerados por ello como las mayores células que han existido.

Primer plano de un bloque de la Gran Pirámide donde los Nummulites son claramente visibles / foto Lorraine Casazza

Hace entre 66 y 40 millones de años los mares de la Tierra estaban habitados por estos organismos unicelulares, a cuyo género se adscriben más de 500 especies distintas. El noroeste de África, incluyendo Egipto, estaba cubierto por un mar poco profundo, ideal para el desarrollo de los nummulites en grandes cantidades.

Tanta que, cuando morían, montones de sus caparazones formados de carbonato cálcico se hundían amontonándose en el fondo. Poco a poco, los caparazones acumulados durante miles de años fueron fosilizándose y cementándose para formar un tipo de roca caliza al que actualmente llamamos, por ello, caliza nummulítica (caliza, porque está hecha de carbonato cálcico, y nummulítica porque ese carbonato procede predominantemente de las conchas fosilizadas de los nummulites).

Las pirámides están construidas con y sobre las calizas nummulíticas de la Formación Moqqatam del Eoceno. Aquí se puede ver la especie común Nummulites gizehensis en la roca / foto Lorraine Casazza

Cuando el mar se retiró, afloraron los yacimientos de caliza nummulítica en las cercanías del Nilo, de donde los constructores de las pirámides cortaron los grandes bloques para erigirlas. Solo la Gran Pirámide está compuesta de unos 2 millones y medio de bloques de esta caliza formada por los caparazones de los nummulites.

El geógrafo griego Estrabón, que recorrió Egipto en el año 25 a.C., vio los nummulites en las piedras de las pirámides y pensó que debían ser restos de comida y, en especial, lentejas fosilizadas que comían los constructores de los monumentos.

Una de las cosas asombrosas que vi en las pirámides no merece ser omitida. Ante las pirámides hay montones de trozos de piedra. Entre ellos hay unas ralladuras, que tanto por la forma como por el tamaño se parecen a las lentejas. Debajo de algunos montones se encuentran también como cáscaras de grano medio aventado. Dicen que se trata de los restos de la comida de los obreros, que se ha petrificado, y eso no es inverosímil

Estrabón, Geografía XVII.34
Detalle de nummulites fósiles / foto Catherine Christopoulou en Wikimedia Commons

¡Cómo iba a sospechar Estrabón lo que eran en realidad! Aun así, admite que ha visto algo parecido en su país.

Efectivamente, en mi país hay un monte alargado en el llano que está lleno de chinas de roca porosa en forma de lentejas. Y las piedras marinas y fluviales también presentan esta misma incógnita

Estrabón, Geografía XVII.34
Nummulites fósiles procedentes de Qarara, Egipto / foto Wilhelms en Wikimedia Commons

Y es que los depósitos de caliza nummulítica forman una enorme losa que se extiende tanto por Eurasia como por África, allí donde el antiguo mar de Tetis se desbordó inundando grandes extensiones en las riberas mediterráneas.

Por ello podemos encontrar caliza nummulítica en Crimea, en Grecia, en Italia, España o en todo el norte de África.

Al ser una roca compuesta de innumerables caparazones de foraminíferos, se considera que la caliza nummulítica es una roca biológica. No deja de ser curioso por tanto que algunos de los monumentos humanos más espectaculares, duraderos y longevos de la historia, estén hechos en realidad con restos de animales que vivieron hace millones de años.

Bloques de la Gran Pirámide / foto Sayed Hemeda & Alghreeb Sonbol 

Las tumbas de los faraones están hechas de una miríada de deposiciones de los restos esqueléticos de un gigantesco organismo unicelular marino

Lewis Dartnell, Orígenes

Algo que probablemente los mismos egipcios desconocían mientras construían las pirámides.


Fuentes

Orígenes: Cómo la historia de la Tierra determina la historia de la humanidad (Lewis Dartnell) / Advancing Earth and Space Science / Pyramids, forams, and Red Sea reefs: Field notes from Lorraine Casazza / Hemeda, S., Sonbol, A. Sustainability problems of the Giza pyramids. Herit Sci 8, 8 (2020). doi.org/10.1186/s40494-020-0356-9 / Wikipedia.


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