Tras varios meses sin poder salir de nuestras casas parece que por fin llega lo que muchas personas están llamando la nueva normalidad. Y aunque muchas cosas han cambiado y seguirán haciéndolo, parece que una de las cosas que sí que va a mejorar es la movilidad, la posibilidad de desplazarse entre comunidades. Cumpliendo las indicaciones sanitarias y las medidas de seguridad, no hay motivo para no cogerse unos días o unas vacaciones e ir a descubrir rincones escondidos de nuestro territorio. Puede ser también una oportunidad perfecta para llevar a cabo un turismo más de cercanías y sostenible, ya que la situación de moverse entre países parece más complicada. Con estas premisas, se abren toda una serie de posibilidades de nuevos destinos entre las que destacan las islas Cíes.

Ir a las islas Cíes es una idea excelente para todas aquellas personas que quieran pasar un día inolvidable en la playa. Su arena blanca, su agua cristalina y su vegetación salvaje generan una imagen paradisíaca que harían creer a cualquiera que está en una isla desierta o del Caribe. Salvo por la temperatura del agua, este archipiélago de la provincia de Pontevedra no tiene nada que envidiar a las islas tropicales que salen en las películas. Además de sus arenales grandes y tranquilos, las islas Cíes cuentan con otro tipo de paisajes increíbles, que se pueden descubrir realizando alguna de sus rutas de senderismo, como la que llega hasta el faro tras una subida repleta de miradores. En las Cíes hay flora y fauna muy particular, y es por eso que se trata de una zona protegida, que todos y todas debemos contribuír a preservar. Para que la visita no sea un caos, no se junte demasiada gente en las islas y que no resultemos dañinos para el entorno, es necesario solicitar autorización para visitar las islas Cíes. 

Pedir la autorización es un trámite simple y puede hacerse por Internet, y es recomendable hacerlo con tiempo ya que en verano muchas personas solicitan las visitas. En las islas Cíes el aforo máximo es de 1.800 personas al día, cifra parecida a la de las islas de Ons, que es de 1.300 visitantes, cantidades que están pensadas para no perjudicar el ecosistema. 

Una vez que tenemos la visita reservada, ir a las islas Cíes es sencillo. Debemos ir hasta la localidad de Cangas o de Vigo, y desde ahí coger un barco, único medio de transporte habilitado para llegar hasta el lugar. Este trayecto en barco es también una parte de la experiencia, ya que no es un transporte que se use con mucha frencuencia. Además, también es uno de los medios de transporte que menos contamina, por lo que es otro de los factores positivos que favorecen un nuevo turismo más sostenible.

En definitiva, tras varios meses cerrado al púbico, el Parque Nacional Illas Atlánticas vuelve a abrir para que podamos visitar sus playas y senderos de forma segura y sostenible. Una manera perfecta de retomar el turismo y la movilidad en esta desescaladay esta pandemia que, aunque tiene muchas cosas negativas, puede ser una oportunidad para redescubrir nuestro territorio.


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