El 23 de marzo de 1943 se celebraron elecciones generales en Dinamarca, las primeras que se convocaban desde que tres años antes el país hubiera sido invadido por Alemania, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial.

La participación fue masiva y los alemanes esperaban la victoria o, al menos, un buen resultado del partido nazi danés, pero éste sólo consiguió un exiguo 2,1% de los votos y a partir de ahí, cambió el tono más o menos amable que había tenido la presencia germana.

La Wehrmacht había cruzado la frontera de Dinamarca el 9 de abril, en lo que se conoció como Operación Weserübung. Era una violación de la neutralidad anunciada por el primer ministro Thorvald Stauning, un socialdemócrata que optó por no presentar resistencia, cosa que de todas formas difícilmente podía hacer porque su ejército apenas sumaba treinta mil hombres. Sabía por otra parte, que lo que interesaba a Hitler era usar el país como paso hacia Noruega, base perfecta para que los aviones de la Luftwaffe pudieran bombardear Gran Bretaña (y encima con las ricas minas de hierro suecas muy cerca) y un peligro para la propia Alemania si los británicos decidían ocuparla primero.

Soldados daneses el día de la invasión/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

La presencia de soldados germanos en suelo danés no fue tan incómoda como en otros sitios. Al fin y al cabo, se veía a los daneses como hermanos raciales y por eso se ejerció un control bastante laxo en los primeros años de la guerra, hasta el punto de que se permitió conservar el trono al rey Cristián X y ni siquiera se reclamaron los territorios que el Tratado de Versalles había arrebatado a Alemania, salvo los aeródromos de Aalborg, en Jutlandia, por su interés estratégico. Sí se impuso censura de prensa y un control administrativo que, sin embargo, no era muy diferente del que había en la propia Alemania.

Stauning falleció en mayo de 1942 y le reemplazaron primero Vilhelm Buhl, y luego Erik Scavenius, ambos también del Socialdemokratiet, ya que su heredero natural, Hans Hedtoft, fue vetado por las autoridades alemanas por considerarlo demasiado crítico con ellas y mostrar un exceso de afán protector hacia los judíos.

Para entonces, los diversos partidos políticos legales (el comunista fue prohibido en 1941, tras la presión ejercida por los ocupantes) acordaron que, ya que se había perdido la independencia como mal menor, al menos intentarían minimizar sus diferencias ideológicas para hacer un frente común y evitar que su desunión redundase en beneficio del invasor y diese alas a los nazis daneses, para lo cual entraron en el ejecutivo representantes de todos.

El DNSAP (Danmarks Nationalsocialistiske Arbejderparti) se había fundado en 1930, ante el éxito obtenido por sus colegas alemanes en las elecciones al Reichstag. De hecho, se trataba prácticamente de una réplica exacta, con esvástica, saludo, himno adaptado e incluso una sección de asalto como las SA.

En cambio, su antisemitismo no era tan agresivo y manifestaba fidelidad a la corona, además de respeto a la Iglesia Nacional (evangélica luterana). Ahora bien, la gran diferencia fue que los nazis daneses apenas consiguieron atraer a unos cientos de militantes y fracasaron en las elecciones de 1932, razón por la cual su líder, Cay Lembcke, presentó la dimisión.

El testigo lo cogió Frits Clausen, un médico prusiano de cuarenta años, ex-miembro del DKF (Det Konservative Folkeparti, Partido Conservador) y veterano del ejército del káiser en la Primera Guerra Mundial, que se distinguió defendiendo a la minoría alemana de Jutlandia. Gracias a su dirección, el partido nazi creció hasta los veinte mil militantes, lo que le permitió ganar tres escaños en el Folketing (parlamento danés) en 1939, aunque el resultado se consideró decepcionante.

El rey Cristián X de Dinamarca (Knud Erik Larsen)/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Por supuesto, fue un defensor de la invasión y se esforzó en resaltar el trato benigno de los germanos, de ahí que éstos presionasen al rey para que obligase a admitir a Clausen en el gobierno.

Pero el monarca se negó y Hitler no quiso insistir para no indisponer a una Dinamarca cuya sumisión tan bien le venía, así que prefirió esperar a las siguientes elecciones; confiaba en que, entonces, el DNSAP daría el salto definitivo y encima de forma legal.

Entretanto, se conformó con obligar al país a entrar en el Pacto Antikomintern en 1941, a establecer relaciones comerciales claramente favorables a Alemania y a permitir la colaboración policial de la Gestapo.

Pero, sobre todo, a finales de 1942 impuso la figura de un delegado o comisario con capacidad de veto sobre el gobierno (el designado fue Cecil von Renthe-Fink, anterior embajador en Copenhague) cuando el ejecutivo se negó a aplicar la legislación antisemita.

Como, asimismo, éste tampoco quiso autorizar la incorporación de ciudadanos a las SS, el ejército danés quedó bajo autoridad directa de la Wehrmacht. Y es que la coyuntura había dado un giro tras las derrotas teutonas en Stalingrado y El Alamein, que alimentaron el nacimiento de una resistencia en Dinamarca y los consiguientes sabotajes.

Resultado de las elecciones al Folketing en 1943/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

Con el objetivo de apaciguar los ánimos, Berlín autorizó algo insólito en un país ocupado: elecciones libres (sin comunistas, eso sí). Se convocaron para marzo de 1943 y fueron dobles, al Folketing y al Landstinget (la cámara alta, que sería suprimida en 1953), aunque en el segundo caso se fijaron para el 6 de abril y en las Islas Feroe para mayo.

Los ciudadanos interpretaron los comicios como una forma de manifestarse contra la ocupación, de ahí que la participación supusiera un récord histórico del 89,5%. Los resultados volvieron a ser una decepción para los nazis.

Para el Folketing, los cuatro grandes partidos democráticos se repartieron el 95% de los votos, ganando el socialdemócrata con el 44,5% (66 escaños), seguido del conservador con el 21% (31 escaños), el conservador-liberal Venstre con el 18,7% (28 escaños) y el liberal-social con el 8,7% (13 escaños). A continuación se situó Dansk Samling (Unidad Danesa, una mezcla de socialismo, liberalismo y nacionalismo cristiano) con el 2,2% (3 escaños). El DNSAP se quedó en el 2,1%, también con 3 escaños que no mejoraban los obtenidos nueve años antes; en las Islas Feroe ni siquiera obtuvo representación.

Resultados de las elecciones al Landstinget en 1943/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

En cuanto al Landstinget, la participación fue igualmente masiva (88,8%), con victoria socialdemócrata (34 escaños) seguida del Venstre (18), conservadores (14) y socio-liberales (8). Los demás partidos se quedaron sin representantes y en las Feroe no hubo comicios, pues el único miembro fue el mismo elegido en 1939. En suma, las elecciones supusieron un duro revés para Clausen y para Alemania, donde la prensa adicta al régimen publicó editoriales descalificando la inmadurez de los ciudadanos daneses.

Algo que no deja de resultar irónico si se tiene en cuenta que posteriormente habría analistas que vieron en aquel episodio un ejemplo más de samarbejdspolitikken, es decir, cooperación con los designios nazis al continuar la vida política como si Dinamarca no estuviese ocupada. En cualquier caso, aquella ficción duró poco; ese mismo verano hubo manifestaciones populares por el empeoramiento de la economía y las autoridades alemanas disolvieron el gobierno y el parlamento, decretando la ley marcial, deteniendo a los mandos militares daneses y sustituyendo a los funcionarios locales por germanos.

Hans Hedtoft en 1954/Imagen: Wikimedia Commons

Es decir, se cambiaba completamente el panorama y la ocupación dejaba de ser amable. La flota mercante fue incautada y se comenzó la deportación de judíos, aunque muchos pudieron escapar a Suecia al ser advertidos a tiempo. Al llegar 1944, la Gestapo y los nazis daneses asumieron el control del orden público.

Para entonces acababa de regresar Frits Clausen, quien desengañado con su fracaso se había alistado en la Wehrmacht para acudir al frente oriental como cirujano. Sin embargo, no quiso tomar parte en el proyecto de formar una rama de las SS y renunció a su cargo, siendo sustituido por un triunvirato.

Al terminar la contienda fue recluido en el campo de prisioneros de Frøslev, el mismo donde habían sido encerrados los comunistas y disidentes daneses, y que ahora servía de prisión a alemanes y colaboradores. Murió en 1947, mientras se le sometía a juicio; el mismo año en que era nombrado primer ministro Hans Hedtoft, aquel líder del Socialdemokratiet vetado en 1941.


Fuentes

The German decision to invade Norway and Denmark (Earl F. Ziemke en Command decissions)/Danish reactions to German cccupation. History and historiography (Carsten Holbraad)/Historical dictionary of Denmark (Alistair H. Thomas)/Wikipedia


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