Vittoria Dall’Armellina estaba visitando el Museo del monasterio situado en la pequeña isla veneciana de San Lázaro de los Armenios cuando le llamó la atención una pequeña espada, colocada en una vitrina junto con algunos objetos medievales. La estudiante de doctorado observó que aquello no parecía un hallazgo medieval, sino una espada mucho más antigua, muy similar a otras vistas en sus estudios.
Su tesis y doctorado se centran en el nacimiento y desarrollo de la espada en el Cercano Oriente, por lo que aquella espada le pareció muy similar a algunas armas de hace unos cinco mil años encontradas dentro del Palacio Real de Arslantepe (Anatolia Oriental), y consideradas las espadas más antiguas del mundo.
Tras comprobar que la espada no estaba presente en el catálogo de antigüedades del Cercano Oriente que se conserva en el museo de la isla de los armenios, de acuerdo con Elena Rova, profesora de arqueología del Departamento de Estudios Humanísticos y su supervisora de doctorado, Dall’Armellina continuó la investigación para verificar su intuición y aclarar los puntos oscuros del descubrimiento.
Los análisis científicos confirmaron que la espada es similar a las espadas más antiguas del mundo, que datan del 3000 a.C., no sólo en su forma, sino también en la composición de la aleación.
Un arma Anatolia, por lo tanto, que reaparece casi por casualidad en Venecia. ¿Pero cuál es su historia? ¿Cómo llegó al monasterio y cuál podría ser el vínculo con la comunidad de los Padres Armenios? ¿A quién pertenecía y a qué tierras lejanas habría viajado? Las respuestas se encontraban en el archivo del monasterio mequitarista de San Lázaro de los Armenios.
La espada llegó de Trebisonda a Venecia donada por un comerciante y coleccionista de arte, Yervant Khorasandjian, en la segunda mitad del siglo XIX. Lo atestigua un sobre que contiene un folleto escrito en armenio, bastante arruinado pero copiado por alguien en papel moderno, que habla de una donación (hay una lista de objetos) al padre Ghevond (Leonzio) Alishan. También se señala que los hallazgos, incluida la espada, fueron encontrados cerca de Trebisonda, en una localidad llamada Kavak.
Sabemos que Ghevond Alishan, famoso poeta y escritor, amigo de John Ruskin, monje de la congregación de los mequitaristas y apasionado estudioso de la arqueología, murió en Venecia en 1901. Por lo tanto, la historia probablemente tiene lugar en las últimas décadas del siglo XIX. El billete que acompañaba a la espada se usó como hilo de Ariadna para reconstruir el viaje a Venecia, dando a los estudiosos información importante sobre el origen de Anatolia.
Los análisis de la composición del metal se realizaron en colaboración con la profesora Ivana Angelini y el CIBA (Centro Interdepartamental de Investigación para el Estudio y la Conservación del Patrimonio Arqueológico, Arquitectónico e Histórico-Artístico) de la Universidad de Padua. Al igual que otros ejemplares similares existentes, la espada está hecha de cobre arsénico: una aleación frecuentemente utilizada antes de la difusión del bronce (aleación de cobre y estaño). Este dato y la marcada similitud con las espadas gemelas de Arslantepe encontradas en un contexto bien documentado permitieron fechar con certeza el hallazgo entre el final del IV y el principio del III milenio a.C. y confirmar su relevancia para una tipología bastante rara.
Este tipo de espadas están muy difundidas en una región bastante restringida de Anatolia oriental, entre el curso alto del río Éufrates y la costa meridional del Mar Negro. El análisis de los oligoelementos aclarará aún más el origen del metal de un depósito específico.
Pero el ejemplar veneciano, a diferencia de algunos de los de Arslantepe, no tiene decoración: no lleva ninguna inscripción, ni friso, ni marcas distintivas. Debido a las condiciones de almacenamiento no óptimas, no fue posible detectar ningún rastro de uso en la espada. Por lo tanto, podría ser un arma ofensiva real, utilizada en combate, o un arma de desfile o un objeto funerario.
Fuentes
Università Ca’ Foscari Venezia.
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