En los últimos años hemos sido testigos de un considerable descenso en los precios de los billetes de avión, algo que sin duda se ha de celebrar. Y es que estamos en un mundo cada vez más conectado.

Sin embargo, esto conlleva un gran aumento en el porcentaje de ocupación hotelera en destinos muy populares. De esta forma, son cada vez más quienes deciden desmarcarse de esos grandes hoteles con hordas de turistas. Tener que soportar jóvenes bulliciosos amantes de las fiestas por la noche o aeróbicos ruidosos en la piscina desde primera hora de la mañana no es algo que agrade a muchos. 

Es por esto por lo que portales como Airbnb y Homeaway ofrecen excelentes alternativas de alojamiento alejados del turismo de masas, algo que proporciona la autenticidad completa y real que tanto se anhela. Disfrutar de unas vacaciones libres e independientes en las que podamos ir y venir cuando más nos convenga suena, cuanto menos, liberador.

Ahora bien, este tipo de portales tienen una desventaja y es que son los propietarios los que se dan de alta y la plataforma es un simple intermediario. Por lo que los filtros de entrada son muy bajos. Para estar seguros de que encuentras calidad, hay otros portales como Villa Gran Canaria que todas las casas pasan por controles muchos más férreos.

Da igual si eres de los que prefieren levantarse muy temprano para darse un chapuzón a primera hora, de los que disfrutan al máximo de una barbacoa nocturna o de los que optan por dormir todo el día sin que el personal de limpieza les moleste, si te decides por alquilar una casa vacacional podrás hacerlo cuando más se te antoje.

Quizá lo mejor de alojarse en una casa vacacional sea, simplemente, sentirse como en casa. Eso de tener que arreglarse para bajar al buffet a la hora del desayuno y luego tener que salir con prisas antes de que limpien la habitación es cosa del pasado. Es una experiencia totalmente relajante y desestresante.

Si además se viaja con niños, disponer de una casa para nosotros solos es un plus. Los más pequeños pueden campar a sus anchas por el jardín sin preocupaciones, pasarse horas chapoteando en la piscina y haciendo ruido sin que moleste a nadie.

Viajar no es solo ir a un destino, encerrarse en un hotel y volver al lugar de origen… Las casas vacacionales suelen ubicarse en lugares más próximos a los lugareños y todo lo que esto conlleva: su cultura, su gastronomía, etc.

Volver a casa con bonitas anécdotas acerca de no entender a los lugareños y haber tenido que hacer señas o incluso un traductor online no tienen precio. Por esto, y por muchas más razones que deberías descubrir por ti mismo, escoger una casa vacacional es una decisión más que aconsejable.


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