Arabia Saudita no son solo grandes extensiones de arena y desierto. La zona sobre la que se asienta la ciudad de Medina, al este de la península Arábiga, es de origen volcánico paleozoico y, de hecho, algunos de estos antiguos volcanes pueden verse todavía al norte de la misma.

Se trata de Harrat Khaybar, un campo volcánico de aproximadamente 14.000 kilómetros cuadrados que, desde el aire, puede parecer un espectacular paisaje lunar.

Son un grupo de volcanes cuya última erupción se produjo entre el 600 y el 700 d.C. y que contiene algunos de los ejemplos más raros de volcanes blancos del mundo. Se les llama así por el color claro de las rocas ígneas que los forman, llamadas comenditas.

Situación de Harrat Khaybar al norte de Medina en Google Maps

Forman una línea de 100 kilómetros de largo, orientada de norte a sur, de respiraderos volcánicos formados a lo largo de los últimos 5 millones de años, que incluyen conos de escoria, domos de lava, maares, flujos de lava basáltica, y el único estratovolcán de la zona, el Jebel Qidr.

Se han identificado siete flujos de lava posneolíticos (de menos de 4.500 años de antigüedad) y ocho flujos de lava históricos (de menos de 1.500 años de antigüedad) entre los que está el de Habir, que tiene nada menos que 55 kilómetros de longitud.

Imagen de satélite de Harrat Khaybar / foto NASA – dominio público en Wikimedia Commons

El más elevado de los volcanes blancos es el Jebel Abiadh (Monte Blanco) con 2.093 metros de altitud, y el de mayor diámetro es el Jebel Bayda (Montaña Blanca), que alcanza 1,5 kilómetros y es quizá el más icónico de todos, debido a su perímetro tallado por la lluvia durante siglos en el Holoceno.

Algunos investigadores que utilizan imágenes satelitales han detectado posibles evidencias de estructuras hechas por el hombre en algunos cráteres (por ejemplo, 25°40′38″N 39°57′52″E).

Hasta 400 muros de piedra que podrían datar de hace unos 7.000-9.000 años, descubrimiento del que se hicieron eco muchos medios en 2017.

Estructuras descubiertas en los volcanes, en Google Maps

Hoy en día la zona constituye un atractivo turístico importante para los viajeros con ganas de aventuras, con visitas guiadas que conducen a quienes se atreven a través de 50 kilómetros de campos de lava por pistas trazadas por los beduinos.

El suelo entre las pistas está cubierto de afiladas rocas de basalto que destrozarían cualquier neumático después de unos pocos kilómetros.


Fuentes

Michael A. Kaminski, Abdulaziz Al Shaibani, Khalid Al Ramadan, The White Volcanoes of Harrat Khaybar, north of Al-Madinah, dx.doi.org/10.7494/geotour.2014.37.3 / The Saudi Arabia Tourism Guide / NASA / Independent / Imaggeo / Wikipedia.


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