A pesar de que, de cuando en cuando, aparecen en los medios noticias de pecios cuya posible antigüedad supera los 4.000 años, de momento el naufragio más antiguo hallado y con datación confirmada es el pecio de Dokós, que se remonta al 2700-2200 a.C. (período Heládico Inicial).
Fue descubierto el 23 de agosto de 1975 por Peter Throckmorton entre la costa sur de Grecia y la isla de Hidra, junto a la pequeña isla de Dokós (antigua Aperopia) en golfo Argo-Sarónico, de donde tomaría el nombre.
Throckmorton era un periodista norteamericano que saltó a la fama en 1959 por encontrar el pecio del cabo Gelidonya en Turquía, dedicándose a partir de entonces a la arqueología submarina, de la que está considerado el padre.
Los restos del naufragio de Dokós estaban a 20 metros de profundidad. Aunque la madera del barco que una vez transportó el cargamento había desaparecido hacía mucho tiempo, quedaba la evidencia de la mercancía: cientos de jarrones, vasijas y otros artículos de cerámica prehistórica de tipo cicládico, así como utensilios domésticos comunes y lingotes de plomo, de cuatro mil años de antigüedad. Más de 15.000 piezas fueron recuperadas del fondo marino.
El yacimiento fue excavado e investigado por el Instituto Helénico de Arqueología Marina (HIMA), del que Throckmorton fue miembro fundador, entre 1989 y 1992, constituyendo la primera prospección a gran escala de un naufragio en Grecia.
El HIMA dató la cerámica alrededor del año 2200 a.C., convirtiendo al pecio en el más antiguo conocido hasta ahora. La mercancía procedía, con mucha probabilidad, de una factoría en la Argólida, y estaba destinada al comercio en los pequeños pueblos costeros en torno al Golfo de Argos y el Golfo Sarónico.
A unos 40 metros de la carga principal aparecieron dos anclas de piedra, grandes rocas perforadas que probablemente habían sido arrojadas por la borda antes del hundimiento del barco. Su número, tamaño y especialmente el peso de las anclas sugieren que pertenecían a un buque relativamente pequeño de entre 5 y 10 toneladas y de 12 a 15 m de eslora.
Por ello algunos investigadores han apuntado que la gran cantidad de restos cerámicos pueden haber pertenecido a más de un buque, que hundieron, volcaron o arrojaron su carga en la bahía de Dokos.
Aparte de la cerámica el barco también transportaba piedras de molino, bloques de obsidiana y cuchillas de Melos. Las muelas, en forma de huevo y rectangulares (15 intactas y 37 fragmentos) están hechas de materiales volcánicos que provienen de la región del Golfo Sarónico.
El hecho de que las piedras de molino no tuvieran rastros de uso, revela el carácter comercial del barco.
La carga hundida de Dokos es impresionante por su cantidad y la variedad de tipos de cerámica que contiene.
Es, sin duda, uno de los conjuntos más grandes conocidos de cerámica de principios del Heládico Inicial (tercer milenio a.C.) y da testimonio del alto nivel de la tecnología cerámica de este período prehistórico, justo antes de la introducción de la rueda o torno de alfarero.
Fuentes
Hellenic Institute of Marine Archaeology / Dokos Shipwreck / The Dokos Cargo site / Wikipedia.
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