Las siglas VPN significan red privada virtual (Virtual Private Network). En esencia son redes creadas mediante el uso de software que conectan dos redes físicas separadas. Por ejemplo, si estás conectado a la red Wifi de tu casa pero necesitas conectarte a la intranet de tu empresa, las VPNs te permiten hacerlo.
Esa fue la función con que fueron creadas originalmente. Pero actualmente se utilizan también de otras maneras. Básicamente para proteger tu conexión a internet en redes wifi públicas. Las VPNs actúan como un túnel seguro para la información y los datos, de modo que podemos utilizar redes wifi públicas sin preocuparnos por filtrar la información.
En países con gobiernos autoritarios que controlan y censuran la actividad de Internet de sus ciudadanos, la gente puede utilizar las VPN (aunque a veces es ilegal) para acceder a sitios web bloqueados. Si la Internet de tu escuela o trabajo tiene filtros de contenido, también puedes usar VPNs para evitarlos.
Pero no todas las VPN son iguales. Las hay gratuitas y de pago (generalmente con más opciones) y por eso conviene revisar y consultar algún comparador donde ver las diferentes características y posibilidades, como VPN qué es.
Existen muchos otros usos que se pueden dar a una VPN, y uno de los más curiosos puede ser ahorrar en el precio de tus billetes de avión. A todos nos ha pasado que al buscar billetes y comprobar los vuelos una y otra vez, los precios parecen subir con cada nueva consulta. Es como si las aerolíneas supieran que estamos interesados y subieran el precio a propósito.
¿Realmente es así? Todas las compañías y buscadores de vuelos niegan estas prácticas, por supuesto. Según ellos lo que la gente ve cuando compra varias veces y los precios cambian es un reflejo de cambios en el inventario, técnicas de almacenamiento en caché de datos y el hecho de que los precios generalmente se encarecen más cerca de la fecha de salida, incluso en el mismo día.
Lo que ocurre es que las aerolíneas utilizan precios dinámicos, que tienen en cuenta la ubicación del usuario y otros factores como tendencias de compra. Al final el precio de un vuelo varía de un cliente a otro, algo nada raro si tenemos en cuenta que cada aerolíneas tiene hasta 26 clases de tarifas diferentes. Y pueden actualizarlas varias veces al día.
Por ello usar una VPN, para obtener una dirección IP de otro lugar distinto al de nuestra residencia habitual, puede ayudar a obtener descuentos. No cuesta lo mismo reservar un vuelo desde Londres que desde Rabat, por ejemplo. Aunque en principio la diferencia no suele ser mayor de unos pocos euros, para familias con muchos miembros puede ser una opción interesante.
Por ejemplo, en un vuelo Madrid-Nápoles para el próximo 1 de noviembre con regreso el día 8, buscado desde mi conexión habitual y luego utilizando una VPN que utiliza una dirección IP holandesa, vemos una diferencia de unos pocos euros (12 euros menos comprando el vuelo desde Holanda).
Son solo unos pocos euros, pero el vuelo es exactamente el mismo.
Otra posibilidad es cambiar tu dirección IP mediante VPN al país originario de la aerolínea en cuestión, lo cual repercute igualmente en el precio final.
¿Pero es legal hacer esto? En principio no hay ninguna ley que lo sancione o impida dentro de la Unión Europea. Otros países sí pueden tener restricciones al uso de VPNs, y por tanto es importante informarse al respecto para no incurrir en irregularidades legales que nos puedan suponer un problema.
Por tanto si le preocupa si es legal o no utilizar una VPN para reservar vuelos, puede estar seguro de que no hay ningún conflicto con esta práctica. Las líneas aéreas utilizan a propósito diferentes precios dependiendo de su ubicación. Navegar de forma anónima con una VPN puede ayudarle a aprovechar estas diferencias. Igualmente para la reserva de hoteles.