Conocemos el nombre de muy pocos centuriones y legionarios romanos, apenas los encontrados en inscripciones y estelas conmemorativas junto a alguno que otro mencionado por las fuentes escritas.
Pero hay dos cuyos nombres son tan conocidos que incluso aparecen como personajes en varias series de televisión y novelas históricas sobre la antigua Roma. Se llamaban Tito Pulón y Lucio Voreno (en latín Titus Pullo y Lucius Vorenus).
El motivo de su fama no es otro que el mismísimo Julio César los menciona en sus Comentarios sobre la Guerra de las Galias, donde relata cómo ambos mantenían una enconada rivalidad personal por ascender en el escalafón.

César cuenta cómo en el año 54 a.C., cuando la tribu belga de los Nervios atacó a la legión bajo Quinto Cicerón en sus cuarteles de invierno en territorio Nerviano, y en un esfuerzo por superar a Voreno, Pulón salió del campamento fortificado y atacó en solitario al enemigo. Consigue lanzar su jabalina a uno de los enemigos a corta distancia, pero su cinturón es atravesado al mismo tiempo por una lanza, lo que le impide desenvainar su espada, y queda rodeado de enemigos. En ese momento llega Voreno y se enfrenta al enemigo en un combate cuerpo a cuerpo, para ayudar a su compañero. Después de matar a uno y hacer retroceder al resto, Voreno pierde el equilibrio y se ve igualmente rodeado. Pulón le rescata y, tras acabar con muchos de sus oponentes, los dos regresan al campamento en medio de los aplausos de sus camaradas.
Había en esta legión dos centuriones muy valerosos, Tito Pulón y Lucio Voreno, a punto de ser promovidos al primer grado. Andaban éstos en continuas competencias sobre quién debía ser preferido, y cada año, con la mayor emulación, se disputaban la precedencia. Pulón, uno de los dos, en el mayor ardor del combate al borde de las trincheras: « ¿En qué piensas, dice, oh Voreno?, ¿o a cuándo aguardas a mostrar tu valentía? Este día decidirá nuestras competencias. » En diciendo esto, salta las barreras y embiste al enemigo por la parte más fuerte. No se queda atrás Voreno, sino que temiendo la censura de todos, síguele a corta distancia. Dispara Pulón contra los enemigos su lanza, y pasa de parte a parte a uno que se adelantó de los enemigos; el cual herido y muerto, es amparado con los escudos de los suyos, y todos revuelven contra Pulón cerrándole el paso. Atraviésanle la rodela, y queda clavado el estoque en el tahalí. Esta desgracia le paró de suerte la vaina que, por mucho que forcejeaba, no podía sacar la espada, y en esta maniobra le cercan los enemigos. Acude a su defensa el competidor Voreno, y socórrele en el peligro, al punto vuelve contra este otro el escuadrón sus tiros, dando a Pulón por muerto de la estocada. Aquí Voreno, espada en mano, arrójase a ellos, bátese cuerpo a cuerpo, y matando a uno, hace retroceder a los demás. Yendo tras ellos con demasiado coraje, resbala cuesta abajo, y da consigo en tierra. Pulón, que le vio rodeado de enemigos, corre a librarle, y al fin ambos, sanos y salvos, después de haber matado a muchos, se restituyen a los reales cubiertos de gloria. Así la fortuna en la emulación y en la contienda guió a entrambos, defendiendo un émulo la vida del otro, sin que pudiera decirse cuál de los dos mereciese en el valor la primacía.
Julio César, Comentarios sobre la Guerra de las Galias V-44
Pulón y Voreno eran centuriones de la Legio XI Claudia, reclutada por César para invadir la Galia en el 58 a.C. Competían por el puesto de primus pilus, es decir, ser el centurión de la primera centuria de la primera cohorte de la legión, el rango máximo que un simple soldado podía alcanzar, y a cuyas órdenes estaban todos los demás centuriones.
Era un cargo que solo se ejercía durante un año, pero permitía dar el salto al orden ecuestre de los caballeros romanos, y aspirar al cursus horonum, esto es, a la carrera política. De ahí que fuera tan codiciado.

En el caso de Pulón, no parece que lo consiguiese, pues se sabe que durante la guerra civil entre César y Pompeyo fue reasignado a la Legio XXI Victrix Rapax, bajo el mando del legado Cayo Antonio (hermano de Marco Antonio). Es más, parece que fue el responsable de que la mayoría de soldados de esa legión cambiase de bando a favor de Pompeyo.
Se había levantado una barricada ante las puertas, en la que se mantuvo una corta contienda, en la que nuestros hombres se esforzaron por forzar su entrada, y el enemigo por defender el campo; Tito Pulón, por cuyos medios hemos contado que el ejército de Cayo Antonio fue traicionado, defendiéndolos con singular valentía. Pero el valor de nuestros hombres prevaleció, y habiendo derribado la barricada, primero forzaron el campamento mayor, y después el fuerte que estaba incluído dentro de él; y como la legión en su rechazo se había retirado a esto, mataron a varios que se defendían allí.
Julio César, Comentarios sobre la Guerra Civil 3.67
La narración de César se sitúa en la Batalla de Farsalia, el 9 de agosto del año 48 a.C., en la Grecia central, donde posiblemente Pulón terminó sus días.

De Voreno no volvemos a tener noticia, ni en los escritos de César ni en otras fuentes, y por tanto se ignora por completo su vida posterior al episodio de la Galia.
Episodio que, según Severin Koster, está sin duda literalmente exagerado por César, pero tiene un trasfondo real en la rivalidad habitual de los centuriones, para cuyo ascenso de rango eran importantes los logros por valentía.
Pulón y Voreno son la caracterización perfecta de tales centuriones, que han estado compitiendo cara a cara a lo largo de su carrera y que ahora están a punto de ser ascendidos a la cima del Primus Pilus. En este sentido, su competencia no es tan absurda como podría parecerle al espectador moderno.
FUENTES
Julio César, Commentarii de Bello Gallico
Julio César, Commentarii de Bello Civili
Roberto López Casado. (2016). El ejército romano y su tratamiento en la ficción cinematográfica. El caso de Lucius Vorenus. Aquila Legionis
Wikipedia, Tito Pulón
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