Hace un tiempo le dedicamos un artículo a Ely Parker, un indio iroqués que llegó a general y ayudante de Ulysses Grant, siendo uno de los asistentes a la firma de la rendición de Robert E. Lee en Appomatox Court House que ponía fin a la Guerra de Secesión de EEUU.

Pero no fue el único mando de origen nativo que participó en aquella contienda; de hecho, tuvo un homólogo en el otro bando, el del Ejército Confederado: el general Stand Watie, que era cherokee.

Stand Watie nació el 12 de diciembre de 1806 en Oothcaloga, una localidad del estado de Georgia que ahora se llama Calhoun y entonces era territorio cherokee. A partir de 1818 y tras el descubrimiento de oro en sus tierras, este pueblo indio, que originalmente se extendía por las vecinas Alabama, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Kentucky, Tennessee y Virginia hasta que la llegada de los blancos redujo su número, fue obligado a irse para instalarse en el denominado Territorio Indio (ubicado en la actual Oklahoma), junto a los otros componentes de las Cinco Tribus Civilizadas, concepto aplicado a un grupo de pueblos considerados más avanzados y cultos que el resto: cherokees, semínolas, choctaws, creeks y chikasaws.

Es decir, si bien esa consideración no evitó su destierro, y a pesar de que inicialmente se resistieron, los cherokees estaban mejor vistos que la mayoría de los indígenas. En el caso de Stand más aún, puesto que era hijo del jefe Uwatie (de ahí viene su apellido) y de Susanna Reese, una mestiza. El nombre de Stand no es más que una traducción al inglés del original, Tawkertawker o Degataga, que significa “firme” y que él mismo hizo. ¿Por qué? Porque los misioneros protestantes alemanes de la Iglesia de Moravia habían logrado la conversión de Uwatie, de ahí que todos los miembros de la familia adoptaran nombres cristianos: el padre pasó a ser David, uno de los hermanos cambió su Gallagina original por Elias Boudinot (y sería un célebre escritor y periodista) y el otro se rebautizó Thomas.

Consecuentemente, Stand recibió una buena educación en la escuela misional morava, aprendiendo a leer y escribir. Eso le permitió dedicarse al periodismo junto a Elias y entre ambos fundaron el Cherokee Phoenix, el primer periódico indio, cuyo primer ejemplar se publicó en 1828 en edición bilingüe inglés y cherokee. Tenía cuatro páginas y era gratuito para los que sólo entendían la lengua indígena, constituyendo un altavoz para la defensa pacífica y legal de los indios que defendían Elias y su tío Major Ridge -por entonces jefe- y él mismo -consiguió una licencia de abogado- ante la inexorable Indian Removal Act que les obligaba a irse.

A la familia le afectaba considerablemente, puesto que el esclavismo no era una prerrogativa exclusiva de los blancos y muchos cherokee acomodados, especialmente mestizos, poseían plantaciones de algodón y tabaco que trabajaban con ese tipo de mano de obra; ya tratamos el tema en un artículo anterior.

En suma, el Cherokee Phoenix desarrolló una intensa campaña en contra de aquella ley, incluso ante los tribunales, pero no pudo pararla; menos aún cuando un sector de la tribu se negó a moverse de Arkansas y los inevitables enfrentamientos terminaron con la destrucción de la redacción del periódico y la confiscación de las tierras, haciendo caso omiso de las disposiciones judiciales que atendían las demandas interpuestas por los indios. Por supuesto, la ley les vetaba excavar en busca del mismo oro que les echaba. El Tratado de Nueva Echota en 1835 supuso el punto final al conflicto -pese a la negativa de los jefes a firmarlo- y la obligación para los cherokee de emprender el llamado Sendero de las Lágrimas: unas cinco mil personas se quedaron empecinadamente en Arkansas, pero el resto marchó con sus esclavos y todo hacia Oklahoma, evidenciando la división interna. Murieron aproximadamente cuatro mil por el camino.

Stand Watie estaba entre los que se fueron al Territorio Indio de Oklahoma, donde se habían asentado varios de los suyos desde década y media atrás y por eso se les conocía como Antiguos Colonos (con él se llevó a sus cuatro esposas, una de las cuales, embarazada, daría a luz a una niña que nacería ya muerta en 1836). Sin embargo, para los Watie fue un momento doblemente amargo al ser considerados traidores por la tribu, debido a que habían vendido sus tierras (lo que estaba considerado un crimen) en virtud del citado tratado. Así, en 1839 todos fueron condenados extrajudicialmente a muerte y el primero en caer fue Elias Boudinot, cuyos hijos se salvaron gracias a que Stand, que pudo sobrevivir al atentado, los envió a Connecticut con la familia materna. En 1845 también fue asesinado el otro hermano, Thomas, sin que las autoridades militares hicieran nada por detener a los criminales.

El siguiente de la lista debía ser el propio Stand, que veía agravados sus cargos al haberse cobrado un año antes venganza de sangre matando a uno de los asesinos. Sin embargo, uno de aquellos sobrinos que había puesto a salvo y ahora se dedicaba a la abogacía, Elias Cornelius Boudinot, le defendió eficazmente en el juicio logrando su absolución por legítima defensa. Así, Stand pudo reconducir su vida, dedicado a gestionar su plantación de  Spavinaw Creek (que trabajaba con esclavos) y formando parte del Consejo Cherokee durante las dos décadas siguientes como portavoz.

En 1861 estalló la Guerra de Secesión, que ahondó la división entre los cherokee. Una parte de ellos apoyaban a la Confederación para proteger sus plantaciones esclavistas, sobre todos aquellos que tenían aportación mestiza en su sangre. Frente a ellos estaban los puros, que rechazaban la esclavitud, a los que se sumaba el jefe John Ross, que abogaba por una política de neutralidad temiendo que ese apoyo al Sur supusiera problemas para el estatus de la tribu en el futuro. Así que partió hacia Washington para entrevistarse con Lincoln y, en su ausencia, se impuso la facción pro-confederada que lideraba Stand, quien, además solicitó el ingreso en los Caballeros del Círculo Dorado, una sociedad esclavista, racista y panamericanista.

Stand, que había organizado una unidad de trescientos hombres a caballo para proteger la frontera de una posible invasión, sustituyó al coronel John Drew en el mando de un regimiento de caballería llamado 1º Cherokee Mounted Rifles. Drew no había sido capaz de liderar con eficacia a sus hombres, indios puros poco afectos a la Confederación que se mostraron remisos a atacar en Bird Creek a un grupo de creeks pro-nordistas contra los que, a sus ojos, no tenían nada. Aunque el regimiento participó en varias acciones, el problema eclosionó unos meses después, tras la derrota de Old Fort Wayne, cuando el grueso de la unidad desertó (algunos oficiales se pasaron al otro bando), lo que revelaba aún más la desunión interna de los cherokee respecto a la guerra. El 1º Cherokee Mounted Rifles se fusionó entonces con el 2º que dirigía Stand, recibiendo éste el mando único.

El regimiento tomó parte en veintisiete acciones, sin contar escaramuzas menores, generalmente aplicando una táctica de guerrilla debido a su pobre equipamiento, pues sus integrantes tuvieron que armarse básicamente con fusiles arrebatados al enemigo o con otros obsoletos. No obstante, el buen hacer de Stand le valió ser ascendido a general de brigada en 1864, redondeando el hecho de que la marcha de John Ross y sus seguidores al Norte dos años antes le había supuesto el nombramiento de jefe de los cherokee. Sus mayores éxitos serían las capturas del vapor J.R. Williams y de un tren de suministros en Cabin Creek, que proporcionó un botín por valor de 1,5 millones de dólares. No obstante, esa batalla acabó en derrota y, de hecho, no fue la única, ya que también habría que sumar la de Pea Ridge y la citada de Old Fort Wayne, si bien estas dos en la etapa de Drew.

Peores fueron algunos hechos que mancharon su imagen, como la quema de la casa de Ross, la destrucción de la Casa del Consejo Cherokee y dos brutales matanzas: la de soldados negros del 1º de Infantería de Kansas (el primer regimiento formado por hombres de color que entró en combate) mientras estaban desarmados recogiendo heno (no se perdonó ni a los heridos) y la de los voluntarios del 2º de Caballería de Kansas durante la Batalla de Flat Rock. Para entonces, el apoyo a la Confederación había descendido considerablemente entre los cherokee, aún cuando a Stand, en virtud de su nueva graduación, se le asignó el extra de tres batallones de infantería -integrados por indios de su tribu, semínolas y osages-, con los que formó el ejército del Trans-Mississipi, a las órdenes supremas del general Edmund Kirby Smith.

Ese cuerpo, que debía su nombre a que cruzaba periódicamente el río para operar en territorio enemigo, fue desintegrándose poco a poco, dado que el signo de la guerra ya se volvía adverso, y al final sólo quedó la caballería de Stand; fue en ese contexto cuando se realizaron las mencionadas masacres. Luego, en febrero de 1865, a él se le puso al frente de la División India del Territorio Indio; pero el Sur ya luchaba agónicamente dentro de sus fronteras y la derrota final era inminente. La fuerza que él mandaba fue la última en rendirse y él sería el último general confederado en hacerlo, el 23 de junio en Doaksville. La sangrienta contienda había terminado y ahora tocaba la reconstrucción, que se presentaba ardua y compleja.

Sobreponiéndose a la muerte de uno de sus hijos, se encargó de renegociar los tratados de su tribu. Los cherokee enviaron dos delegaciones a lo que se llamó Southern Treaty Commission Delegations, una en nombre de los que apoyaron a la Confederación, encabezada por Stand y su sobrino abogado, y otra en nombre de la Unión, liderada por Ross. Siendo aparentemente imposible su reconciliación, el gobierno negoció con ambas facciones por separado, lo que perjudicó a los indios al tener que ceder por ambos lados; entre otras cosas, tuvieron que liberar a sus esclavos y entregarles parte de sus tierras. No se consiguió superar el recelo mutuo hasta la la elección de Lewis Downing, un jefe de compromiso, de sangre pura, que con habilidad y paciencia fue reconduciendo las cosas hacia la reunificación.

Eso supuso el exilio de Stand, que se marchó a vivir con los choctaw y desde entonces permaneció al margen de la política. Así siguió hasta su fallecimiento en 1871.


Fuentes

Frank Cunningham, General Stand Watie’s confederate indians | Frances H. Casstevens, Tales from the North and the South. Twenty-four remarkable people and events of the Civil War | Grant Foreman, The Five Civilized Tribes | Patrick Bowmaster, Chiefs by commission: Stand Watie and Ely Parker | Bradley R. Clampitt, The Civil War and reconstruction in Indian Territory | Civil War Virtual Museum | Wikipedia


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