Cuando los otomanos encabezados por el sultán Mehmed II tomaron Constantinopla el 29 de mayo de 1453 poniendo fin al Imperio Romano de Oriente o Imperio Bizantino, prácticamente controlaban todos los territorios que antiguamente habían formado parte de éste. Pero un estado griego bizantino permanecía independiente en la costa noreste de la península Anatolia.
¡El mar, el mar!
Cuenta Jenofonte en su Anábasis, escrita hacia 385 a.C. y donde narra el viaje de regreso de los 10.000 mercenarios griegos que habían acudido a apoyar a Ciro el Joven frente a su hermano el rey Artajerjes II de Persia (entre los que se encontraba el propio Jenofonte, quien guiaría al ejército en la vuelta), que los soldados daban gritos de alegría y exclamaban Thalatta! Thalatta! (¡el mar, el mar!) al llegar a éste en la costa norte de Anatolia.
Pero a medida que el grito se hacía más fuerte y más cercano, y aquellos que de vez en cuando se acercaban, comenzaron a correr al máximo de su velocidad hacia los que gritaban, y los gritos se reanudaban continuamente con un volumen aún mayor a medida que aumentaba el número de personas, Jenofonte se dio cuenta de que algo extraordinario debía haber sucedido, por lo que montó su caballo y se llevó consigo a Licio y a la caballería, y galopó al rescate. Al instante oyeron a los soldados gritar y transmitir la alegre palabra: «El mar, el mar».
Jenofonte, Anábasis, 4.7
No era para menos después de una accidentada ruta de retirada de casi cuatro mil kilómetros por territorio enemigo. Pero Jenofonte también indica que los lugareños entendían lo que decían los griegos.
No solo eso, sino que ellos también eran griegos y llevaban viviendo allí por los menos 300 años.
Efectivamente, se trataba de la colonia griega de Trapezunte, fundada por colonos de Mileto o Sinope en el año 756 a.C. en la costa del Mar Negro, al este de la actual Turquía.
Griegos pónticos
A los griegos que habitaban aquella región se les conoce como griegos pónticos. Mantuvieron su cultura y su lengua (el grigo póntico), una forma de griego que evolucionó de manera distinta al actual, dado lo remoto y aislado del territorio, prácticamente hasta la actualidad.
Tras la conquista otomana emigraron a Rusia, Georgia, Crimea y otros lugares en varias oleadas, hasta prácticamente desaparecer de la región en 1922 después de más de 2.500 años de presencia ininterrumpida. Hoy se desconoce el número exacto de griegos pónticos repartidos por el mundo, pero solo en Grecia hay unos 2 millones.
Pero mucho antes, en 1204, habían fundado su propio reino, el Imperio de Trebisonda.
Imperio de Trebisonda
La ciudad de Trapezunte a la que llegaron los mercenarios de Jenofonte pasó a llamarse Trapezus en época romana, y posteriormente Trebisonda durante el dominio bizantino (hoy en día los turcos la llaman Trabzon).
En el año 1185 el derrocamiento y muerte del último emperador bizantino de la dinastía Comneno, Andrónico I, hizo que su familia tuviera que huir. Dos de sus nietos, Alejo y David, se refugiaron en Georgia, en la corte de la reina Tamar. Con su ayuda conquistaron Trebisonda en abril de 1204, y luego toda la franja costera ocupando Sinope, Paflagonia y Heraclea Póntica.
Alejo se proclamó emperador y estableció su capital en Trebisonda. El nuevo imperio de Trebisonda prosperó y llegó a controlar territorios en Crimea a finales del siglo XIII. Pero el avance musulmán en Anatolia hizo que permaneciera aislado de los otros estados griegos durante prácticamente toda su existencia.
Así, apoyaron a Tamerlán cuando se enfrentó y derrotó al sultán otomano Beyazid I en la batalla de Ankara, el 20 julio de 1402, proporcionándole incluso algunos barcos.
Resistieron un ataque otomano por mar en 1442 y, cuando el sultán Mehmed II tomó Constantinopla el 29 de mayo de 1453 poniendo fin al Imperio Romano de Oriente, Trebisonda pidió ayuda a Francia, que los ignoró, y tuvo que apoyarse en los Ak Koyunlu o turcomanos de la Oveja Blanca, con cuyos líderes se casaron las princesas bizantinas de Trebisonda.
Estos Ak Koyunlu eran una federación de turcos oguz y religión musulmana suní, enemigos de los otomanos, contra quienes más tarde se aliarían a Venecia y la Orden de los Caballeros de Rodas.
El Imperio de Trebisonda lograría así aguantar ocho años tras la caída de Constantinopla. En 1461 Mehmed II asedió la ciudad durante 21 días, al cabo de los cuales el emperador David capituló con la condición de que se respetase la vida de los ciudadanos y se permitiese salir de la ciudad a todo el que lo desease.
Mehmed no cumplió y la ciudad fue saqueada. El Imperio de Trebisonda fue el último estado griego bizantino en caer bajo el dominio otomano, 24 emperadores y 257 años después de ser fundado.
Los otomanos todavía tardarían 18 años más en eliminar definitivamente la resistencia griega en el Ponto. Durante este tiempo muchos nobles y aristócratas griegos pónticos se casaron con emperadores y reyes de dinastías extranjeras, sobre todo de Rusia, Georgia y Persia, con el fin de obtener protección y ayuda contra la amenaza otomana.
Muchas familias de toda clase adoptaron la lengua y el islam turcos, pero a menudo permaneciendo criptocristianos antes de volver a la ortodoxia griega a principios del siglo XIX.
La República del Ponto
Todavía quedaban pues griegos pónticos en Trebisonda cuando los aliados vencedores de la Primera Guerra Mundial se reunieron en la Conferencia de Paz de París en 1919 para acordar las condiciones del armisticio con las derrotadas potencias centrales (Alemania, el Imperio Otomano, Bulgaria, Austria y Hungría).
Allí se propuso la creación de un nuevo estado griego en Trebisonda, independiente de Turquía pero también de Grecia, la República del Ponto. El nuevo estado debía incluir buena parte de la región nororiental del Mar Negro de la Turquía actual.
Sin embargo el primer ministro de Grecia, Eleftherios Venizelos, expresó en París su miedo a que una República del Ponto independiente estaría demasiado lejos como para recibir asistencia militar de Grecia, y sería demasiado débil para defenderse de un ataque turco.
Por ello la propuesta no prosperó y lo que pudo haber sido un resurgir de la Trebisonda griega bizantina quedó en nada.
Fuentes
A.A.Vasiliev, The Foundation of the Empire of Trebizond | Michel Kursanskis, L’Empire de Trébizonde et la Géorgie | George Finlay, Mediaeval Greece and the empire of Trebizond, A.D. 1204-1461 | Edwin Pears, The Destruction of the Greek Empire | Wikipedia
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