En el año 103 d.C. el emperador Trajano mandó construir un puente sobre el río Danubio que sirviera para el cruce y suministro de las tropas en la inminente Segunda Guerra Dacia contra Decébalo, para la que estaba preparando el mayor ejército desde los tiempos de Augusto, unos 150.000 hombres.

El encargado de proyectarlo y levantarlo fue el arquitecto Apolodoro de Damasco, a quien se atribuye también el Panteón, y que era el arquitecto preferido del emperador pues suyas son también las termas, el foro, el mercado y la columna de Trajano.

Estaba situado cerca de la actual ciudad rumana de Drobeta-Turnu Severin, al este de las Puertas de Hierro, el cañón natural del Danubio que corre paralelo a la frontera con Serbia. Su construcción finalizó en el año 105 d.C., constituyendo una de las más destacadas obras de ingeniería de la Antigüedad.

El puente representado en la Columna Trajana / foto dominio público en Wikimedia Commons

Tenía 1.135 metros de longitud por 14,55 de ancho y 18,60 de altura desde el agua, en una zona en que hoy el río tiene 800 metros de anchura. Se extendía sobre 20 pilares de mampostería de ladrillo, mortero y cemento puzolánico unidos por arcos segmentales de madera de roble en intervalos de 50 metros.

Los ladrillos que forman los pilares, algunos de los cuales se han encontrado, tienen un gran valor histórico, pues los soldados que participaron en su construcción tallaron los nombres de sus unidades en ellos.

Uno de los ladrillos con el nombre de la legión / foto Danube Virtual Museum

Por ello se sabe que en la construcción del puente participaron las legiones IV Flavia Felix, VII Claudia, V Macedónica y XIII Gémina, además de cohortes de la I Cretum, II Hispanorum, III Britorum y I Antiochensium.

A ambos lados del puente se levantaron sendos castra (campamentos fortificados, en singular castrum), de modo que para cruzar el puente era necesario atravesar los castra, restos de los cuales todavía son visibles hoy.

Sabemos como era el puente por las fuentes clásicas, y en especial por Dión Casio quien, en su Historia Romana detalla sus características técnicas. Pero también porque su representación aparece en la columna Trajana de Roma.

Restos del puente en la actualidad / foto DjordjeMarkovic en Wikimedia Commons

Todavía hoy tanto en la orilla serbia como en la rumana pueden verse los restos de los pórticos abovedados que daban acceso al puente.

Trajano construyó sobre el Ister un puente de piedra que desborda mi admiración hacia él. De hecho, aunque fue brillante en todas sus hazañas, ésta fue la mayor. Tiene veinte pilares cuadrados de piedra de ciento cincuenta pies de altura desde los cimientos y sesenta de anchura; están situados a intervalos de ciento setenta pies y unidos por arcos. ¿Cómo puede alguien dejar de asombrarse por la gran inversión que se hizo, o por la forma en que cada uno de estos pilares fue anclado tan profundamente en un río cuyas aguas están llenas de remansos y con un fondo tan barroso?

Dión Casio, Historia Romana 68.13 (Traducción de Pilar González-Conde)

Aunque el puente solo se mantuvo funcional algunas décadas, por más de 1.000 años fue el puente de arcos más largo del mundo. No se sabe exactamente en que momento, pero se tiene constancia de que el emperador Adriano ordenó la demolición de su estructura superior para evitar que los bárbaros pudieran cruzarlo.

Reconstrucción de uno de los arcos en la orilla rumana / foto Carole Raddato en Wikimedia Commons

Algunos historiadores opinan que fue solo una medida temporal, y que el puente pudo volver a usarse durante los reinados de Diocleciano y Constantino. El escritor bizantino Procopio escribió que en su época, el siglo VI d.C., el puente ya estaba en ruinas.

Al mismo tiempo, una de las circunstancias que muestran la grandeza de los planes de Trajano es que el puente no se hizo para usarlo nosotros; la sola presencia de los pilares erguidos, aunque no se hagan intentos de cruzarlo, hace creer que hubieran sido erigidos con el único propósito de demostrar que no hay nada que el ingenio humano no pueda lograr. Trajano construyó el puente porque temió que si alguna vez el Ister se helaba en medio de una guerra podía sorprender a los romanos en aquella orilla, y era necesario asegurar el acceso hasta ellos con estos medios. Por el contrario, Adriano tuvo miedo de que también pudiera hacer fácil el paso para los bárbaros, que tras derrotar a la guardia del puente podrían cruzar a Moesia; por eso, desmontó esta gran estructura.

Dión Casio, Historia Romana 68.13 (Traducción de Pilar González-Conde)

Los pilares quedaron sumergidos, reapareciendo en 1858 a causa de la sequía que hizo bajar el caudal del río a niveles nunca vistos. Dos de ellos se derribaron en 1906 para facilitar la navegación. En 1932 quedaban 16 pilares, pero en 1982 solo se pudieron hallar 12, posiblemente los otros fueron arrastrados por la corriente.


Fuentes

Danube Virtual Museum / Cervantes Virtual / Roman Woodworking (Roger Bradley Ullrich) / A Dictionary of Greek and Roman Geography (William Smith) / Wikipedia.


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