Un escudo que se fabricó con láminas de corteza de madera durante la Edad de Hierro, ha proporcionado a los investigadores una nueva visión de la construcción, la tecnología y el diseño de armamento prehistórico.
El escudo, único en su género en Europa, fue encontrado al sur de Leicester en el yacimiento de Everards Meadows, en lo que se cree que fue un abrevadero para el ganado.
Después del análisis de la construcción del escudo por Michael Bamforth en la Universidad de York, se hizo evidente que había sido cuidadosamente fabricado con láminas de corteza de madera para endurecer la estructura, un borde de madera y un reborde de tela para proteger el mango.
Aunque las evidencias arqueológicas previas demuestran que en la Prehistoria se usaba corteza para hacer tazones y cajas, esta es la primera vez que los investigadores encuentran ese material empleado para un arma de guerra.
La parte exterior del escudo está pintada y decorada con un ajedrezado rojo. La datación por radiocarbono ha revelado que el escudo se fabricó entre los años 395 y 255 a.C. (la Edad del Hierro en las Islas Británicas llega hasta la invasión romana de 43 d.C.)
El escudo fue severamente dañado, probablemente a causa de puntas de lanza. Los investigadores realizarán un análisis más profundo para determinar si esto ocurrió en batalla o como un acto de destrucción ritual.
Según Michael Bamforth, del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, este artefacto verdaderamente asombroso e incomparable nos ha dado una visión de la tecnología prehistórica que nunca hubiéramos podido adivinar. Aunque sabemos que la corteza tiene muchos usos, incluyendo la fabricación de cajas y contenedores, no sobrevive bien en el registro arqueológico. Al principio no pensábamos que la corteza pudiera ser lo suficientemente fuerte como para usarla como escudo para defenderse de lanzas y espadas y nos preguntábamos si podría ser para uso ceremonial. Sólo a través de la experimentación nos dimos cuenta de que podía ser lo suficientemente duro como para protegerse contra los golpes de las armas metálicas. Aunque un escudo de corteza no es tan fuerte como uno hecho de madera o metal, sería mucho más ligero permitiendo a su portador mucha más libertad de movimiento.
El escudo fue descubierto por los arqueólogos de la Universidad de Leicester en 2015 en un yacimiento de la Edad de Hierro cerca de la calzada romana de la Vía Fosse.
Se han utilizado muchas técnicas analíticas de vanguardia para comprender la construcción del objeto, incluyendo la exploración por TAC y la impresión en 3D. Los análisis experimentales mostraron que el escudo habría funcionado muy efectivamente, y su superficie muestra evidencias de uso.
El escudo será depositado en el Museo Británico. Según Julia Farley, conservadora de las colecciones británicas y europeas de la Edad de Hierro del Museo Británico, se trata de un objeto absolutamente fenomenal, uno de los hallazgos más maravillosos e importantes a nivel internacional que he encontrado en mi carrera. Los objetos de corteza y cestería eran probablemente comunes en la antigua Gran Bretaña, pero rara vez sobreviven, por lo que poder estudiar este escudo es un gran privilegio. Cuenta con una rica fuente de información sobre la sociedad y las prácticas artesanales de la Edad de Hierro.
Fuentes
University of York / University of Leicester
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