El 14 de mayo de 1954 se firmó en La Haya la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado, un tratado que como su propio nombre indica obliga a los estados firmantes (a día de hoy 126) a proteger el patrimonio cultural en caso de guerra, tanto el suyo propio como el del eventual enemigo.
En su capítulo segundo, artículo octavo, la Convención establece un tipo de protección especial que se puede conceder a determinados bienes culturales, como centros monumentales y otros inmuebles de gran importancia para la Humanidad.
Deben cumplir con una serie de condiciones, como encontrarse a suficiente distancia de un gran centro industrial o de cualquier objetivo militar sensible (aeródromos, estaciones de radio, puertos, estaciones ferroviarias, etc.), y evidentemente no ser empleados con fines militares.
En el punto segundo del mismo artículo se dice:
Puede asimismo colocarse bajo protección especial todo refugio para bienes culturales muebles, cualquiera que sea su situación, siempre que esté construido de tal manera que según todas las probabilidades no haya de sufrir daños como consecuencia de bombardeos
Es decir, que cualquier país puede solicitar la concesión de la protección especial para un refugio de bienes culturales que cumpla con las condiciones. Pues bien, a día de hoy solo hay 5 refugios inscritos en el Registro Internacional de Bienes Culturales bajo Protección Especial, uno alemán, tres holandeses y la Ciudad del Vaticano (a ellos habría que sumar los conjuntos monumentales mexicanos que también figuran inscritos, pero no son refugios). Llegó a haber algunos más, como el de la mina de sal de Altaussee en Austria, pero fueron cancelados a petición propia.
La organización que, junto con la UNESCO, se encarga de la protección efectiva de esos lugares tiene nombre de cómic de Marvel: Blue Shield International, y el emblema del escudo azul adoptado en la Convención de La Haya es el que identifica los bienes a proteger.
Blue Shield se considera a sí misma como el equivalente cultural de la Cruz Roja, y de hecho funciona de manera similar, con comités nacionales coordinados en un comité internacional.
Los 5 refugios culturales son:
Barbarastollen (Alemania)
También conocido como Oberrieder Stollen, está ubicado en una antigua mina de plata cerca de la localidad de Oberried, al suroeste de Baden-Würtemberg. En sus galerías, a 400 metros de profundidad, se guardan en microfilms más de 900 millones de documentos históricos y fotografías, que se empezaron a almacenar en 1975.
Está pensado para resistir un ataque nuclear, con las zonas donde se almacenan los archivos encofradas en hormigón y selladas con puertas a presión. Los documentos se guardan en más de 2.000 contenedores herméticos de acero inoxidable, que antes de ser sellados se mantienen a 10 grados de temperatura y 35 por ciento de humedad durante cuatro semanas, lo que garantiza que el material fílmico se conservará en buen estado por lo menos 500 años.
El acceso a las galerías, del que está considerado el mayor archivo cultural de Europa, está protegido por múltiples sistemas de alarma y seguridad.
El documento más antiguo almacenado data del año 794 y, entre otros, también están los manuscritos de Bach, los planos de construcción de la catedral de Colonia, el certificado del nombramiento de Hitler como canciller, o todas las películas producidas en la República Democrática Alemana.
Zab (Holanda)
La ciudad holandesa de Zandvoort, además de ser uno de los principales centros turísticos de playa y contar con el circuito automovilístico más importante del país, es la sede de dos archivos culturales igualmente bajo protección especial, aunque en esta ocasión no son subterráneos.
El primero es el de Zab, que comprende unos 150 metros cuadrados en un edificio situado a unos 3 kilómetros y medio al sureste del ayuntamiento. Los detalles de su emplazamiento exacto y su contenido no son públicos. La ubicación aproximada es 52°20’46.0″N 4°33’46.0″E.
Zod (Holanda)
El refugio de Zod está situado a 125 metros al suroeste del Zab, y comprende también un espacio de 150 metros cuadrados al nivel del suelo. Como el anterior, los detalles de su emplazamiento y contenido no son públicos.
St. Pietersberg (Holanda)
El refugio de St. Pietersberg está situado en Maastricht, al sur de Holanda y muy cerca de las fronteras belga y alemana, en la colina de San Pedro al sur de la ciudad. Ocupa parte de las cuevas que los habitantes de la zona excavaron hace siglos para extraer marga para la construcción de casas.
Se dice que Napoleón las visitó en su momento, y en la Segunda Guerra Mundial sirvieron de refugio para la población y para numerosas obras de arte. Hoy están abiertas al público.
La situación exacta del refugio dentro del laberinto de cuevas y su contenido, tampoco son públicos.
Ciudad del Vaticano
Probablemente la Ciudad del Vaticano albergue la mayor concentración de tesoros culturales y artísticos en el menor espacio del mundo. Desde la propia basílica de San Pedro hasta los Museos Vaticanos y su inigualable biblioteca e incluso la columnata diseñada por Bernini.
Por ello todo el territorio de la Ciudad del Vaticano, unos 440.000 metros cuadrados, está considerado un archivo cultural de suma importancia para la humanidad.
Fuentes
International Register of Cultural Property under Special Protection (UNESCO) / Convención para la Protección de los Bienes Culturales en Caso de Conflicto Armado (Texto en español) / Blue Shield International (Web Oficial) / UNESCO Special Protection / Bundesamt für Bevölkerungsschutz und Katastrophenhilfe.
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