Las excavaciones que se llevan a cabo en la zona del Parking Givati de la denominada Ciudad de David en Jerusalén siguen deparando sorpresas. La última es un trozo de cerámica en la que aparece representado el rostro del dios egipcio Bes.

La pieza, que apareció junto con múltiples fragmentos de cerámica del período persa (siglo IV y V a.C.), presenta un rostro tallado con grandes ojos saltones, cuyos rasgos los arqueólogos han identificado como el dios egipcio Bes, a quien se solía representar de esa manera, como una figura enana, regordeta y barbuda, y con la lengua fuera.

Aunque está incompleto, caben pocas dudas al respecto porque los vasos de Bes eran muy comunes durante aquel período en Egipto y Persia.

La imagen del dios Bes encontrada en Jerusalén / foto Eliyahu Yanai, City of David

Bes era una deidad protectora de los hogares, especialmente de las mujeres durante el parto, y de los niños. Con el tiempo pasó a considerársele el defensor de la bondad y se asoció también con el baile y la música. Normalmente se lo podía encontrar adornando las paredes de las casas, en objetos como espejos y en vasijas de cerámica, pero también en amuletos protectores. Sus rasgos, algo cómicos o humorísticos, expresaban la alegría y ahuyentaban a los malos espíritus mediante la risa. También tenía una contraparte femenina, llamada Beset.

Es la primera vez que se encuentra un fragmento de cerámica con su imagen en la zona, aunque sí que han aparecido algunos, además de amuletos, en yacimientos costeros fenicios, lo que indicaría que estos adoptaron a Bes como dios protector. En ciudades como Susa o Persépolis también se han realizado hallazgos similares. Los investigadores opinan que Bes fue llevado a Persia por artesanos egipcios.

Beset y Bes en una pieza egipcia del Museo del Louvre / foto Viajes por la Noosfera en Wikimedia Commons

Una de las imágenes más famosas de Bes se encontró en el oasis de Bahariya en Egipto, donde había un templo dedicado a él. Es una figura de rasgos gruesos que solo lleva un cinturón y una capa de piel de león a la espalda, y que recuerda mucho a una especie de Buda riéndose.

Está datada entre 332–30 a.C. En la tumba de Tutankamón apareció también la figura de Bes, adornando un reposacabezas de marfil de hacia 1330 a.C., que supuestamente protegía al faraón mientras dormía.

Como curiosidad, los fenicios fundarían un asentamiento en la isla de Bes hacia 654 a.C., al que luego los romanos llamaron Ebusus, y que hoy conocemos como Ibiza.


Fuentes

The Times of Israel / Israel Antiquities Authority.


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